El Plan de Recuperación del Urogallo es tirar 2 millones de euros a la basura, según el alcalde de Camaleño
A los que viven alejados de las zonas afectadas ó a los que cualquier cosa que suene a "salvar a Bambi" les pone, esta iniciativa del Gobierno Regional les parecerá adecuada y acertada.
A los que vivimos en estas zonas y conocemos la realidad, nos parece un despilfarro, un insulto a la inteligencia cuasi rasgando lo delictivo. El Gobierno Regional va a enterrar 2 millones de euros, en nuestros montes, sin conseguir ningún resultado, sólo se beneficiarán unos pocos, los de siempre, los que carecerán de amor a la naturaleza por todos lados y al final se llevan los estudios inútiles, los trabajos sin sentido y que cuando se acaba el dinero vuelven a cacarear para pedir más, voy a tratar de explicar a los no iniciados el verdadero problema del Urogallo, yo no soy biólogo, zoólogo, ni tengo ninguna licenciatura relacionada con el tema, lo que si tengo, cosa que creo no es asignatura obligatoria en las universidades, es sentido común y los testimonios y saberes de mis ancestros, que en esto de conservar el territorio, sabían algo, pues no en vano su vida dependió de él.
Les pongo en situación: Años 50 ó 60 del siglo pasado, zona alta de Liébana, en concreto 2 pueblos del Valle de Camaleño: Espinama y Cosgaya, al menos 15 personas de los dos pueblos viven de las subastas de madera, que en esas décadas tuvieron mucha importancia económica en la zona. Se pasaban todo el año en el monte de Salvorón ó el de Cubo, cortando hayas y robles, cientos de ellos, siguiendo un plan forestal que permitía esas cortas masivas, más cercanas a la matarrasa que a la entresaca.
El resto de la población de los dos pueblos, vivía de la ganadería y la agricultura. No había tierras para todos y el monte era esa tierra que le faltaba al ganadero. Se echaban (podaban) los acebos para dárselos al ganado en invierno, no quedaba un área del monte que no se aprovechara con el ganado, la gente vivía en los puertos, en el monte.
Existía el alimañero, la persona que cazaba zorros, garduñas, martas, jinetas, animales cuya piel valía el sueldo de varios meses de un jornalero cualquiera. He oído historias que tres días con sus noches les llevó a alguno dar caza a una jineta.
Todas las praderías que existen hoy en día, la mayoría eran tierras de labor en esa época, el trigo, las patatas, el maíz, la remolacha....eran el complemento a la ganadería. Yo que no soy tan mayor, recuerdo que de niño o ya mozalbete, para cenar el plato que había un día y otro también eran las patatas cocidas. Debido a esto, no había apenas jabalíes. La gente no consentía que su sudor y su sustento se lo llevará una noche una piara de jabalíes. Por ello cuando pasaba alguno de la zona de Portilla ó Valdeón, se intentaba cazarle, su población era muy escasa.
El venado se introdujo en la zona en los años 50. Siendo en esa década y las dos siguientes su población muy escasa. Sería bueno investigar, quién fue la cabeza pensante a la que se le ocurrió la idea de introducirlo en nuestros montes, para estarle eternamente agradecido, bueno eso es otro tema, no nos dispersemos.
En Cosgaya por ejemplo se mataban cuatro machos de urogallos legales al año, la dirección de montes de esa época daba los permisos, existían al menos cinco cantaderos entre los dos pueblos y la población de urogallo gozaba de una salud envidiable.
¿Qué ha pasado o qué hemos hecho para llegar a la situación actual, que por mucho que nos cuenten es de cero urogallos, en Cosgaya y Espinama?
Tenemos dos versiones la oficial o la del sentido común:
Versión oficial. Se achaca la desaparición del urogallo a los tendidos eléctricos, el furtivismo, excesiva carga ganadera, deterioro del hábitat, depredadores, molestias por la gente, por los coches, cambio climático. Aportando soluciones como plantar arandaneras, cotear ciertas zonas al ganado, prohibir el tránsito por ciertas pistas ó el arreglo de estas, limitar el acceso de la gente a los cantaderos, encargar estudios de no se sabe muy bien que, más control y vigilancia de furtivos y control, poco control sobre predadores. Coste: 2.000.000 €.
Versión del sentido común: Retomemos la visión de la forma de vida en esos años 50 ó 60. Qué ha cambiado para que a partir de los 70 la población de urogallos empiece a bajar? Se dejaron de expedir permisos para matar urogallos. En cuanto al furtivismo, yo no tengo constancia que ningún vecino de Cosgaya en los últimos 30 años haya matado un urogallo. Si me preguntan por otras especies, no me duelen prendas en decir que sí tengo conocimiento y yo mismo, en mis años mozos, participe en algún aquelarre de esos.
A los cantaderos no va casi nadie, ni ganaderos, ni cazadores, ni muchos menos turistas, coches o tendidos eléctricos o cierres ganaderos.
Los acebos, gracias a la ceba de Castilla ya no se hacen para el ganado.
El monte ya no se entresaca. A últimos de los ochenta se anularon las subastas de madera y la saca de madera del monte se limita al consumo de la gente de los pueblos, la cual se hace cerca de estos y al lado de las pistas. El cultivo de las tierras, se limita a un pequeño huerto al lado de casa, con lo cual esa necesidad de control sobre el jabalí ha desaparecido.
No está permitido cazar zorros, jinetas, ni nada desde que engrosamos las listas de pueblos con Parque Nacional.
El venado se ha extendido por toda Líébana, siendo casi una plaga.
Apenas quedan cabras en Cosgaya y Espinama antes las endegabas (las metías en el monte por la mañana) y a la tarde las ibas a bajar o por los veranos se cuidaban solas, teniendo la gente tiempo para hacer la hierba. Eran un añadido para las paupérrimas economías de la gente y tenían el monte limpio de maleza. Ahora con la proliferación del lobo, la gente ya no las tiene. Y el monte está abandonado, esperando que en un descuido o una irresponsabilidad surja alguna llama.
¿Qué pasa? ¿Cuál es el problema del urogallo? Para conocer el problema debemos conocer dos aspectos de la vida de éste, que son esenciales: Anida en el suelo y cuando hay nieve busca el refugio de las aceberas (tres ó cuatro ó más acebos adultos) ahora estamos en la situación adecuada para que usando el sentido común, todos sepamos cuál es el problema y cuál la solución.
Hay muchísimo jabalí, zorro, garduñas, jinetas, martas, lobo en la zona, siendo imposible que una nidada de urogallo vea la luz.Hay muchísimo venado, que cuando nieva también busca el refugio de los acebos, impidiendo que lo encuentre el urogallo, sumándose a esto la mala gestión del acebo. Debiendo ser podado cada pocos años, para que esté fuerte, si no se envejece y muere. Poniendo la población de estos animales depredadores bajo mínimos, sí podemos recuperar el urogallo, si no por más que nos cuenten no es viable, como dice el refrán "o se está en misa o repicando". Si queremos que el urogallo vuelva a cantar en primavera en nuestros bosques, debemos rebajar el número de sus predadores. No hay otra solución y ésta no es costosa.
Espero que algún día, alguien con poder en la Administración, deje de temer al voto ecologista y se centre en cuidar en serio la naturaleza. No es malo aprovechar la madera del monte, usar las pistas no supone ningún problema a la fauna o flora del lugar, siempre que se utilicen de manera adecuada. En Cantabria, en Liébana, en Camaleño, la naturaliza por sí sola no se regula como falsamente mucha gente cree. Esto no es Yellowstone, los montes son pequeños, vivimos gente en ellos y de ellos, y debemos controlar ciertos animales para que otros puedan vivir y sobre todo para que la gente que aún vive de la ganadería no se canse y lo abandone, porque ese día perderemos lo más importante que tenemos y no creo que nos intenten repoblar con inmigrantes subsaharianos o de Europa del Este. (Con población de otros países)
No es malo que acerquemos a turistas a escuchar la berrea, ni que saquemos un duro entresacando hayas, el monte nos lo agradecerá. Si convertimos nuestros bosques en zona de reserva vedada a todo tipo de uso, lo que lograremos es que nadie lo tome como suyo y lo cuide y mime. Pasará a ser algo de todos o mejor dicho de nadie y tendremos un problema.
Señora Consejera, aplique el sentido común, escuche a alguno de sus técnicos, que me consta que saben de esto y utilice esos fondos para ayudar a los ganaderos con el tema del lobo, mejorar las pistas, limpiar y hacer cortafuegos en el monte y señalizar rutas nuevas dentro de los bosques para el disfrute de los turistas.
Utilice esos fondos en algo provechoso, no lo malgaste en este plan.
Oscar Casares Alonso
Alcalde de Camaleño
Presidente de la Junta Vecinal de Cosgaya.
http://www.soydeliebana.es/actualidad/2014-11-25/plan-recuperacion-urogallo-tirar-millones-1657.html