Muy Buenas a todos,
Aunque no es tema de aguardo, os voy a contar lo que me pasó el sábado:
Me invitaron a la finca de un amigo que daba un ganchito, era un descaste de pepas, en una siembra de 300Ha, en cuyo centro hay un manchón de 60Ha. En el manchón había localizadas unas 20 ciervas y 3-4 venaos y alguna piarilla de guarras con primalones, gente menuda, pero que hacían daño a la siembra. Esta finca tiene otras 400Ha de monte, antes, los animales deambulaban a su antojo por el monte y la siembra, pero debido a los daños, la propiedad decidió vallar con malla cinegética la siembra, dejandola separada del monte, y estos animales se habían quedado dentro del cercado, refugiándose en este manchón.
Total, yo tenía el domingo un ganchito en mi coto de las alpujarras, donde sí había serias posibilidades de cazar un buen marrano (como dicen en Graná) y la verdad que largarme el sábado a una y el domingo a otra, no le hacía a mi santa esposa ni pizca de gracia, si sumamos la semana anterior que le había dedicado 4 noches al JABALÍ DE LA INSISTENCIA, total que llamé a mi amigo y le dije que no iba, que le iba a dedicar el sábado a mi familia porque el domingo me iba a las Alpujarras.
A la media hora me llama la propiedad y me dice que como no vaya, me da dos collejas y me veta de aguardo de por vida ( buuf este si que sabe tocar la fibra) al rato me llamó el Guarda " Hombre Enrique, ¿no va a vení usté?", Total que le puse cara de perrillo pachón a Reyes y a regañadientes me dio la venia.
El Sábado por la mañana, la meteorología era perfecta...... ¡¡perfecta para Escocia¡¡ Empezó con una niebla cerrada, que parecía el escenario de ¡Tu cara me suena! total que decidimos esperar a ver si levantaba. Cuando empezó a levantar la niebla, empezó a caer agua a jarrillo, total que con agua y todo nos fuimos para nuestros puestos.
conmigo se vino un amigo de un pueblo del interior de Granada, que tenía ganas de tirar ciervas, así que cuando llegamos al puesto le dije que tirara él, y el me dijo que ok pero que si entraba algún guarrillo me lo dejaba. Era el puesto un promontorio desde el que se dominaba gran parte de los nogales, pero que le daba completamente la espalda tanto a la siembra como al manchón donde se habían soltado los perros y que era la zona a batir.
No habíamos hecho mas que llegar, cuando de una pequeña mata, situada a unos 300m a la derecha, de tan solo 30 o 40 m de largo por otros tantos de ancho, a mas de 1km de donde se iban a soltar los perros, salió una cierva, que al escuchar el barullo fuera de lo normal intentó poner pies en polvorosa, la dejamos cumplir y cuando llegó a 150m la abatió mi amigo de un certero disparo de mi solucionatodo (300 wby). La lluvia arreciaba, llevábamos más de una hora puestos sin novedad, cuando oigo que me llaman desde mi derecha y veo aparecer a propietario, que me avisaba que se iba, pues estaba hasta las narices de mojarse y prefería estar al calor de la lumbre que empapándose para cazar un par de ciervas.
Estuve tentado de decirle que me iba con él, pero por no dejar a mi amigo solo en el puesto, y por pundonor, decidí quedarme.
Un rato después soltaron los perros y las detonaciones empezaron a sucederse. Por nuestro puesto nada de nada, y yo sabía (pues conozco esa finca como la palma de mi mano) que de ese manchón iba a ser muy difícil que sacaran un guarro, pues ellos prefieren dar vueltas por dentro antes de salir a los limpios, advertidos además por las detonaciones de los disparos a las ciervas.
En esas estábamos cuando de repente deja de llover, se levanta un poco más la niebla, ampliando un poco más nuestro campo de visión, cuando dice mi amigo...: Quillo ¡mira, mira el marrano!!. Miro hacia donde señalaba, y veo que desde la misma mata de donde salió la cierva aparece un Jabalí de esos que sueñas que un día te aparezcan: Grande, poderoso, alto de agujas y escurrío de culo, como las pinturas de los bisontes de Altamira. ¡¡¡ Bendita Aparición!!! y venía derechito hacia mi.
Le apunté cuidadosamente, esperando el momento preciso, y cuando pasó por un claro entre los nogales abrí fuego. El jabalí empezó a hacer el trompo, es decir, girar sobre sus cuartos traseros. Recargué y de otro disparo puse fin a su sufrimiento.
Os puedo decir, que el sentimiento que me embargó fue una mezcla de pena, por haber acabado con la vida de tan hermosísimo animal, a la vez que una euforia tremenda, por la suerte tan increible que había tenido. Mucho más cuando desde 150m pude ver con el visor que le "blanqueaba" la boca.
Fue el único guarro del gancho.
Imaginaos la cara del personal cuando apaerció en la junta semejante bicho.
¡¡Por cierto, el gancho del domingo se suspendió!!
MENUDAS DOS SEMANAS QUE LLEVO. MAÑANA VOY A VER SI COMPRO UN DÉCIMO DE LOTERÍA QUE CON EL CAMINO QUE LLEVO CUALQUIERA SABE
Por cierto,
¡¡Le estoy cogiendo el gustillo a esto de escribir...!
Un abrazo y Buena caza