Últimos acontecimientos me han hecho recobrar un pensamiento que en su día ya me rondó la cabeza, cuando tras rozar un día un cochino en un comedero un hermano mío, días después, el mismo cochino u otro distinto no dejaba entrar a las cochinas al comedero y eso que lo intentaron por todas las maneras durante horas y una y otra vez, cada vez que alguna se acercaba era castigada y disuadida de entrar al cebadero.
Aquello, que sucedió hará un par de veranos, me hizo recordar a dos toros, los cuales estaban cada uno en una parte de la finca con su harén de vacas, pero cuando había saneamiento o algo, el que menos podía de los dos, sabedor de la supremacía del otro, hacía todo lo posible para que las vacas no accediesen a juntarse con las del otro, empujándolas, corriéndolas e incluso colocándose en la puerta sin dejarlas pasar.
El otro día un amigo se puso de aguardo donde días antes me había visto yo primero un cochinete de unos 60 kg y luego una piara. A él le entró el cochinete y le disparo, sin tocarlo...y el caso es que cuando acudí a ayudarle a buscar algún indicio de que le hubiese pegado me dijo que a los 10 minutos de haber tirado escucho los alambres de arriba de la mancha y bichos bajando...luego unos quejidos como de riña de cochinos durante un rato, y luego nada de nada.
Después de este tostón os hago la pregunta obvia: ¿Creeis que un cochino espantado de un lugar, disparado y errado o simplemente que nos haya sacado, puede tener esos comportamientos de impedir que venga otro u otras a ese lugar, disuadiéndolos?