Hoy hace 4 años que tuve la suerte de cazar uno de los grandes en el que por las dificultades superadas mientras se aconteció el lance para mí fué algo inolvidable independientemente del trofeo que resultó bueno al final, para los que no estaban en el otro foro y para los que les guste leer relatos vuelvo a publicarlo porque éste jabalí lo merece sin duda alguna y de alguna manera quiero rendirle un merecido homenaje.
Andábamos en la temporada pasada por la finca escudriñando los viñedos cuando tropezamos por primera vez con las huellas de este gran jabalí al que bautizamos como el tío Paco, cariñosamente de lo inusual por estos parajes de semejante ejemplar. Pues bien poco se dejaba ver en sus entradas y salidas pero allá donde lo esperábamos al atardecer en viñas y almendros también en higueras y particularmente en un reventón de una de las canalizaciones de regadío de la finca de al lado en pleno verano y que utilizaba para su aseo personal tanto yo como el compañero de esa finca le hicimos unos cuantos amaneceres de retirada pero no hubo forma alguna ni de verlo ninguno de los dos.
Vino esta temporada y continuamos con las mismas el tío Paco entraba por aquí y salía por allá, nos sentamos aquí y allá por el otro lado y así sucesivamente pero nunca sin ni siquiera poder verlo, solo sus huellas marcadas en el suelo hasta que llegó el día 10-09-2014...
Cuando me dirigí a la finca en la que suelo cazar y me encontré con que estaban recogiendo ya la uva y en la cual lógicamente no me podía sentar esa noche allí, con lo tomadas que estaban aquellas viñas y además que había un par de ejemplares que creíamos que valían la pena echarles el ojo. Así que después de saludar y charlar un poco con los agricultores me dirigí a unos bajaderos en el monte los cuales solían utilizarlos los guarros antes de salir a los campos para alimentarse. Pues fue aquí donde en uno de ellos ví una huella bastante grande de subida de esa misma mañana en la que yo hoy todavía dudo que fuera el tío Paco pero eso sí era la de un buen guarro que esa mañana se retiró por esa senda y en la cual pensé que podría darse el caso que bajara esa noche por aquí, así que por lo tarde que ya era decidí sentarme allí mismo.
El puesto donde estaba yo sentado era justo en la misma trocha mirando hacia Poniente en la cual a mi espalda se encontraba un ligero barranco de apretada maleza y desde mi izquierda a unos 25 mts hasta unos 200 mts aproximadamente para arriba un fuerte de leña impenetrable con un par de trochas más a las que yo no pude ver ese día pero que sabía que estaban ahí y todo esto daba o una pequeña vaguada de campos que están por cultivar desde hace ya unos cuantos años y los cuales más o menos se ve bastante bien, desembocando en unos viñedos los cuales ya sabía que estaban tomados por varias piaras y por el que estaba esperando al que esa misma noche se retiró por aquí.
Pasaron los minutos se puso el sol y ya empecé a escuchar como por la mitad del fuerte de mi izquierda bajaba algo que no tardé en descubrir con los prismáticos cuando salieron al claro, eran dos cochinos uno ya con sus 60 kilogramos en el cuerpo macho y negro como el carbón junto con otro bastante más pequeño de tamaño los cuales los deje pasar ya que sabía que el que marcó el zapato allí donde estaba iba solo y era un poco más grande que esté. Se hizo de noche y me encontraba sentado en la silla con el rifle tendido encima de las piernas cuando escuché un pequeño ruido que no sé porque en un principio no lo asocie a un guarro pero mi subconsciente me hizo levantarme como siempre con mucho cuidado y dejando rifle colgado del trípode cogí los prismáticos pegando un barrido de mi derecha por toda la vaguada hasta que llegue al linde del monte y repasando toda la línea de malezas poco a poco hasta que llegue a la esquina de mi izquierda que fue en la parte de arriba donde escuché ese pequeño ruido, cuando ha unos 25 mts de repente me vi dentro de los prismáticos a un tremendo cochino mirándome fijamente y yo quedándome petrificado por unos segundos sin reaccionar ni un músculo como os podréis imaginar. Yo después de la gran sorpresa me di cuenta enseguida de que aquel jabalí era especial ya que lo veía perfectamente con los prismáticos.
Pasaron unos segundos y no reaccione hasta que el jabalí giro todo su cuerpo a su izquierda, mirando en dirección a dónde salieron hacía unos pocos minutos antes los dos cochinos que bajaron anteriormente y fue en ese instante el que yo aproveché para bajar los prismáticos y coger el rifle sin dejar de observar el jabalí que lo veía perfectamente a simple vista, en ese momento el jabalí volvió a girarse en mi dirección y arranco recto hacia mí sin dudarlo a paso firme y yo todavía subiendo rifle y echándomelo a la cara metiendo el guarro dentro del visor viéndolo como se acercaba y al mismo tiempo quitándole todos los aumentos al visor, cuando ya lo tenía a escasos 10 metros conseguí meterlo dentro del visor y pensé.....coño!!! el seguro lo tengo puesto, en ese momento os juro que me atravesó un escalofrío por todo mi cuerpo cuando tuve que desencarar el arma y con un cuidado extremo quitar el seguro y a todo esto el jabalí a escasos 5 metros que se paró en seco, quieto, inmóvil y yo ya le tenía por fin la cruz en mitad de sus ojos viendo como pestañeaba claramente e imaginando yo que él estaría pensando que aquel bulto la noche pasada no estaba allí, estuvo parado y mirándome unos diez o quince segundos por lo menos analizando aquella situación y yo sin poder ni respirar pensando que tenía que apretar el gatillo tarde o temprano y acabar con aquella escena perfecta en la que me quiero imaginar desde arriba yo apoyado en el trípode con el rifle encarando a un tremendo jabalí a 5 metros de distancia el cual no tiene ni idea de lo que tiene justo delante que es su mayor depredador y que lo último que quiere es que aquel momento que toda la vida ha estado esperando termine con el sonido de una bala al salir de su cañón, os lo imagináis....?
El final está cerca pero todavía faltaba un problema más por pasarme esa noche y es que de repente el jabalí arranca al trote a su izquierda para rodearme, en la que hay un pequeño desnivel en el terreno que en el momento que yo voy apretar el gatillo se me queda el rifle apoyado alto y tengo que levantarlo y pasarlo a mí derecha de la horquilla del trípode y la correa portafusil se me queda el otro lado con lo cual me quedé muy limitado a la hora de correr la mano, así que ya solo apoyado con la pierna izquierda y de puntillas para poder meterlo en el visor cuando le distingue la oreja aguante un segundo y apreté el gatillo cayendo sobre su sombra, cuando yo en un acto reflejo sin acerrojar el rifle no sé porque lo dejé colgado y dando escasos 4 pasos me arrodillé a su lado poniéndole la mano en el pecho, acariciándolo y en voz baja diciéndole que relajara su cuerpo de una vez, que descansara, notando todavía los latidos de su corazón en mi mano o era el mío no lo sé... y que ya todo había terminado entre nosotros dos, como pidiéndole perdón por haberle quitado la vida, no sé, fue una sensación rara en la que aún ahora mismo tengo la piel de gallina solo de recordarlo para escribirlo aquí intentando transmitiros todas mis sensaciones que fueron muchas y en muy poco tiempo.
Al final el trofeo fue homologado dando 114,5 puntos.
