Arme la carpa y mientras Don José me daba algunos consejos, por ejemplo, de que cada vez que salía dejara anotado en la carpa, que rumbo tomaba y que cada vez que volvia anotara mas o menos por donde había estado, por si me perdia. Si trajiste arma corta llevala monte adentro por si las brujas, mi FN Browning 9 mm siempre conmigo, no te confies del fantasma, asi llaman al yaguareté algunos lugareños, aunque este en peligro de extinción si tenes que meterle balas, métesela nomas, que el no se espanta, es muy astuto, muy silencio y no es como el puma el te sale a cazar. pero eso lo sabes asi que anda con cuidado y no escatimes balas. No dejes la carpa abierta, en esta época no hay víboras pero por las dudas cerrala siempre, y de noche para dormir lo mismo, no vas a cometer la locura de dormir afuera. Para comer no te va a faltar, tenes pecari, y lampalagua, leña para el asdo sobra y agua la mas pura, a lo mejor pasado mañana me doy una vuelta para ver si estas vivo, un fuerte abrazo y se despidió. Pero antes me llevo a la cima de donde se divisa todo el lugar y me tomo la foto.
Bueno, eran casi el medio dia, puse la pava, y a tomar unos buenos mates, un par de sándwich, Mantecol, seguir con el mate y a disfrutar de la buena vista, todo a mi disposición, algo que había planeado tanto y que me costo venir ahorrando durante largo tiempo para hacerlo, se había cumplido, y me venia a la memoria algo que había escuchado, que rico no es el que mas tiene sino el que menos necesita. Con todo el tiempo del mundo, repase mi fusil, un gran y fiel amigo y luego mi pistola, le llene el cargador, con unos cartuchos Cor-Bon, que hacia poquito un amigo me había regalado dos cajas, y las cuidaba mucho, puntas huecas, ahora era el momento de colocarlas, cargador lleno, y coloque bala en la recamara, por si las moscas. Me recosté un rato para entrarle al sueño pero no pude asi que me fui a caminar, y siguiendo el consejo de José, anote hacia donde iva ir, por supuesto, fusil, machete, pistola, brújula, cantimplora, un par de encendedores, no era por si me daban ganas de fumar es por si uno se pierde, siempre es fundamental el hacer fuego, y sinceramente no me gustaba mi me gusta para nada hacer fuego frotando un maderas, los encendedores son siempre mejor, por eso y aunque en la actualidad deje de fumar, siempre llevo como minimo tres. Ver y contar es otra cosa, las palabras no alcanzan para describir el paraje donde me encontraba y hacia donde me dirijia. A medida que me iva adentrando en el monte, se notaba que por suerte la mano del hombre no había llegado a ese lugar, a buscar huellas, que problema, y a trata de no perderme, brújula en mano, vista en el suelo y oídos bien abiertos, y de vez en cuando, tratar de hacer con pedazos de ramas y con piedras flechas en el suelo que indiquen mi rumbo. Mas descendia por ladera opuesta a la que subi mas me adentraba en otro mundo. El cansancio se empezaba hacerse notar y en estos lugares, donde uno no conoce, hay que estar con los sentidos y los reflejos al 100%. No es muy difícil no perderse en estos lugares, pero llegue al campamento, calculo que ni bien cerre la carpa ya estaba dormido.
Trato de transcribir lo del diario de caza, y de poner algunas cosas mas que vienen a mi memoria, por eso hago altos en mi relato.