Este turno de aguardos prometía acabar muy mal...
Desde que subió la temperatura, las cámaras no captaban casi ningún movimiento en ninguna parte.
Evidentemente, los bichos estaban porque no desaparecen en unos pocos días. Simplemente... no asomaban.
Me tenían desconcertado. No comían en los cebaderos. Los pasos habituales parecían que los habían abandonado... Pero eran frecuentes los avistamientos en carreteras y prados por esas mismas zonas.
He de reconocer que de esta caza que acabo de descubrir me atrae, más que la captura sí o no, el CÓMO hago la captura.
Me encanta ubicarme en el bosque, indistintamente de que sea más o menos difícil la captura. El hecho de estar ahí al anochecer y oír romper el monte muy discretamente... buff, son sensaciones indescriptibles. Apreto los dientes para que no salga el corazón por la boca
.
Días y días "sembrando" dieron sus frutos y al final rondaba por la zona que había elegido un machete, por su físico muy normalito, pero con una "sapiencia" que no había visto en ejemplares de esa talla.
El caso es que el animal salía de su zona de encame (un monte cerrado "con candado"
) cruzando la ladera de un bosque bajo, con matorral y helechos no muy espeso. En esa ladera tienen una baña muuuuuuuy frecuentada todo el año, pero que no tocaban últimamente, y que no había cebado desde hacía tiempo. Elegí un árbol a doce metros, planto los pies a 4 mts del suelo y a esperar. Las dos noches me hizo lo mismo. Salió de la zona cerrada y se dirigió a sus zonas de "pastoreo" por la parte alta de la ladera del monte. Sin interesarse por la baña, ni por la comida... y sin detectarme para nada, porque a lo largo de su recorrido lento estuvo comiendo tranquilamente. Yo sólo podía oírle, e intuir por dónde estaba marchando.
No volví a verle.
Al día siguiente vi pisadas de regreso por la parte baja de la baña. Vi que en esa zona cerrada faltaba algo del maíz que lancé a voleo, cosa que hago para que me anuncie poco a poco la llegada del animal y no lo encuentre de sopetón en la baña, en zona abierta, donde es fácil que me vea abrir el arco si me entra de día. "Inventos" míos que no sé si son buenos o no, pero para como voy haciendo las cosas me funciona bien.
El hecho de que coma, pero no en la baña, me hizo pensar si por algún motivo el animal no salía a la zona abierta tranquilamente por algún motivo. Cosa que hasta la fecha no me había ocurrido. Así que insistí en la zona para comprobarlo.
Misma jugada.
Sale por la zona cerrada, muy por arriba de la ladera en la que estaba esperando. Ni un ruido más. Y al día siguiente compruebo que falta maíz en las zonas más tapadas...
Quedaba una noche más y había que pensar en algo.
Aunque no es cosa de gusto quitar y volver a poner el treestand con el calor que arrastramos, lo veía como única solución.
Monté el treestand en un arbol muy por encima de la baña, pero dejándola a tiro, como a unos 20 mts, por si acaso esa noche cambiase de opinión el animal y me dejase con un palmo de narices... Desde ese puesto, además, cubría la ladera por la que el animal cruzaba cada noche, sin tener muy claro el punto porque con la tierra tan seca, pisadas cero.
Para variar esta vez, lo que sí hice fue "sembrar" a voleo toda el area cerrada (que desde los seis metros de altura en los que estaba a mi vista no lo eran ya) susceptible de disparar, hasta un máximo de 20 mts.
Como cada noche, rompe el monte al anochecer y sale de la zona cerrada (vete tú a saber por dónde) y se va ladera arriba. Luego gira, y cruza, paralelo a mi puesto, por la zona cerrada. Sigue pasando olímpicamente de la comida abundante y de la baña...
Pero aaaaaaaamigo, cuando está cruzando la zona cerrada, se encuentra el maíz y le oigo empezar a comer
En esa zona cerrada, el tipo sí que estaba tranquilo y se planta a comer. Lo oigo pero no lo veo. Cada pocos segundo le doy luz hasta que en una ocasión lo localizo. Está bien situado, y como me pilló a contramano, yo estoy de pie, perfecto para poder asegurar un tiro que no iba a ser muy cercano.
Tenía cogidas las referencias de los árboles. Estaba justo detrás del que había fijado como distancia límite, 21 mts. Pero el entrenamiento da confianza, y la posición que pude tomar para el tiro era "de sala" y no "de campo"
.
Abro, espero tres segundos, doy la luz y ahí está a punto de dar un paso, pero perfectamente perpendicular hacia mí. Como él estaba en la zona alta de la ladera, yo apenas estaría uno o dos mts más alto que él, así que no hacía falta calcular mucho la trayectoria descendente de la flecha en el cuerpo del animal. Un tiro a la diana puro y duro
Caminó unos 15-20 mts y se tumbó. El tiro cruzó ambos pulmones cortando las arterias del corazón. Todo salió perfecto
No es ningún "berraco", pero el bicho estaba "estudiao"
Si los lances normales te dan ese subidón de adrenalina, cuando se entra en estos juegos de estrategia y salen bien.... Wowwwwwww!!!
Seguimos en racha!
Un saludo.
Javi.