Vaya por delante mi pesar por los fallecidos y por los lesionados en accidentes de caza.
Los accidentes ocurren. La imprudencia existe. La caza es actividad que comporta riesgo. Te levantas por la mañana temprano y conduces muchas veces de noche: ahí tenemos la primera fuente de riesgo. Uso de armas de fuego, que en batidas, ganchos, monterías, cada vez es más usual el uso de rifles, con lo que a potencia y alcance quiero decir. Además, cada año se pegan muchos tiros, hay monterías en las que se pegan más de 500 tiros. Y de escopeta no hablamos siquiera. Y los percances, por caídas por ejemplo, también existen. Y los animales salvajes también se defienden, todos conocemos casos de embestidas al cazador y alguna vez produciendo tremendas lesiones. En fin, que los elementos que nosotros podemos controlar es adónde va la bala, qué es lo que hay detrás, al lado o delante de nuestro objetivo.
Pero todos hemos de cooperar marcando nuestras posiciones, no movernos a donde no debemos, comunicar a los compañeros nuestra posición utilizando los medios adecuados, ropas, etc.
Una medida que en muchos países es obligatoria es la utilización de prendas naranjas en los cazadores. Eso ayuda.