Esperas al Jabalí
GENERAL => Relatos => Mensaje iniciado por: eduardo en Junio 08, 2015, 11:17:55 pm
-
Llegué temprano esa tarde a la finca, como suelo hacer, con tiempo. Paré en la casa de José, el guarda, para echar un rato. Me recibió como siempre, cordial y risueño. Hablamos de todo un poco y me dijo que de mañana se le había muerto un verraco que estaba enfermo y lo había dejado en el muladar, para los carroñeros. Acabada la conversación y con el sol marchando a poniente, me despedí y marché al aguardo. Enfilé el camino de las naves de la explotación porcina y llegando a ellas vi jaleo. Había revuelo de buitres y al llegar a donde dejan los animales muertos, pude observar que muchos leonados se encontraban posados en espera de meter mano al marrano muerto. Algunos se espantaron al ver el coche pero muchos se quedaron sin asustarse. Detuve el coche y los contemplé un rato. Los pájaros más viejos, de plumaje claro, señalaban sus muchos años surcando el cielo. ''Qué haríamos sin ellos'', pensé y quitando el freno de mano continué por el polvoriento carril que me llevaría al cabecero del ribero. Después de preparar todo enfilé mis pasos al puesto de ''el camino'' y al llegar a él, me acomodé. La atardecida fue enseñoreándose y las sombras se hicieron dueñas del campo. Se hizo de noche y nada hacía pensar que el monte estuviera habitado. La luz de la luna llena lo bañaba todo y pensé en los buitres. No los había visto marcharse desde mi posición y me extrañaba que fueran a pasar la noche allí. Sobre la medianoche comenzaron a pasar con aletazos majestuosos hacia Monfragüe. No lo podía creer. Siempre escuché que necesitaban las corrientes térmicas para elevarse y no había visto ni escuchado nunca que volaran de noche. Pasaron varios y todos hacia allí, hacía el parque. Quizás algún zorro merodeando la carroña los hubiera espantado o simplemente decidieron que ya era tiempo de marchar a la buitrera. No lo sé. Esa noche no me entró ningún jabalí pero una vez más pude comprobar que merece estar en el campo por estas cosas y otras muchas que nos perderíamos estando en casa. La gente ''de asfalto'' nunca sabrá lo mucho que se están perdiendo o al menos eso es lo que creo.
-
Que buen bocadillito Don Eduardo !!!
-
es difícil hacer comprender a alguien, que entiende el monte para ir de picnik
que se puedan sacar experiencias inolvidables y momentos que se que quedan en nuestras retinas y en nuestros recuerdos
pro mira lo que te digo, que sigan viendo telenovelas o se jharten a jugar a las cartas en el bar, siempre y cuan do nos dejen vivir como locos de la naturaleza.
nosotros somos quienes nos llevamos esas sensaciones y quienes las vivimos. gracias eduardo por tus sensaciones.
un saludo
-
Que buen bocadillito Don Eduardo !!!
Algún día sacaré el bocadillo entero de tres pisos... ;D ;)
-
es difícil hacer comprender a alguien, que entiende el monte para ir de picnik
que se puedan sacar experiencias inolvidables y momentos que se que quedan en nuestras retinas y en nuestros recuerdos
pro mira lo que te digo, que sigan viendo telenovelas o se jharten a jugar a las cartas en el bar, siempre y cuan do nos dejen vivir como locos de la naturaleza.
nosotros somos quienes nos llevamos esas sensaciones y quienes las vivimos. gracias eduardo por tus sensaciones.
un saludo
Gracias a vosotros por estar ahí... Un saludo.
-
Yo también he creído siempre que los buitres necesitaban las térmicas para alzar el vuelo. Maxime con sus panzas atiborradas de comida. Lo que sí he comprobado de primera mano es que les cuesta un mundo levantarse después de sus copiosas pitanzas y hacen como las avionetas, correr por el suelo un largo trayecto. Qué tiempos aquellos en que íbamos a cazarlos con arcos caseros y flechas de barillas de paraguas..... ¡esos sí que no volverán!. Gracias Eduardo. Estos "cortitos tuyos" son muy sabrosos.
-
Gracias Juanfran. Ya te dedicaré un ''largometraje''. ;)
-
Totalmente de acuerdo, Eduardo, sin duda una tarde/noche en el campo enriquece mucho el espíritu y el conocimiento. Yo nunca vi o escuché volar a un buitre por la noche...
-
Aisss... si esa mesilla donde se dice, se rumorea, se comenta que está el "bocadillo" hablara... Tienes una forma de escribir que engancha amigo Eduardo.
Por cierto, yo tampoco sabía que volaran de noche ;)
-
La única razón que le encuentro es que había una luna llena de aquí te espero y se veía como si fuera de día y ya es sabida la vista que gastan los buitres.
-
Con luna les gusta viajar a las migradoras, ahora tambien la aprovechan las carroñeras, otra cosa mas que se pierden los que no aman la noche en el monte.
-
Nunca los vi volando de noche Eduardo, si entre dos luces, a los que vi volando de noche son a palomas, zorzales y toda clase de anátidas.
-
Pues así fue Pedro, en la finca que tuve en Monroy, donde tu me acompañaste más de una vez. No hace falta que te diga el nombre, ¿verdad? ;)
-
Eduardo la verdad es que para estar agusto en el campo no hace falta que entren los guarros con ver otras cosas nos vamos con algo mas aprendio un saludo
-
Cierto, Carpintero, siempre se aprende algo. Un saludo.
-
....buen relato amigo Eduardo. Da gusto leerte. Es mejor no prodigar mucho las sensaciones que tenemos y las experiencias que vivimos entre los neófitos....mejor, quedemosnos todo entre nosotros que sí que lo sabemos vivir y apreciar con intensidad. Qué pensarían aquellos buitres....al ver un "Eduardo" apostado allá abajo con aquella luna.
-
Pues pensarían: ''Este es el que nos convida a comer con los despojos de los bichos que caza''. ;)
-
Una aventura mas para recordar,debiste pasarlo genial, gracias por compartirlo.
Un saludo.
-
Pues si, Colmilloblanco, me lo pasé muy bien a pesar de no entrarme ningún jabalí. Un saludo.
-
Eduardo leyendo tus palabras me identifico plenamente contigo....la espera es algo más...."La espera, donde se ejercita la soledad y el silencio, invita a la reflexión, al pensamiento, a la creación, a la inspiración....La espera es ¡otro mundo!, nadie puede imaginarse las sensaciones que se perciben en una noche en el monte, sin haberlas vivido en persona.
-
Así es Feder, la espera es un cúmulo de sensaciones que se agolpan, achuchándose, para ir brotando durante las horas que permanecemos en el aguardo. Sensaciones que perduran hasta volver a ocupar el puesto de espera para dejar paso a otras nuevas. Más tarde, cuando ''el veneno'' de la noche nos invade, nuestra afición se enquista en nosotros y se hace perpetua.
-
Eduardo, el amante de la naturaleza, sabe muy bien disfrutar de ella, esta noche no entro ningun guarro, bueno ya entraran en otra ocasión, pero disfrutaste viendo los buitres y te sorprendiste cuando los sentiste volar de noche, con su panza llena en busca de sus dormideros....
No es frecuente, sentirlo volar de noche, asín que tuviste ésta suerte. se pudieron asustar por el acoso de algún animal, bien un zorro, como te comenta en el foro, o quizás algún jabalí..
-
Eduardo, el amante de la naturaleza, sabe muy bien disfrutar de ella, esta noche no entro ningun guarro, bueno ya entraran en otra ocasión, pero disfrutaste viendo los buitres y te sorprendiste cuando los sentiste volar de noche, con su panza llena en busca de sus dormideros....
No es frecuente, sentirlo volar de noche, asín que tuviste ésta suerte. se pudieron asustar por el acoso de algún animal, bien un zorro, como te comenta en el foro, o quizás algún jabalí..
Todos los aguardos los vivo como si fuera el último y disfruto un montón tanto si entra como si no entra el jabalí. :)