Si te huelen ya sabes.... y un zorro te saca con facilidad a más de trescientos metros, asi que un cochino ni te cuento.
Los ruidos son importantísimos, pero más los de antes y los de después, que los del aguardo en sí, que puedes camuflarlos o acostumbrarlos.
Lo que en mi opinión no se tiene muy en cuenta son los ruidos que producimos antes del aguardo y que condicionan sobre medida el resultado del mismo. Todo aquel ruido de coches, toses, risas, conversaciones, etc diferentes a los escuchados habitualmente por el jabalí desde su encame, le llamarán la atención, y por sistema, no se acercará con tranquilidad a esos lugares o directamente tomará otra ruta. Y los oye desde muy lejos.
Es bueno, si vas detrás de un buen cochino, y tienes ocasión de poder hacerlo, pasar alguna tarde antes en las cercanías del lugar elegido y escuchar que es lo que pasa antes de anochecer. Parece una tontería, pero a veces el ruido del coche del encargado de la finca, que se va a dormir a casa, puede ayudarte sobremanera. O el de las vacas que buscan la dormida al resguardo del aire o en los altos en verano. O el del cervuno que sale a los claros a pastar.....
Pienso que hay que tomar la buena costumbre de ponerse con mucho tiempo de antelación, y dejar descansar el campo. A veces hasta que parezca ridículo estar a esas horas allí,después te alegrarás.