En Sajonia, Alemania, un cazador quedó atónito al abrir un jabalí salvaje y encontrar sus vísceras teñidas de azul intenso. Lo que parecía una rareza genética resultó ser envenenamiento por rodenticidas anticoagulantes, como la difacinona, un químico teñido de azul para facilitar su identificación.
Estos venenos, usados en cebos contra ratas, provocan hemorragias internas y pueden contaminar a animales no objetivo como jabalíes, ciervos, osos y aves rapaces. El fenómeno ya ha sido documentado en California, donde el 83 % de los osos analizados mostraron exposición a rodenticidas.
La carne azul, descrita como “azul arándano”, no es apta para el consumo humano y representa una señal de alarma ambiental.
https://www.facebook.com/photo/?fbid=1240597004774775&set=a.643902181110930