Compañer@s.
Antes que nada pediros disculpas, el otro día cuando me presenté, por despiste, omití deciros mi nombre. Soy José Aparicio. He intentado subsanarlo lo antes posible, pero no he sido capaz hasta que otro compañero del foro me ha indicado como hacerlo. Podía leer vuestros comentarios y saludos, pero no tenía la opción de responder.
Muchas gracias por vuestro apoyo, espero no defraudaros.
Con respecto a lo que apunta el compañero Azarías sobre "el chillo", en lo que pueda ayudaros no lo dudéis. En lo relativo a esta práctica, estoy seguro de que hay gente mucho más sabia y experimentada que yo. Sobre el tema he leído todo lo que me ha caído encima. Hay un verdadero maestro que es Andrés Cano, el gran "Zorro Cano" muy interesante y enriquecedora la lectura de su libro.
Llevo años en ello y desde mi punto de vista, es muy entretenido y emocionante aunque el porcentaje de intentos fallidos contra los de zorros vistos que no digo abatidos, puede rondar cerca del 10 a 1.
Esta modalidad me encanta, me motiva y exige mucho, no se puede dejar nada al azar.
Cuando lo practico si consigo ver o escuchar uno ya vuelvo contento a casa. Si no consigo disparar por culpa mía, porque he cometido un error o he pasado por alto algún detalle me lo recrimino, pero si considero que ha sido por la astucia de "maese raposo", regreso eufórico analizando los detalles y preparando la próxima estrategia.
Gran parte de los conocimientos que pueda tener sobre el tema, me lo han enseñado ellos, los zorros. El analizar mis errores cada vez que detectan cuando los cometo, el observarlos, el estudiar sus movimientos y la forma de comportarse, su alimentación, los lugares por los que suelen transitar, sus rastros, su forma de comportarse y reaccionar cuando escuchan el chillo...
Siempre se ha dicho que el que le puso el nombre de zorro lo hizo por algo y desde luego muchas veces pienso que no le hace justicia. Creo que los subestimamos, estoy convencido de que son mucho más listos de lo que se piensa.
No tiene nada que ver el abatir un zorro al atardecer cuando sale de su escondite o refugio para ir a cazar por la noche, o al amanecer durante su retirada nocturna mientras esperamos otras especies o incluso a ellos. Yo suelo decir que cazar un zorro en esos momentos es otra cosa. Cierto es que la pieza es la misma incluso algún tiro puede ser bonito por hacerlo a distancia, no lo dudo. Pero cuando se practica el chillo, y se nos acerca alguno, él viene a cazarnos a nosotros y viene con todos sus sentidos en alerta máxima. Son capaces de cogernos la pisada si se acercan por detrás aunque llevemos un buen rato en el puesto sin llamar. O el viento por ligera brisa que haya mucho antes de que lleguemos a verlo... El éxito depende mucho del biotopo en el que se practique, de la presión a la que estén sometidos, de la experiencia que tengamos y de las repeticiones que hagamos en la misma zona ya que aprenden mucho. Nosotros de ellos y ellos de nosotros. No lo olvidéis.
Un zorro que nos detecta por nuestro olor, o porque ha apreciado un pequeño movimiento mientras nos encontramos en el puesto o por cualquier otro matiz, o porque está por la zona ha escuchado nuestra llamada pero no ha llegado a venir y escucha una detonación, siempre va a relacionar eso con el enemigo y durante bastante tiempo a pesar de seguir viviendo por esa zona, no se nos va a acercar a esa llamada. Incluso aunque cambiemos el reclamo y cambiemos a otro totalmente distinto serán reacios a venir. Aunque no os lo creáis, he comprobado que pueden llegar a relacionar el vehículo con el cazador y con el chillo. Les he escuchado ladrar al coche a pesar de llevar varias horas en el monte a 600 mts del mismo esperando que llegue el día, pero bueno, esos son los muy listos que ya han escuchado el chillo o disparo.
Suele ocurrirme como con casi todos los lances de caza, que no recuerdo tanto el conseguido sino aquel que he errado.
Recuerdo que hace unos años me pasé prácticamente un mes detrás de un ejemplar viejo que cojeaba de la pata trasera izda. Y venció él. Tuve un par de ocasiones de abatirlo, pero no supe aprovecharlas.
"El cojo", que así es como le apodé debido a que cojeaba de forma apreciable de su pata trasera izda, y yo nos conocimos el primer día de esa temporada. Era el primer puesto del día ,ya que suelo hacer casi siempre tres, estaba muy confiado y seguro de que vería alguno, pero una vez más me equivoqué, era mi primer día de vacaciones pero no para "el cojo" ya que era un veterano que no me lo iba a poner fácil. Se acercó por mi lateral derecho cuando lo esperaba al frente, no lo vi venir ni lo escuché, pero si vi su defecación todavía caliente cuando me retiré, había dejado su impronta no muy lejos de donde me encontraba, seguro que escuchó mi chillo y se grabó mi olor.
Un día al desplazarme de un puesto a otro lo vi de lejos, estaba en el lezón del cauce seco de un río. Tenía que haberle disparado no había demasiada distancia, creo que menos de 90 mts, llevaba el 222 R, y pensé en hacerle venir, le llamé varias veces y no quiso saber nada de mí. Cuando comprendí que no iba a venir decidí tirarle pero él se había cansado. Lo identifiqué por su cojera cuando al dejarse caer por la rambla se introducía en la vegetación que franqueaba la orilla del cauce.
Otro día por la misma zona, sin saberlo ninguno de los dos volvimos a coincidir muy cerca. Ese día llevaba la escopeta y saltó de detrás de una mata al interior del maizal que limitaba la finca. Le disparé cuando se introdujo en la plantación, estaba muerto, pero con las prisas no quité el seguro. Volvió a tener suerte.
Pasados unos días en la misma zona cambié de estrategia y me acerqué por el lado opuesto al que suelo hacerlo. Había madrugado mucho ya que quería hacer una aproximación limpia por una carretera con tiempo de que el olor se disipara y sin ninguna prisa. Ese día me puse en la zona alta de la finca, era su territorio y pensaba que de venir lo haría cerca al cauce del río. Llevé el rifle. Me senté en la esquina de la plantación del maíz con vistas al N O. Cuando creí que era prudente comencé con el chillo y no vi nada. Repetí con el mismo resultado. Volví a intentarlo y nada. Pasado un tiempo prudencial me levanté intentando no hacer demasiado ruido y mientras recogía la silla, por el rabillo del ojo me di cuenta de que estaba a escasos 15 mts de mi. Había venido por la zona de abajo, a media distancia entre el cauce y la plantación y al estar sentado no lo había visto. Si lo identifiqué claramente mientras se escabullía entre las sosas.
Otro día en otra zona no muy lejana cuando volvía al coche sin haber echo tiro, resulta que pienso estaba acechando a un corderillo que acababa de nacer y al oírme llegar se introdujo en un pequeño cañaveral que estaba a escasos 50 mts de donde había dejado el auto estacionado. Al pasar junto al mismo salió de su escondite, unos 15 mts le separaban de la salvación que le ofrecía la cobertura del maizal. Dejé caer el trípode y mientras descolgaba el rifle de mi hombro derecho pensando en que tenía que quitar el seguro, identifiqué su cojera inconfundible. Estaba tan cerca y tan lejos a la vez... La verdad es que no tuve la impresión de que corriera demasiado, pero si lo suficiente para no poder meterlo en el visor. Consiguió zafarse en el maizal y volvió a ganarme la jugada. Creo que ese día tuvo algo de colaboración por mi parte ya que tras el último puesto no había bajado los aumentos al visor y pienso que fue por lo que no pude centrarlo. Creo. Nueva victoria.
A esto me refiero cuando digo que me encantan que me ganen y volverlo a intentarlo
Sé que vais a preguntarme: "y que reclamo utilizas"? Para mi el mejor es la mano, hay quien lo hace chupando la palma de la mano, otros uniendo el pulgar de la mano con el índice y absorber como si diéramos un beso largo. Hay que intentar conseguir que se parezca al grito de un conejo herido, no es difícil pero hay que practicar bastante. Sobre ello hay algunos tutoriales en You Tube.
He probado muchos reclamos algunos de madera, plástico, metacrilato, metálicos, y con todos me han venido, pero ante los dudosos o más experimentados creo que la mano es más cautivadora.
Releyéndolo no sé sido un poco tostón. Si es así os pido disculpas.
Saludos.