Machos monteses: la vergüenza nacional
Otro escándalo, con el Gobierno de protagonista. Y en esta ocasión, con una especie emblemática y autóctona, como es nuestra cabra hispánica, como protagonista… a su pesar.
Es una nueva cacicada de nuestras autoridades en relación con la caza y las especies cinegéticas. Es lamentable, pero cuando tocan la actividad venatoria y la supuesta gestión, que debiera estar establecida y claramente delimitada, lo hacen tarde, mal y casi siempre para poner más trabas y joder lo que funciona. Eso tan manido de que sólo aciertan cuando rectifican, forzados por la presión popular, es aquí más cierto que nunca.
Hemos sido los primeros en denunciar un nuevo escándalo, en el que la afectada es nuestra singular cabra montés, que no quería ser francesa, pero... Pero lo va a ser, porque se han soltado en octubre ejemplares de esta especie emblemática en el país vecino, capturados desde el mes de julio en la sierra madrileña. Y se los han llevado a los Pirineos, en su cara gala, incluso con presencia de cualificados técnicos españoles. La decisión no viene de ahora, ya que a principios de 2013 ya hablamos de esa iniciativa que, ahora, lamentablemente, se ha hecho realidad. Y el culpable parece ser el anterior ministro de Agricultura y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, un europeísta convencido y ahora a punto de asumir las funciones como comisario de la CE, que fue el firmante del convenio.
Un convenio rodeado por el secretismo, el oscurantismo y que ha levantado la indignación entre las filas de los cazadores y, sobre todo, de los gestores de esta especie, que hasta ahora sólo se podría encontrar y cazar en nuestro país, con lo que llegaban cientos de visitantes extranjeros tras su singular trofeo, incluso para hacer un Grand Slam con las diferentes diríamos subespecies que se pueden encontrar en nuestras sierra. Pero en el futuro ya no será así, porque quién nos dice que no se podrá cazar en otros países.
Y fíjense si se ha dado vueltas al asunto. Hace años, el Rey Don Juan Carlos, en una audiencia, comentaba con nosotros cómo había tenido presiones de otros países (de Argentina a cargo del presidente Menem, sobre todo, y de alguno de los Estados árabes, tradicionalmente amigos de España), para llevarse ejemplares de nuestras cabras monteses, que precisamente su abuelo Alfonso XIII había salvaguardado, protegido en Gredos, dando base a la pujanza actual. No se hizo porque el propio Rey fue dando largas. Ahora sí.
Que por lo menos no lo oculten, que den la cara. Y que cada uno saque sus conclusiones y lo tenga en cuenta, sobre todo en donde más les duele a los partidos, a los políticos y a los gobernantes. En el voto. Estamos inexorablemente camino de varias citas electorales e incluso en tiempos de proclamaciones independentistas. Y España no va bien. Tampoco con la caza, y con nuestras especies autóctona, incluida la perdiz roja.
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