En efecto Freddy, la espera no es una forma de caza muy común en el norte de España. Aquí la forma dominante de cazarlo es con perro de rastro y de un tiempo a esta parte se ha convertido en una suerte de religión. Hace años sí se cazaban en aguardos, principalmente con el fin de evitar los daños en los cultivos de maíz. En ellas también se cazaban osos. Están descritas en viejos libros de caza. Luego su número descendió tanto que la espera era simplemente imposible. Cuando su abundancia se recuperó, e incluso llegó a ser problemática (hay algunas zonas en las que constituyen un problema muy serio), triunfaron los perros de razas francesas, a mi juicio mediocres en el rastreo de la caza, y la gente se ha enganchado de forma irremediable a una forma de cazar que a mi no me gusta. En consecuencia en todo el norte de España tienen lugar, desde finales de agosto hasta el último día de febrero, una singular persecución del jabalí marcada por la baja eficacia de las cacerías, el enorme disturbio social en sus poblaciones y un sin par rejuvenecimiento de las mismas.
Cazar un buen jabalí, hablando de bocas, es muy improbable, no así en peso ya que aquí un guarro con 18 meses pasa holgadamente de los 100 kg.
En fin, en este contexto tan poco propicio me he liado con algunos amigos a cazarlos con arco.
Saludos