Buenos días compañeros, hoy voy a escribir un relato que no se si el compañero Fozzie tendrá a bien incluirlo en el regalo del frontal o directamente lo tirará a la basura, pero todos no pueden tener un final feliz y también hay que escribirlos para que estos hechos no le pasen a otros compañeros. Cuando terminéis de leer el relato os daréis cuenta que quizá el calificativo de desastre total se quede corto.
Antes de comenzar el relato, voy a explicar el porqué del nombre de Los Huérfanos que tiene puesto el comedero. A finales de la primavera, primeros de verano, el comedero estaba tomado solo por hembras con rayones, pero principalmente por una bonita hembra muy joven que entraba muy temprano y posiblemente llevase su primera camada de 6 hermosos rayoncetes. Un día fui a dar una vuelta al comedero, encontré a los rayones solos en el comedero y se marcharon enseguida. Miré la cámara y vi que llevaban solos varios días, lo que me produjo mucha pena ya que su madre habría muerto, seguramente de causas naturales, por algún depredador o cazador y que prácticamente no se movían del comedero asegurando su alimento. Decidí la tarea a falta de caza, de asegurarles el sustento y programe el comedero para que les dispensase un poco de comida cada pocas horas. Los he tenido todo el verano durmiendo y haciendo vida en el comedero. La pena es que de los 6, solo han quedado 2, que se han unido hace poco a un grupito de bermejos de su edad y para mi alegría se han marchado del comedero a buscar otros alimentos y posibilidades, aunque vuelven todas las noches a comer un rato. Eso si, el empeño en sacarlos adelante me ha costado algunos sacos de maíz y unos cuantos euros. Pongo una foto de cuando todavía eran 4 herman@s.
Aclarado este punto, voy a entrar en detalles sobre el aguardo de anoche. Tras varias salidas infructuosas con el arco en los comederos del coto, durante el verano y lo que llevamos de otoño, en las que vi muchos animales, pero ninguno era lo que buscaba, la semana pasada, por fin vi en uno de los comederos del coto, al que llamamos el comedero de los huérfanos, unos rastros prometedores y ya iba tocando, porque llevaba meses en los que casi sus únicos inquilinos eran los huérfanos, así que ayer me dispuse a realizar una espera en lo alto de mi puesto favorito en una encina a una buena altura. Miré el tiempo y daba nublado con algo de viento que supuestamente venía bien y lluvia, pero esta a partir de las 2 de la madrugada, lo que me daba tiempo de sobra para la espera.
Como de costumbre llegué con tiempo de sobra al coto y al puesto. Esta vez no probé el material antes de ponerme porque había estado entrenando hace 3 días y di por sentado que todo estaba correcto (craso error como veremos más adelante). Até el arco a la la cuerda y subí con el morral y mi mono de esperas Cabelas Stand Hunter al puesto de la encina, desde el que subí el arco. A las 17:20 ya estaba sentado, preparé todo el equipo tranquilamente, colgué el arco en un soporte en la rama a mi lado con su flecha ya colocada, preparé el monocular, etc... La noche se echaba encima, casi sin viento que encima me venía bien, nublado y sin excesivo frío, ¿que más podía pedir?, parecía la espera perfecta y lo estaba disfrutando a tope, aún no sabía lo que me tenía deparado el destino.
A las 19:40 escuché cerca chirriar varias veces la alambrada, sabía que eran jabalíes, pero no si vendrían hacia mi. En pocos minutos certifiqué que estaban muy cerca del comedero, eran varios y no hacían casi ruido, el corazón se me puso a mil por hora. Dieron varias vueltas, de hecho estaban esparcidos por los alrededores. Por fin se fueron agrupando casi todos frente al comedero pero aún dentro del monte, cuando no demasiado lejos se escuchó la detonación de un disparo que me dejó petrificado, pero a los pocos segundos se escuchó otro, supongo que el de remate. No me lo puedo creer, espero que no se me espanten los jabalíes que tengo a pocos metros del comedero. Se quedan quietos, temo lo peor, pero un par de minutos después se relajan y entran los primeros al comedero. Los dejo comer y entran otros pocos más, miro con el monocular nocturno y son un par de hembras con varios bermejos. Pero hay algo más cerca y dentro del monte. Varios minutos después da la cara un buen macho que parece tener boca, me acelero aún más. Los animales se pelean y entran o salen del monte. Unas veces están todos juntos comiendo, otras las guarras con las crías y otras el macho solo. Veo que ya están tranquilos y me decido a realizar el lance. Cojo el arco y sigilosamente lo dirijo hacia el comedero. Vuelvo a mirar con el monocular y cuando veo al macho colocado correctamente palpo el loop e introduzco la uña del disparador, voy a abrir y la uña se suelta del loop, maldición he olvidado armar el disparador y la uña está suelta, empujo el disparador hacia delante, repito la operación y mismo resultado ¡¡¡QUE PASA!!!, el disparador no funciona bien, no me lo puedo creer, me pongo histérico, vuelvo a intentarlo varias veces y no funciona, para colmo con los nervios hago un leve ruido y los animales se meten al monte mosqueados, pero al poco vuelven a salir, mientras yo intentaba solucionar el problema. No lo consigo y entiendo que debo cambiar de disparador, pero es de muñeca y el otro lo tengo en el morral, por lo que voy a hacer ruido y tengo a los guarros otra vez en el comedero a menos de 15 metros. Decido colgar el arco e intentar sacar el otro disparador de muñeca del morral y aquí se produce la hecatombe. Estaba muy nervioso, debí colgar mal el arco y conforme lo solté se cayó del soporte pegando un golpazo contra la encina y la plataforma del puesto y gracias que lo pude coger en el último momento y a ciegas de una cuerda, sino habría caído los más de 4 metros de altura, pero la flecha se soltó y cayó golpeándose contra varias ramas, haciendo un ruido enorme que debió escucharse en el silencio de la noche a mucha distancia. Los animales se metieron en el monte y se marcharon sin gruñir ni hacer ruido, aunque en ese momento mi preocupación era otra. ¿Habría dañado el arco?, tal era el cabreo que tenía que me estaba cociendo dentro del mono de las calores que me subían, al que tuve que abrir las cremalleras porque sudaba de repente. Cogí mi viejo frontal que tiene además de la luz blanca, un led rojo, la cual va fallando (a ver si me toca el frontal del compañero Fozzie para renovarlo jajajaja) y revisé el arco que en apariencia no había sufrido ningún daño, cosa que me hizo respirar aliviado. Pensé en irme, pero solo eran las 20:30, así que decidí relajarme y como muy tarde a las 22:30 me iría. Pongo una foto de la cámara del animal que malogré.
Pasó el tiempo en lo alto de la encina muy rápido, ya que en mi cabeza solo daba vueltas lo que había pasado y buscaba el porqué. Pero recordé que cuando entrené tres días antes, en el último disparo, la flecha salió de una forma extraña y con un sonido raro al disparar. En ese momento lo achaqué a un error que llevaba mucho tiempo sin pasarme, pero que en los comienzos me pasó 3 ó 4 veces y era que tras unas tandas de flechas, la musculatura se cansaba y una vez el arco abierto ponía el dedo en el disparador, pero al estar cansado se me cerraba involuntariamente el arco y al intentar forzar para mantenerlo abierto, apretaba la mano y disparaba la flecha sin quererlo, cosa que es muy peligrosa, por eso siempre apunto directamente al parapeto para evitar vuelos de flechas descontrolados y el dedo yo solo lo pongo en el disparador cuando voy a disparar, nunca mientras apunto. Puede que esa última flecha que se disparó mal fue por una rotura o avería en el disparador y yo pensé que fue error mio. A partir de ahora siempre comprobaré el material antes de cazar.
A las 21:40 horas viendo que no estaba concentrado ni disfrutando el momento, decidí quitarme e irme a casa. Guardé algunas cosas en el morral, descargué el arco, metí la flecha en el carcaj, lo até a la cuerda y lo descolgué hasta que quedase a un metro del suelo cerca del tronco de la encina para recogerlo al bajar. Cuando me disponía a bajar del puesto, escucho llegar animales al comedero. ¡¡¡NO ME LO PUEDO CREER!!!, me siento en la silla para no asustarlos, me toca hacer plantón ya que el arco con las flechas se encuentra colgado varios metros debajo de mi y no lo puedo subir, pero si que saco del morral el monocular nocturno que estaba a mano para observar. En un rato tengo en el comedero a una guarra enorme con varias crías. Estuvieron comiendo durante mucho tiempo, pero la guarra cada poco tiempo se metía al monte, lo que me hizo pensar que podía haber un macho cerca, aunque no escuchaba sus pasos. Pero una media hora después dio la cara el macho que sospechaba que andaba cerca. Si el anterior macho no tenía mala pinta, este lo superaba con creces en trofeo. Como la primera vez, los animales unas veces estaban comiendo juntos y otras veces se quedaba el macho lo la guarra con las crías solos. En una de las excursiones del macho alrededor del comedero, se encaminó hacia la encina del puesto, ya que aunque está cerca del borde del monte, tiene por detrás un par de metros de maleza. Y cuando la suerte te da la espalda, todo sale mal, por lo que el jabalí fue a topar con el arco que tenía colgado cerca del suelo e impregnado de mi olor a la espera de bajar y llevármelo. No hay que decir que el macho metió un enorme gruñido al darle el olor del arco y los animales desaparecieron a la carrera hacia el monte, mientras el jabalí se fue alejando y regañando. Pongo la foto que hizo la cámara al animal.
Las fotos las he recortado por motivos obvios, no quiero que se vean datos de la cámara ni del entorno del comedero, que nunca se sabe si puede ver esto alguien cercano.
Me bajé del puesto y me dispuse a irme al coche, momento en el que para poner la guinda al pastel, empezó a llover con fuerza y cuando llegué al coche mi mono pesaba una tonelada.
Nunca antes me había ido a casa tras una espera con una frustración tan grande, nuestro lema será "Inmunes al desánimo", pero me va a costar levantar el bajón que tengo. Llevaba tiempo si abatir un buen macho y en la misma noche he espantado dos y además dudo que vuelvan a entrar en el comedero.
Esta mañana he revisado el arco y no se le ve ningún daño aparente, salvo un par de arañazos en una de las palas. Las poleas, cuerda, visor y demás parecen perfectos, eso sí el disparador tiene que tener algún muelle o reten roto, porque no se queda fijo, pero no conozco sus mecanismos. Lo curioso de todo esto es que tengo dos disparadores de muñeca, un wise guy boa que es mi disparador "titular", va de fábula y otro de aliexpress de 20 euros de reserva. Anoche usé el de aliexpress, que nunca había dado fallo alguno, pero me gusta usarlo alguna vez para certificar que funcionan los dos bien y el resultado salta a la vista.
Así que de este relato hay que extraer varias moralejas que son, probar todo antes de cazar y no dar nada por sentado aunque hace pocos días hayáis usado el material, tener todo lo necesario a mano porque nunca se sabe si tenéis que hacer uso de ello, controlar los nervios ya que solo empeoran las cosas y por último, el material de calidad, no se puede malograr un lance con un arco con accesorios de unos 1500 € por usar un disparador perrillero del Aliexpress de 20 €.
Espero contar otros capítulos del comedero de los huérfanos con un final diferente.
Un saludo.
Tema: Los Huérfanos Capítulo I - ¡¡¡desastre total!!! (Leído 2170 veces)