Después de acabada la misa, una señora se queda sentada en un banco llorando. El sacerdote la ve, se acerca y le dice:
-¿Qué pasa hija mía?.
-¡Ay padre!. Es que mi esposo falleció anoche.
-Eso es un drama terrible. Dime: ¿Dejó un último deseo o voluntad?.
La señora se enjuagaba las lágrimas con su pañuelo y responde:
Pues si, padre. Justo antes de morir, me dijo: Por favor, ¡¡¡¡baja ese arma.....!!!!.