Esperas al Jabalí
GENERAL => General => Mensaje iniciado por: eduardo en Mayo 12, 2015, 03:47:08 pm
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Nos preparamos todos los días para algún día poder decir esta frase... ''He matao el cochino de mi vida''. Y a la mayoría no nos llega el momento. :( Pero lo seguimos intentando, vaya que si. Que a la revuelta de cualquier perdido del monte, nos podremos encontrar para hacer una historia en común y de por vida. La historia de un gran jabalí y su cazador. No se que criterios buscaré para valorar en su día, si llega, que lo he conseguido pero si tendré claro por diversas circunstancias que ÉL será el elegido. No sé aún como pero algo me indicará que lo he conseguido. Cuando lo tenga delante, postrado, lo sabré... Mientras tanto, continuaré soñando, pues dicen que es gratis. ::) Estas escuetas líneas van dedicadas a los que ya lo habéis conseguido. Enhorabuena. :)
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Bonitas palabras Eduardo, pero pienso que siempre habrá un "cochino de tu vida" con el que soñar e ilusionarse. Sino serían muchos los maestros que se irían jubilando, y aquí cuanto más viejos más peligrosos son. El único "cochino de tu vida", es ese que nunca cazarás.
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"El cochino de mi vida" es aquel que todavia esta por llegar.Por eso siempre hay que seguir intentandolo,pensando que aunque ya hayas abatido algunos buenos,los que lleguen en un futuro,pueden ser aun mejores.
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Yo soy muy raro en ese aspecto, espero disfrutar de la espera y con solo oirlos o al menos oir algun animal salvaje estando en su entorno, tengo mas que suficiente, hasta cuando me sacan disfruto, ole tus mismisimos le digo, nunca me he obsesionado, por muy grande que fuese el jabali, un cierto gusanillo no digo que no, pero a nivel de intentar ganarle la partida no abatirlo a toda costa y sin hacer esperas extra ni ex profeso.
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He conocido a algún aguardista que después de abatir un jabalí concreto y calificado por él como ''el cochino de su vida'', no han dejado de aguardar pero de otra manera distinta. Seguramente disfrutando más las esperas, si ello es posible. Yo no voy en tensión al aguardo, al contrario, me relajo muchísimo y por supuesto no pienso en ''el cochino de mi vida''. Se que campea por esos montes y quizás ahora sea un bermejote pero lo intuyo, se que un día nos encontraremos y podré aguardar,al hacerme con él, de otra manera distinta.
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Buenos días a todos.
No sabría decir qué criterio aplicar al "cochino de mi vida".Y bien podría decir que lo conseguí por tamaño,por boca,por dificultad....
Como Adol bien dice voy al campo sin inquina,son muchos los que me la han jugado y siempre les he deseado suerte para seguir burlando la muerte y criar jabalíes astutos.Disfrutar de la quietud y los momentos mágicos del campo es lo que me da "gustirrinín".
También ocurre que soy de los afortunados que la suerte puso en su camino algunos de esos cochinos que hacen soñar a muchos.Nunca fui cazador de "trofeo".Y entre los que me tocó hay un medalla de oro largo,pero sin embargo fue un lance casual.Yo no lo busqué ni el el macareno me esperaba.La flecha lo sorprendió mientras mascaba almendras ,una noche de mediados de octubre,a la una de la madrugada con media luna.Un lance en el suelo corto (15m).Con un tiro casi de frente que le pasó el corazón y le dio para correr cerro de olivar para abajo poco más de 20 m.Para quedar colgado del tronco de un olivo,que le impidió rodar a la siguiente terraza.Entonces cazaba con mi Elite Gt500,con flecha Easton st epic de carbono,la punta Muzzy de 125 tres filos.El tiro fue de los complicados:un poco a la derecha o a la izquierda hubieran dado al traste con la posibilidad de cobrarlo.
Un lance no más importante o emocionante que otros.Sólo al tirar de él y darle vuelta,vi la boca y fui consciente de que me había tocado la lotería.El dueño de los olivos se quedó "pasmao".Y luego ya fue un desfile de amigos y conocidos que querían ver.
No puedo decir que haya sido "el mejor lance",al contrario de lo que se pudiera pensar no fue más emocionante que otro con cualquier cochino novatón.De aquí a unos días cumpliré los 56 y todavía el gusanillo me lleva a la soledad del campo,buscando sólo la oportunidad de un lance.Somos cazadores de emociones,más que otra cosa.Que podamos seguir disfrutando y nos quede ánimos para pasar fatigas
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....amigo y admirado Eduardo. Hace tiempo que disfruto las esperas con templanza, tirando poquitos tiros y matando lo justito. Me reconforta mucho jugársela a un buen cochino....como a todos, disfrutando cada noche y cada rato que estoy de espera en el monte.........cada vez más. He abandonado los comederos y me dedico más al paso. Yo mismo me lo voy poniendo más difícil a la vez que emocionante. Me gustan los lances de grandes y pequeños, sin la necesidad de soltar un tiro. A pesar de todo y de no quejarme en absoluto, siempre mantengo la ilusión de pensar....que ese guarro soñado todavía no ha llegado y en ese afán de continuidad estoy día a día, mes tras mes y año tras año. Busco más el disfrutar que el matar, busco la soledad y los sonidos que me ofrece el monte, busco esa parte de incertidumbre que queda después de haber pisteado, busco amigos con los que compartir esos dichosos momentos y hacerles cómplices de lo privilegiados que somos por disfrutar de esos ratos y por supuesto busco....ese marranaco que cumpla mis espectativas como esperista y colme de placer mis aspiraciones. Y la gran pena de todo esto, es que no he terminado de conseguir que mi hijo termine de acompañarme en todos esos buenos momentos.
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Qué buenas declaraciones de principios están asomando al claro. Me alegra, me alegra mucho. :D
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Ni me lo he planteado Edu.
Ni hoy, ni desde que recuerdo.
Me gusta perseguir a los grandes porque son los más listos y los que más dificultades ponen. Independientemente de que lo consiga yo o no.
Cazo a menudo con algún compañero. Normalmente chavales jóvenes que rebosan afición e ilusión por todos lados y créeme que me hace más ilusión que cacen ellos un cochino grande, que hacerlo yo. Y ya son varios los que han caído así.
Les insto a cazar a la valiente. Leyendo el campo. Disfrutando de lo que hacen, y a no tener prisa. Cazar con lo justo y al paso. Y no veas lo que lo disfrutamos.... y lo que disfruto.
Mentiría si te dijera que me da igual no conseguir cazar un buen cochino resabiado. No. No me da igual. Me fastidia que me la juegue y que sea más listo que yo. Pero eso no me desanima, muy al contrario. En la dificultad es cuando me crezco y salen de mi todos esos posos que he ido acumulando desde que empecé con esto. El cazador puro y duro.
Mentiría también si te dijese que voy al aguardo con tranquilidad. No. Cada aguardo a un “listo” de estos es meditado y por tanto estoy en tensión desde que salgo de mi casa hasta que regreso, siguiendo un plan premeditado. Los detalles marcan la diferencia, y no me gusta dejarme ninguno atrás.
El cochino de mi vida?... el próximo. Que es de los más listos que conozco.
Un abrazo.
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Siempre es una satisfacción leerte, amigo Ruiz. Si vienes por aquí y te apetece echar un rato, avisa. Un abrazo.
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Buenas chic@s,
La verdad es que para mi cada noche de espera, es la noche del jabalí de mi vida. Solamente con salir al monte, oler, ver y sentir la naturaleza estoy pagado. Como a todo hijo de vecino nos gusta disparar y más si es un cochinazo, pero desgraciadamente por nuestro poco tiempo, los problemas tanto personales como laborales y los burocratico-cinegéticos cada vez nos conformamos con menos y damos gracias a dios con poder salir a disfrutar de la noche y el de la vista baja. Por ello, para mí, cada noche en el puesto... ya creo estar viendo el jabalí de mi vida.
Un saludo y buena caza!!!
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El cochino de mi vida.... ufff... dónde, cómo y cuándo se presentará?... no lo sé, algún día, supongo y espero poder abatir un gran cochino, de esos que ya quedan pocos. Mientras tanto procuro disfrutar de cada espera como si fuera la última, estando siempre presente, esa ilusión de que haga acto de presencia en cada espera que hago .
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El cochino de mi vida será aquél que su captura reuna una serie de circunstancias que lo hagan especial y lo graben a fuego en mi memoria con el indeleble hierro de las emociones.
El lance debe ser espectacular, arriesgado y debo resulverlo con mi sabiduría y templanza sin ayuda de la fortuna. Cuantas más dificultades tenga en contra y sea capaz de vencer mayor será la recompensa al abatirlo y colgarlo de mis cuerdas.
El lance me gustaría vivirlo solo pero compartirlo después con mi hijo y amigos. Si además "gasta" unas bonitas defensas para engarzarlas en el cuello de mi mujer no habrá mejor tablilla.
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El cochino de mi vida siempre esta en mis sueños.
Es aquel que te lo pone realmente difícil noche tras noche y incluso año tras año,es aquel que notas que el corazón te va a estallar, es aquel que te hace temblar las piernas y no las puedes controlar, es el que nunca ves, pero intuyes y sabes que esta ahí, es que te da esquinazo noche tras noche, es el que te hace salir de casa el por muchos años que lleves en el oficio llueva o relampaguee, es el que te tiene ilusionado y en tensión, porque puede que esta vez si sea el cochino de tu,,,,,,,,,,, de mi vida.
Un saludo.
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Es curioso que al pensar en los cochinos del pasado, los recuerdos no coinciden con las tablillas...
Por tablillas siempre podré "matar" uno más grande, sin embargo, lo que me he dado cuenta es que los que más regusto me dejan son esos cochinos, o cochinetes, que me tuvieron media hora sin moverme porqué me entraban por detrás, dándoles el aire, y a base de quietud y cerrar la boca para que no se me saliera el corazón, me pasaban a no más de dos o tres metros para terminar cumpliendo en el comedero, donde dieron su vida.
Recuerdo ese marrachón, 60 kiletes, que entró por el mismo camino que nosotros al puesto y se quedó diez minutos mirando al comedero, sin percatarse que, con el aire de cara y a escaso metro y medio, mi hijo y yo contemplábamos su trasero a distancia suficiente como para cogerle del rabo. Al dejarle cumplir, también fué la primera vez que vi como un cochino cogia un poco de maiz y se metía en el monte a mascar, lo que le hizo perder la vida a algún otro que usaba la misma táctica.
Sin duda, uno de los cochinos de mi vida... el primero que mató mi hijo Fozzie 3 y sin duda, si Dios quiere, lo será el que mate el futuro Fozzie 4 este año con su escopetilla...
Curioso, no he nombrado ninguno de mis tablillas.... pues entonces espero que el cochino de mi vida, con esa tablilla que me tenga que cambiar de casa para poder colgarla, entre como estos que he mencionado, para que pueda recordarlo en el futuro...
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El cochino de mi vida fue uno que de momento es la espera que recuerdo paso a paso y que me viene a la memoria como la mejor y ya hace mucho tiempo y que me enseñó aquel gorrino la mitad o más de lo que se ahora de las esperas y lo curioso es que lo deje ir porque no lo tuve en buena posición para tirarle......y pensando que la próxima se pondría mejor.....hasta ahora lo estoy esperando.....pero ahí quedó mi espera de ensueño a falta del remate final pero que no me arrepiento de lo que hice.
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Siempre hay que buscar a ese cochino viejo y resaviado que nos quita el sueño y una vez lo has conseguido que no siempre se consigue hay que buscar otro nuevo reto para ocupar su lugar, así por lo menos lo entiendo yo.Buena caza.
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" EL COCHINO DE MI VIDA "
ese mismo fue el que sin imaginarlo, ni siquiera sabiendo como era, ni sabiendo lo que era,
fue el único que me transporto a un lugar diferente de lo que yo podía imaginar, un lugar lleno de alegría, placer,
que fue capaz de desencajar todos mis sentidos, que me izo sentir diferente, pensar diferente y amar mi pasión de un modo distinto
que me izo darme cuenta que a partir de ese momento yo era capaz de algo que no podía ni imaginar, era mas fuerte, aunque al mismo tiempo
me convertía en mas devil, me izo aprender, entorpecer y con el tiempo darme cuenta de lo ridículo y pequeño que me hacia sentir ante
semejante presa,
fue aquel que me izo comprender en el respeto y la gratitud a la que nos debemos.
no era un gran cochino pero era bonito impresionaba, sus cerdas canosas y su majestuosidad, sus impresionantes ojos, esas orejas que contorneaban como si de un bordado se tratase resaltando su contorno negro y sus inmensas barbas, me dejaron sin aliento
abran ávido muchos cientos o serán miles, que se yo, pero ninguno sera como el cochino de mi vida, fue el primero de mi carrera.