Esperas al Jabalí


Historia de otro fallo (Capítulo II). El venado de las salinas

Autor Tema: Historia de otro fallo (Capítulo II). El venado de las salinas  (Leído 3806 veces)

Desconectado lagarto308

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Fue durante la berrea, también. Pero en Cuenca, terreno agreste y difícil, no recuerdo si era en el nacimiento del Cabriel o del Guadiela, pero coño qué terreno más quebrado.

Uno tenía muchos menos kilos, mejores piernas y pelo, mucho más pelo. Tanto que mi vecina le decía a mi mujer .. ¿quién es este chico tan guapo de la melena que está contigo en esta foto enmarcada que tienes aquí en el salón? Mi amante, no te jode, para que mi marido no se descuide

Aún tenía el Sta Bárbara 7mmRM, con visor Bushnell gama más baja en 3-9x40, o así. O sea, sería el 94, el 95, no más.

Cuando venía el abuelo contando las aventuras por esos pagos del Alto Tajo, Huélamo, Tragacete, Valdemeca, Zafrilla, la reserva de Teruel, Uña ... esos recechos, esos venaos que por allí aún no había, esos bramidos que contaba y uno imagina sin haberlos oído más que en la tele, a mí se me tenía que caer la baba. Con el tiempo nos acabamos uniendo a la pandilla conquense en la berrea. Allá va la tropa. Mi hermano y yo nos quedábamos sólo un fin de semana, quizás alargado con el viernes o el lunes ...

Puro rececho. Tiraderos largos, difíciles. O a meterse a ellos, por aquellos pinares inmensos en tremendos laderones. y a tirarlos a cascaporro, si podías. Una gozada. La cabaña la tenían casi en la cuerda. Desde allí salían por la cuerda uno o dos cazadores, en caso de que fueran dos uno se quedaba en la reolla y luego volvía andando, sentado en esos peñones, si tenías vértigo el último tramo lo hacías a gatas como era mi caso. El otro tiraba hacia el puesto de las salinas por toda la cuerda p'alante. Otros dos bajaban por el río. Uno hasta las piedras. El otro hasta el puesto de las salinas. Otro bajaba por el laderon que daba al otro laderon, río por medio, y hacía uso de la regla no escrita de que cada uno tiraba el laderón del vecino, porque el suyo propio no había manera de verlo. Y cuidadito no caerse rodando. Otro se iba hacia los llanos, a la fuente de, a la casa del tío tal ... Siempre eran los mismos recorridos. Uno y otro día. Y si berreaban por medio ... a por ellos. Luego ... Almuerzo. Cervezas. Níscalos. Mus. Vino. Siesta. Comida. Rececho. Cena. Copas. Más mus. Frío, mucho frío. A calentarse a la lumbre. Y a lavarse afuera, con palanganas y agua del río subida en garrafas de 50litros que algunas mañanas había que romper el hielo del agua en la palangana para poder lavarse.

Fui tres años allí y me marcó mucho esa berrea de recechos puros, pinos, muchos pinos, laderones, mucho andar y mucho sufrir, muchas entradas a machos que luego no merecían la pena. Pero claro, además de las medianías que algunos cazábamos, buenos platas y oros caían con cierta cadencia, quizás no todos los años, pero algunos años un par. Pero sobre todo, lo pasábamos muy bien. Por eso, años después, me gusta rememorar esos viejos recuerdos. Dicen las malas lenguas que desde entonces se me nubla la cabeza y mil maldades más propias de lenguas viperinas rebosantes de bílis que no vamos a repetir aquí por si hay menores escuchando, pero yo creo que sólo se me ilumina el alma y me brillan las pupilas ansiando respirar el monte y disfrutarlo con los amigos.

Y llegó el ultimo día de la primera visita. Última mañana. Final de Septiembre. Me acompañó Anastasio por el río, hasta el puesto de las salinas. A nuestra espalda el río y los laderones de enfrente, tiradero largo. De frente, una quebrada que bajaba de la cuerda, con unas trochas en la parte baja y un poco despejado en el alto, con pinos pequeños, lugar de querencia habitual por el que subían los venados para trasponer.

Entre la neblina comprobamos que allí estaban ya las ciervas cuando llegamos. Y allí adivinamos al macho entre espinos. Berreando y dando un poquito de cera por la zona. No se despejaba, y si tiraba hacia arriba, que era lo lógico, le faltaban pocos metros para trasponer. Habíamos llegado tarde o él temprano. Anastasio me dijo: "A por él", "súbete por este lado de la quebrada tan rápido como puedas, que no te vean las ciervas, y aprovecha cuando brame para correr", "tienes que llegar a su altura, antes de que se mueva" "Ve tú primero que yo no podré seguirte y darte prisa que se va".

Trepé por mi lado de la quebrada. Al principio muy rápido, estaba largo, demasiados pinos por medio para que me vieran las ciervas, y estaba fresco. Según iba subiendo, el terreno se iba ensuciando, más taramas de pino viejo que tronchaban con un ruido infernal, más suelo sembrado de piñas, más claros entre pinos donde las ciervas vigilantes podían verme. Subí rápido, a ritmo, arqueé para evitar claros "grandes", tremendas áreas llenas de piñas, aprovechando siempre el bramido del macho. Sobrepasé la altura de las ciervas. Me faltaba un clarete de 3-4m y desde allí podría situarme para dominar la salida del macho. Lo pasé en un bramido, rápido y silencioso, sin que las ciervas me vieran. Puse rodilla en tierra. Reposé un rato, sofocado. Apoyé la gorra en la rama transversal del pino. Puse el rifle, y me quedé esperando. Sólo veía el espino removerse de la paliza que le estaba dando el macho. Después del espino, no más de 10m para trasponer. Saliera por donde saliera lo tenía. La distancia no sería mayor de 50m. En el bote. Confiado.

En eso oigo un ruido y me veo a Anastasio subir despacito, a su ritmo. Él no hace el último claro, no tiene sentido arriesgar. Viene sofocado. Me hace un seña con la mano. Y otra y otra: "Bien hecho". "Tranquilo". "Prepárate". "Cuando salga le atizas".

Esperamos algún minuto más. Me vino bien para tranquilizar el pulso del esfuerzo de la subida desde el río. El venado se mueve. Me echo la cara al visor.   >:( >:( No veo nada. !Está empañado! !Ya no está en el bote!. Me quito rápidamente la braga del cuello, y limpio el ocular ... por el rabillo del ojo veo que ya lleva más de la mitad del camino recorrido, que lleva una carga de leña importante en la cabeza, cuello ancho, y que le sale una nube de vapor del cuerpo, por el contraste de temperatura y lo fresco del día, que le da un toque impresionante a la foto, es hermosa, muy hermosa. Vuelvo a meter la cara y sigo sin ver más que una pesada niebla, Anastasio me apremia a tirar ya desesperado y creyendo adivinar el bulto en medio de la niebla lo sacudo un tiro. Traspone y berrea. Buuuuuuuuuu -Soy el Dios Venao y tú un pringao con un visor empañao- Buuuuuuuu -Nos volveremos a ver en el futuro- Y lo hicimos. Varias veces.

Al poner rodilla en tierra y reposar, con la respiración agitada, estuve echando directamente el aliento al visor, pero no al ocular, sino al objetivo. Y dejé el "maravilloso" bushnell completamente empañado. Y aunque me quité la braga y limpié el ocular ... la niebla no se fue, !pues había empeañado el objetivo!

Estábamos allí, en el momento justo para encontramos con un venado bandera, como casi todos los que se fallan, hicimos un gran esfuerzo, bien medido, bien llevado, para ponernos a tiempo en un lugar privilegiado de tiro, dominando. No nos vieron llegar las ciervas. No nos oyeron. Les ganamos la partida. Pero el visor tenía el objetivo empañado. Por el que escribe. Encantado de conocerte, Dios Venao. Volveré.

Y repetí todo lo que pude. Y alguna vez le gané la partida. Pero otras veces, como en La Encina, traspuso y volvió a berrear. "Buuuuuu -te acuerdas de mí? Soy el Dios venado ... "
« Última modificación: Enero 08, 2014, 10:42:38 pm por lagarto308 »

Desconectado JUANFRAN

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Re:Historia de otro fallo (Capítulo II). El venado de las salinas
« Respuesta #1 en: Enero 09, 2014, 09:56:18 am »
Magnífica descripción. Perfecta.  Por qué será que muchas veces nos acordamos más de lo que no fue que de lo que fue.  Más de los errores (es un error que se empañe un visor de no muy alta calidad?) que de los aciertos.
Si yo hubiera estado en tu pellejo, también me acordaría de esta historia.  Pero por otras razones.  Fundamentalmente, por la subida del laderón a buena velocidad y ritmo.  Algo que en mi ya es el pasado.  Y el pasado siempre se recuerda como reflejo de tiempos mejores, haya acierto y haya error.  Felicidades por el escrito y por tus recuerdos.

Desconectado furas

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Re:Historia de otro fallo (Capítulo II). El venado de las salinas
« Respuesta #2 en: Enero 09, 2014, 10:30:19 am »
Muy buen relato, si señor.

Desconectado Manuel

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Re:Historia de otro fallo (Capítulo II). El venado de las salinas
« Respuesta #3 en: Enero 09, 2014, 03:42:52 pm »
Estupendo relato lagarto, como el primero, poniendo en situación la cacería al completo, desde sus inicios, pasando por el agua de rio para lavarse, hasta el fin del lance en un cazadero fácilmente imaginable. Este "Dios Venado" tuyo te ha deparado jornadas, como esta, inolvidables.
Gracias por compartir estos días de caza, y las anécdotas que te sucedieron en ellas.
saludos.

Desconectado mantekao

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Re:Historia de otro fallo (Capítulo II). El venado de las salinas
« Respuesta #4 en: Enero 09, 2014, 05:44:22 pm »
Magnífico relato y mejor aún contado, menudo sofocon subiendo la ladera.
Al parecer la entrada fue perfecta, lastima que el visor se empañara.
Gracias por compartir esos momentos...

Desconectado colmilloblanco

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Re:Historia de otro fallo (Capítulo II). El venado de las salinas
« Respuesta #5 en: Enero 09, 2014, 06:06:58 pm »
Buenos recuerdos guardas, gracias por compartirlos. 

Me he,,,, hasta sofocado yo ;) tanto trasponer ;)

Esta vez no fue el rifle ;) Y aunque aL DIOS venao se le aparecio la virgen en forma de neblina,la batalla no estará perdida y estoy convencido que en el capitulo III os volveréis a encontrar.

Un saludo.     
"Para tener enemigos no hace falta declarar una guerra; solo basta decir lo que se piensa".

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Desconectado Buhogris

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Re:Historia de otro fallo (Capítulo II). El venado de las salinas
« Respuesta #6 en: Enero 09, 2014, 06:57:23 pm »
Estupendo relato lagarto,me ha encantado  :).Lastima que no acabase del modo que hubieses deseado,pero tu bien sabes como es esto de la caza,en la que nunca hay nada asegurado por muy hecho que lo veamos  ???.Un saludo.
"No subestimes a tu presa y prepara su caza,como el mayor de los retos"

LOBACO

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Re:Historia de otro fallo (Capítulo II). El venado de las salinas
« Respuesta #7 en: Enero 09, 2014, 08:50:35 pm »
Joder Lagarto 308 si yo fuera tú iría directamente a por "El Dios" en lugar de a por el venao.
Enhorabuena por el relato, los parajes incomparables, los conozco aunque solo de pasada, el escaso pelo es otra de las cosas que tenemos en común.

Desconectado adol

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Re:Historia de otro fallo (Capítulo II). El venado de las salinas
« Respuesta #8 en: Enero 11, 2014, 05:05:05 am »
Vamos con todo lujo de detalles, que recuerdos mas vivos se nos graban.
Si abates la mitad de lo que tiras, eres muy bueno, pero si tiras, solo, a lo que puedes abatir, eres de lo mejor.
La caza, la pesca y cuidar nuestro entorno, son nuestras herencias, respetemoslas.

Desconectado Carpintero

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Re:Historia de otro fallo (Capítulo II). El venado de las salinas
« Respuesta #9 en: Enero 19, 2014, 08:51:37 pm »
Precioso relato compañero gracias por compartirlo un saludo