Efectivamente Adol, "el tiempo" -entendido como abrir en el momento exacto- es tan importante en el arco como en la música :
Ni demasiado pronto ni demasiado tarde.Cuando se ejecuta bien es como un buen pasaje de la partitura.Y en la caza con arco "al paso" es precisamente la madre del cordero.
En cuanto a lo de insisitir en la baña,no creo que se a lo más efectivo.Después de que nos haya cazado varias veces,hay que darle tiempo para que se le olvide o se descuide y vuelva a entrar confiado.Este tiene escuela,y si aprende que le esperas y dónde, ya no le vemos más el jopo.Las visitas tienen que ser espaciadas y cambiando la postura mientras sea posible.
En el mismo sitio entra uno sobre las seis de la tarde -con luz- y no sé cómo es.Todavía no me ha dejado ni verlo,lo oigo llegar cerca hasta la veintena de metros (una rama que cruje apenas) ,se para un buen rato.Y de pronto se arranca para atrás y no oigo más que el trote,no arroya ni monte.Y ya van tres veces y sobre la misma hora.No coje aires,ni gruñe, ni sacude las orejas,ni hace ruido de más...En el último intento levanté uno, acostado bajo una encina a 15m del charco.Se levantó al poco de llegar yo a mi postura,rompió unas cuantas ramas al saltar de la cama y se paró en corto.Se lo tragó la tierra ni lo oí marchar.Pero tuve claro que éste ya no vendría a bañarse.