Esperas al Jabalí


Cap. IX CALZONES Y EL PALO DE ULTIMA SANGRE

Autor Tema: Cap. IX CALZONES Y EL PALO DE ULTIMA SANGRE  (Leído 13267 veces)

Desconectado Quatermain

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Cap. IX CALZONES Y EL PALO DE ULTIMA SANGRE
« en: Marzo 06, 2015, 09:18:51 am »
Mario aguanta a sus espaldas,  82 años, y los remos van fallando. Ya sale menos al campo y disfruta casi mas, contándole  historias a Antoñito, el hijo del maestro, que tronchando monte. Antoñito se ha convertido en su sombra y con 10 años se suele sentar encima de Calzones mientras él le cuenta sus batallitas.  Cuando hace buen tiempo Mario saca la mecedora al emparrado, y si hace malo la tiene junto a la chimenea.
-¡Como pesa ya,   er joio condenao este! Dice calzones mientras jala del chaval para sentarlo en la mecedora, sobre sus rodillas.
-¡Deja tranquilo al Tío Mario, que tu pesas mucho! Le espeta su madre. Y Antoñito, como si no fuera con él la cosa,  se arrellana como si calzones fuera puramente el cojín de la mecedora. La  cabeza del niño queda justo por debajo de la barbilla de Calzones, y las piernas caen en el aire por fuera de las rodillas de Mario.
-¡Cuéntame algo Tío Calzones!.
-¡El Tío Mario tiene un nombre Antoñín! Dice su madre secándose las manos en el delantal.
-¡Ya lo sé mamá, se llama Calzones pero me gusta llamarlo “Tío”, “Tío Calzones”, ¿verdad Tio Calzones?.
-¡Este niño…!(piensa Marta)
-¿Pos es que no me llamos asín?... Rie Calzones mientras le zamarrea los pelos de la cabeza al pequeño escudero.
…-Enrecuerdo…cuando yo era un chaval, allá por… bueno …cuando los Romano carzaban arpargatas, que en un Vallejo mu sucio de por aquí cerca…. -Y comenzaba a relatar, mientras el niño se quedaba quieto como un pointer boca arriba… -Tenia yo las pata dergás y juertes como las dun pollo tomatero, y no jabia quien me cansara…¡benditos diaj!... -e iba a seguir el relato cuando apareció el maestro en la puerta y dijo:
-¡Calzones …viene Serafín!
-¡Coño que bien!, ya jacia tiempo…
Y desde la cocina se escuchó a Teresa…-¡Esa boca Calzones, no seas animal!.
¡Ves como se llama calzones! ¿ mama?...Tercio Antoñito mirando a Marta.
Va pa tres años que no ajoma er conde por aquí… ¿no?, -Decía Calzones mientras acariciaba la cabeza de Antoñito, que entre el sol que entraba por la ventana  la rasquiña, y que se había interrumpido el relato se estaba quedando dormido sobre la barriga de Mario.
En Enero de este hace los tres.- Dijo Antonio.- Habrá que organizar algo.
Calzones dejó de rascar la cabeza de Antoñin y empezó a pensar en subir a la sierra. –En el casino me contaron dun guarro grande que sube a la Pedrera de Quintos. Aunque es una jona bien jeca y pedrosa,  se pue ver por onde je mueve er gachó.
-¡Ni sueñes en subir solo Calzones! -Le dijo Teresa, que ya estaba al loro de la conversación. -¡Maestro ya lo vas a liar!.
-Como si hiciera falta que yo lo líe, Teresa.
-En eso tienes razón.
-No enpreocuparse ninguno, que me voy con el escudero. -Y a Antoñin se le pusieron los ojos como platos al escuchar las palabras mágicas. –¿Cuando nos vamos, Tío Calzones?...
-Tu no vas a ningún sitio mientras no hagas las tareas del cole. –Matizó su madre.
-¡Hecho! - dijo Antoñín saltando de las rodillas de Mario, para sentarse en la mesa de camilla con la cartera de los deberes del colegio.
Antonio le hizo una seña a Mario y se fueron los dos al corralon a “maquinar” como decia Teresa. – “Ya están maquinando estos dos”.

-¿Cuando viene el conde? Preguntó Calzones.
-Llegará el viernes  a primera hora, como siempre hace. Pero creo que viene con el conductor, que no le gusta hacer muchos kilómetros cuando conduce el. Dice que le entra sueño.
-¿Y ese conductó, ¿caza, o solo viene de pajeo?.
- El conductor no viene de paseo, caza y  bien pero lo acompaña a donde él vaya. No caza por su cuenta, sino que lo ayuda con los achiperres. Serafín con tanta oficina se resiente de las rodillas.
-¡Vamo a sé murtitú!
-Habrá que preparar el aguardo bien amplio. Ese guarro no se va a escapar.
Rápidamente el cerebro de Calzones empezó a organizarlo todo con una claridad y  sencillez rebosante de efectividad. 
-Voy a perdirle ar Manuel un cabrito que me emprometió por unas faenas que le jice. Lo va a prepará la Tere, que nos vamo a chupá los deos. Asi le doy lugá a Antoñin pa que jaga las cuentas. Endispués me voy a subí con er niño a la pedrera y voy a barruntar los aires. En donde me crea mejón voy a prepará un sombrajo bien tapao y que quepamos…¡Cagondiez…jemos cinco!..., contando al niño!.
-Si quieres dejamos aquí a Antoñín. Dijo el maestro, conociendo de antemano la respuesta de su amigo.
-¡Er niñño viene er primero!... antes dejamos ar conductó… ¡Tié cojones la cosa!... Antoñito va aonde vaya yo.
Y Antonio con una medio sonrisa en la boca contestó,- Está bien vamos todos.
-Me voy a lleva la Jabalí, que no la saco desde lo de la matorra. Que manera de marrá aquer guarro. Con la Perra no lo jabria errao. Pero como viene don Serafín le jaré los jonore.
-Yo no voy a llevar el rifle,… con tantos en el aguardo, cuantas menos armas mejor. Con la Jabalí y el de Serafín será mas que suficiente.
-Maestro…¡Has aprendio un rato largo desto!.
-¡Je tenio güen projesó!. Dijo Antonio imitando la forma de hablar de Calzones, y se echaron los dos a reir.
En media hora estaba Calzones con el chivo  limpio y troceado en la cocina de su casa. Mientras Tere había preparado las verduras frescas de la huerta,  zanahorias, pimientos, tomates, cebollas y ajos todos recién cogidos.
-Para las dos de la tarde estará la caldereta lista- Dijo Teresa.
-Pa esa jora estoy de guerta. – Se echó la perra al hombro ( nunca subia al monte sin ella a cuestas), dos balas al bolsillo derecho y dos cartuchos de perdigón del seis al izquierdo y el macutillo con un taco (quer niño está en edá de medrá y tié que comé), las herramientas que utilizaba (una hocino, que utilizaba lo mismo como martillo que como machete, alambre viejo, cuerdas y clavos), y la mascota que pegaba el Lorenzo a final de junio que era un gusto. Y cruzó la calle para recoger al escudero como lo llamaba él.
-¡Que!...¿ como van ejas cuentas?.- (cuando estaba con Antoñin se esmeraba al hablar,… dentro de lo posible, claro).  Preguntó Mario desde el umbral de la puerta de su amigo.
-¡Todas terminadas!, Tío Calzones. (Mirando a Calzones, con todo los bártulos colgados).
-¡Pos arreando!
Antoñín saltó de la silla con la agilidad de un gato, mientras que su madre le llamaba al orden. -Eh, eh ,eh…¡la gorra y el bocadillo!.
Se colocó la gorra y dijo, -¡el Tío Mario (sabia que delante de su madre no debia llamarlo Tio Calzones) seguro que lleva taco!.
-¡Tu no tienes vergüenza, pequeñajo!, le dijo su madre. Y Mirando a Calzones le insinuó,- Mario tened cuidado.- A lo que Mario respondió tocándose la visera de la mascota y guiñándole un ojo.
-¡Ámonos zagal! dijo calzones achuchando al niño hacia la calle.
Tomaron un camino que Antoñito no conocía, y no paraba de preguntar por cada cosa que veía. –Aprendo mas contigo que en el cole, podrías decirle a mi madre que en vez de ir al cole,  debería ir contigo siempre.
Calzones con cara de satisfacción,  le decía que en vacaciones como ahora, cuando quisiera. Pero que cuando empezaran las clases, su sitio era el colegio para que fuera como su padre. Eso no convencía demasiado al escudero, pero lo aplacaba.
Llegaron al lugar en cuestión. Era una zona de ladera, seca y pedregosa, con poca vegetación pero que criaba unos palmitos enormes, que crecían entre las piedras sueltas, sobre un suelo blando y arenoso. A desenterrar los palmitos se había aficionado aquel guarro viejo, ya que nadie se los disputaba y tenía la tranquilidad necesaria para hacerlo sin que otros marranos le molestaran.
-¡Primer problema, Antoñito!, ¿tu onde te esconderias?. El marrano va a entra desde los artos pa venteá desde arriba.
Antoñito dio un giro de 360º y dijo: -solo nos podemos esconder allí,- y señaló con el dedo, una mancha de lentiscos y madroñas a media ladera a la izquierda de donde estaban ellos. Miró  a Calzones y preguntó: -Muy lejos, ¿no?.
-Tiés razón, está lo menos a ochenta metro. Pero como tu has dicho no hay otro sitio. Los aires ahora estan malos, pero cuando je eche er sol van a bajar de la sierra ar valle y se mejoraran. ¡Er conde se va a tene que esmerá, desde tan lejos!.
-Mi padre dice que tira bien…
-Y tira bien –dijo Mario - yo lo he visto, pero ochenta metro, con poca luz,  jon muchos metros hasta par conde. Vamos a preparan er sombrajo.
Se acercaron a los lentiscos, y Mario eligió el punto mas adelantado en el que podían ponerse, entre dos los dos lentiscos mas cercanos. Mario empezo a dar instrucciones al escudero.- El armazon der sombrajo lo vamo a jacé con palos de madroña y lentisco, que se cortan bien y aguantan verdes sin problemas. Vamos a poné un travesaño pa que apoye Don Serafín, que va a sé un palo de maraña.-
-¿Que es maraña, Tío Calzones?
-Maraña son los palos nuevos que salen apretaos de robles o encinas  en grupo. Jon los mas duros. Tu trabajo ajora es limpiá er suelo de piedras, yo voy a cortá los palos.
Calzones cortó cuatro palos de madroño viejo del borde opuesto al que estaba limpiando Antoñín y de una maraña de robles de unos tres metros, cortó a ras de suelo uno de los vástagos de unos cinco centímetros de grosor. Luego desvastó un lentisco casi entero y llevó las ramas hasta el sombrajo.

Continuará






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Re:Cap. IX CALZONES Y EL PALO DE ULTIMA SANGRE
« Respuesta #1 en: Marzo 06, 2015, 10:19:24 am »
Genial. Espero continuación.

Desconectado Jack

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Re:Cap. IX CALZONES Y EL PALO DE ULTIMA SANGRE
« Respuesta #2 en: Marzo 06, 2015, 10:21:05 am »
A vuelto calzones, que alegría. Aunque se hace mayor y eso me apena tan solo con pensar con el día que dejaré de leer sus aventuras.

Desconectado Manuel

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Re:Cap. IX CALZONES Y EL PALO DE ULTIMA SANGRE
« Respuesta #3 en: Marzo 06, 2015, 12:16:16 pm »
Como se echaban de menos las aventuras de Mario y compañía!!
Esta entrega con nuevo protagonista incluido... estupendo Quatermain.

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Re:Cap. IX CALZONES Y EL PALO DE ULTIMA SANGRE
« Respuesta #4 en: Marzo 06, 2015, 10:18:09 pm »
Precioso Calzones con Don Serafin tenemos asegurada una gran espera y un puesto para cinco personas menuda seva aliar esperando el siguiente episodio un saludo Quatermain

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Re:Cap. IX CALZONES Y EL PALO DE ULTIMA SANGRE
« Respuesta #5 en: Marzo 06, 2015, 11:26:18 pm »
Como siempre, olor a campo, a monte, a sapiencia bajo la boina...

Y esta vez con una "Jabalí", como mi primera escopeta,  que todavía conservo...

Que fino hilas Quatermain...

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Re:Cap. IX CALZONES Y EL PALO DE ULTIMA SANGRE
« Respuesta #6 en: Marzo 07, 2015, 09:32:22 am »
Fantástico! !! Que ganas tenia de volver a leer algo de calzones , esperando la segunda parte..

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Re:Cap. IX CALZONES Y EL PALO DE ULTIMA SANGRE
« Respuesta #7 en: Marzo 07, 2015, 10:51:53 pm »
Calzones como estas barruntando el buen tiempo,,,, tie cojones la cosa
Venare non est occidere

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Re:Cap. IX CALZONES Y EL PALO DE ULTIMA SANGRE
« Respuesta #8 en: Marzo 08, 2015, 10:31:46 am »
Le he hechado muchisimo de menos, pero por fin esta de vuelta, y espero que por muchisimo tiempo.

Aunque el titulo me ha dejado un poco mosca, no lo termino de entender.

Un saludo.
"Para tener enemigos no hace falta declarar una guerra; solo basta decir lo que se piensa".

Martin Luther King

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Re:Cap. IX CALZONES Y EL PALO DE ULTIMA SANGRE
« Respuesta #9 en: Marzo 08, 2015, 08:53:55 pm »
Las veces que me he topado con gente como Calzones, he procurado ver, oír y callar..., para aprender. Y ahora quedo en suspenso esperando el siguiente capítulo. Graiah, zeñó Quantenmein. ;)
Me dispuse a esperar a un macareno que no había dado palabra de acudir...

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Re:Cap. IX CALZONES Y EL PALO DE ULTIMA SANGRE
« Respuesta #10 en: Marzo 09, 2015, 07:16:41 am »
Calzones con escudero, buen apoyo para mas capitulos, que disfrute nos espera.
Si abates la mitad de lo que tiras, eres muy bueno, pero si tiras, solo, a lo que puedes abatir, eres de lo mejor.
La caza, la pesca y cuidar nuestro entorno, son nuestras herencias, respetemoslas.

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Re:Cap. IX CALZONES Y EL PALO DE ULTIMA SANGRE
« Respuesta #11 en: Marzo 09, 2015, 10:52:40 am »
Esperando como agua de Mayo,los nuevos relatos que seguro nos pondras,de Calzones  y su nuevo escudero  :D.Y como no,deseando saber como se las ingenian estos cinco,para hacerse con el guarro de los palmitos  ::).
"No subestimes a tu presa y prepara su caza,como el mayor de los retos"

Desconectado Quatermain

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Re:Cap. IX CALZONES Y EL PALO DE ULTIMA SANGRE
« Respuesta #12 en: Marzo 09, 2015, 12:30:44 pm »
Aquí va la continuación. Y esperar al final para lo del título.

En una hora habían fabricado lo que  Calzones llamaba un sombrajo. Según él, lo mismo que se utilizaba en las viñas para que se refugiara la persona que la guardaba en los meses en que estaban a la sazón las uvas, que por otra parte era la época de la canícula. La única diferencia era que los sombrajos estaban tapados por el techo y este lo estaba por los lados.
-¡Antoñito, alárgate hasta aquellas peñas y dime si se vé el sombrajo!
Y Antoñito como una cabra saltarina iba sorteando los cantos hasta ponerse a treinta o cuarenta metros.
-¡¡Tío…!!, (gritaba)… ¡¡Se ve el palo de la izquierda!!... (volvia a gritar)…y Calzones cubría con lentisco la zona del palo en cuestión, hasta que todo el tinglado no dejaba de ser un lentisco mas. A continuación llamaba en voz baja a Antoñín, -Zagal, abre los oídos y escucha, ¿Qué oyes?.
-El niño intentaba oir algo mirando en todas direcciones. –No se escucha nada, ¿que tengo que escuchar?.
-Pos eso Antonín, er campo no suena cuando está sosegao, ni grita. Ji no lo quieres alterá no debes gritar tu tampoco.
-¡Ah claro!...(y asumia la lección). Ha quedado chulo ¿…¡eh!, Tío Calzones?, decía en voz baja frente al aguardo.
-Los marranos viejos je matan con un guen puesto y un guen culo. Un guen puesto es er que no je vé. Ji tu lo ve, lo ve er marrano. Ji tu no lo vé, es pojible que no lo vea er guarro. Er lentisco aguanta verde cuatro u cinco diaj. Doj o trej, pa que er bicho se acostumbre ar cambio, y otros doj o trej… pa ponernos a darle er susto. Y échale culo, cuantas mas horas de culo mas posiblilidades de coincidí con er mozo. ¡Ahora a merendá!.
Antoñín se frotó las manos. Sabía que lo que comía con Calzones no lo comía en el pueblo. A sus amigos no le gustaban esos alimentos pero a él le volvían loco. Su chuchería preferida era la oreja de cerdo ahumada y salada. Cortada en tiras finas, se le hacia la boca agua de pensar en ella. Por supuesto en su casa no la tomaba, porque intentaban hace dieta equilibrada,  y al mismo Calzones se la había prohibido “Er Joio Don Ansermo” por tener un poco de colesterol y la tensión alta. - ¿Pero que coño quiere que tenga er joio Don Ansermo con ochenta añoj?. “Er joio Don Ansermo”, no era otro que Anselmo, el médico de Villalba del Fresno. - ¡A vé que colesteró va tené él con ochenta añoj!.
Poniendo cara de “gamberro de ochenta tacos”, Calzones fue sacando lentamente un papel de estraza, lleno de manchas de grasa y lo abrió delante de Antoñín. –¡Oreja y panceta! Gritó Antoñin en voz baja (“para no alterar al campo”) y  remató la exclamación silenciosa con un gesto como de quererse clavar los codos en la cintura con los puños hacia arriba. Calzones le guiñó un ojo y dijo:
- ¡Que le zurzan a Don Ansermo!.
Saco media hogaza de pan del de Gratis, (que con los tiempos modernos, ya no era gratis, sino que había que comprarlo), una botella de agua y una garrafita pequeña de vino de consagrar. (Ese se lo seguía suministrando el cura por supuesto  “de gratis”. Si acaso a cambio de algún conejete ocasional). Porque…-El clarete, ¡ni verlo!, según Don Anser… Tié cojones la cosa!
-¡Hala!, amos a probá loj asientos der sombrajo. Y se sentaron los dos, a comer, mientras miraban por la tronera. Por cada tira de oreja que comía Calzones, Antoñin se zampaba cinco. –Buenos piños tiés zagal, yo tengo que marearla un poco.  - Le decía Mario al verlo comer, y seguían comiendo en silencio. La tronera había quedado bien, era alargada y horizontal con el palo de maraña haciendo de apoyo en el borde. A medio mareo de oreja, Calzones cogió la Perra, con los movimientos pausados de quien lo ha hecho mil veces, y apuntó.  Antoñín dejó de mascar, y miraba alternativamente a Mario y a la pedrera, sin saber a que estaba apuntando.
-¡¡Ufff!!...Larguillo er tiro. No jé, no jé… - y bajó la escopeta. Los dos siguieron mascando.

Los dos días siguientes, Antoñín era el niño mas dispuesto de Villalba. Si había que hacer un mandado, lo hacia él. Cualquier faena que pudiera, la hacia él. Los deberes, a primera hora de la mañana…Todo para que no lo fuesen a castigar sin subir a la sierra el día de marras.

Y llegó don Serafín. Como dijo Antonio, venía con un chofer. Los abrazos fueron de padre y muy señor mío.  Trajo algunos regalos para Marta y Teresa, y una pequeña navaja chata  con mango de palo, comprada en el bar de siempre, que le entregó a escondidas a Antonín, (como si fuese el secreto mejor guardado del mundo, pero previo el permiso de Antonio “padre”. Eso sí Marta, no se podía enterar de nada). A Antonio le trajo una caja de balas del 8x57, que en el pueblo era imposible conseguir, y a Calzones, una taleguilla con balas del doce, recargadas con puntas americanas especialmente para él. Ese día ”solo” comieron y bebieron, “como doce”, y se dedicaron a planear la estrategia. Según Calzones: -No hay na que planeá, subimo, noj jentamo y a esperá ar marrano.
Sin embargo Antonio más racional, se ocupaba de los detalles, que con tanta gente, eran más prolijos. –Vamos a estar desde las cinco hasta… ¡la hora que sea!.
-¡Ejo!, hay que dí temprano y dá lugá a quer campo se orvide de nojotros. (Esto lo dijo Calzones, ¡claro!)
-Tenemos que comer a primera hora para no formar jaleo. Como a las siete de la tarde. Que las tripas sin comer hacen mucho ruido. (Continuó dicendo Antonio).
Y tras una pausa, tronó Calzones:
-¡¡Y tenemos que meá!!
El conductor, que aunque estaba integrado en el grupo, se mantenía en un segundo plano, se quedó estupefacto, como preguntándose: ¿Con quién se junta mi jefe?. Serafín y Antonio estallaron en una carcajada, que relajó al conductor.
-Pos sí, ¡Cagondiez! Tenemos que meá. –Repitió.
Las risas continuaron, pero todos sabían que Calzones tenía toda la razón del mundo. Cinco personas metidas en un chamizo, durante por lo menos seis o siete horas, (con suerte), tenían un problema de evacuación.
Calzones siguió, intentando exponer la solución con todo el tacto que le fue posible, habiendo cuenta de que uno al menos era un extraño en la reunión.- Tengo en er corralón  una lechera vieja que no pesa y se pué cerrá hermáticamente.   Se echa arena en er fondo pa no jacé ruio y la ponemo en una esquina. Vamo, un aguardo de lujo, con letrina y tó.
Nuevas risas, y palmetazo en la espalda de Mario propinado por Serafín.-¡Estás en todo, cabrón!. Le dijo.
El conductor con los ojos mas grandes todavía, pensando: -Ojú el jefe largando tacos, si lo escucha la señora condesa, lo mata. Pero le agradaba aquella faceta de su “jefe”.
-Matias… ( que así se llamaba el chofer), empezó Serafin,-de lo que oigas aquí,¡ ni una palabra a la señora!.
-Descuide, don Serafin.
-Y aquí soy Serafín, ¡cojones!... Este es como Calzones, no hay forma. –Terminó mirando al maestro.
Mas risas, y Matias algo mas integrado en la “Charpa”, como llama Calzones al grupito.
-¡¡Y subí cagaos, no vayamos a jodé la marrana!!, -tronó de nuevo Calzones
-¡Nunca mejor dicho!.  Terminó Serafín.
-Gueno, mañana al arba, subo a vé siestá maduro el aguardo. Sus preparais pa na mas comé y planchá un poco la oreja subirnos pa la pedrera.

A las diez de la mañana, estaban terminando de desayunar, (sin mucho apetito porque la noche anterior se habían puesto “bien”), cuando llegó Calzones diciendo que la Pedrera prometía.
-El guarro está entrando otra vej. Le había esperdigao algo de maíz por los cantos y se lo ha merendao tó. ¡Asín que dir preparando los tiestos!.
Serafín estaba nervioso como un primerizo, pero eso le pasaba  cada vez que venía a Villalba por motivos cinegéticos.
A las cinco  estaban todos descansados y dispuestos con todos los avíos. Matías llevaba, el macuto de Serafín, que pesaba un rato porque el conde, se había traido algunas “delicatesen” para que se pegaran un buen homenaje, mientras esperaban.

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Re:Cap. IX CALZONES Y EL PALO DE ULTIMA SANGRE
« Respuesta #13 en: Marzo 10, 2015, 07:58:11 am »
Aquí va la continuación. Y esperar al final para lo del título.

Oido cocina  ;)

Un saludo.



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Martin Luther King

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Re:Cap. IX CALZONES Y EL PALO DE ULTIMA SANGRE
« Respuesta #14 en: Marzo 10, 2015, 12:49:09 pm »
Tengo que confesarlo.
Me gustaría poder tener más tiempo para entrar en esta web tan entrañable, pero por temas de trabajo no tengo mucho tiempo.
Ahora bien, cada vez que entro, lo confieso , me voy directo al apartado de relatos a ver si nuestro amigo Calzones tiene algo que contarnos.
Quatermain, que te voy a decir, que cómo siempre me ha encantado. Llegan los efluvios a sierra en tus escritos. Espero el desenlace con entusiasmo.

P.D.

Si puede ser, pon una errata en el escrito y deja a Calzones con 74 años, en vez de 84, que aún nos tiene que dar mucho juego calzones sucios.

Un saludo.