[LOBACO]

Este es uno de los mensajes por los cuales vale la pena registrarse y compartir opiniones en un foro como este. Una vez lo lees, ves el vídeo y lo comentas te queda el agradable regusto de haber aprendido algo bueno.
Lo primero dejar constancia de mi admiración hacía el señor Marquina, recalcando lo de señor. Este hombre demuestra un respeto hacía el jabalí que contrasta con los que lo matan sin pasión, descabezan con avaricia y abandonan con insolente desconsideración. Aunque muestren luego sonrientes una mesa llena de colmillos. Clara diferencia entre profanadores con derecho previo pago y CAZADORES.
El titulo habla por si solo, que estamos haciendo, en plural aquí nadie puede decir que está a salvo de la quema. Desde el tarugo que mata a una hembra con crías, pasando por el trofeista que cría en su finca enormes manadas con pienso para quitar tres “bocas” al año. Pasando por todos aquellos que ignoran el problema y se empeñan en cerrar los ojos y dar cuando las dan soluciones de “todo a cien”. Véase políticos, ganaderos que permiten que los guarros cubran sus hembras de manera irresponsable, agricultores que arrojan desperdicios al campo, excursionistas que abandonan basuras, etc.
El culpable del desastre se llama una vez más homo ¿sapiens? La culpa de la actual y claramente ARTIFICIAL expansión del suido es cosa y culpa de todos de los que han transformado el medio, de los que lo han permitido y de quién no ha hecho nada por evitarlo. Luego caso aparte están mis queridos Ecologilis que si hacen por gestionar el medio solo que suele ser en contra de toda razón y cordura. En este punto discrepo ampliamente con lo expuesto en la conferencia por el profesor cuando hace alusión a ellos y les invita a ser parte implicada en el debate. ¿Con que derecho debe sentarse un ¿ecologista? Al lado de un ganadero, agricultor o cazador a imponer sus ideas?¿Que intereses económicos y patrimoniales se juega en esa partida?¿Que parte del pastel aporta para ganar ese derecho?¿O el trozo de tarta que falta se lo comieron ellos en forma de impresentable subvención?
Una situación artificial que ha dado como fruto una edad temporal benigna, hasta la calidez del clima es culpa del hombre “gracias” al cambio climático. Ello propicia junto con la abundancia de cultivos de ciclo corto la mayoría transgénicos que las hembras críen al alcanzar cierto peso aunque sean inmaduras y que hayan rayones en pleno invierno pese a lo frágiles que son estos animales frente al frío. Algo que podría poner en peligro a la especie entera con un par de inviernos de extrema dureza.
La estrategia de cría de tipo “r” basada en la producción de crías para contrarrestar la mortandad juvenil también influye. Junto a la hibridación con ejemplares domésticos que son mucho más prolíficos terminan de poner la guinda al pastel de la superpoblación. Aún así me parece un tanto exagerado pensar que a más caza más crían sabiendo que se matan hembras preñadas y crías lactantes.
Otro de los mitos que descabalga el profesor es la movilidad del jabalí. Harto estoy de escuchar zoquetes que propagan que los gorrinos recorren decenas de km todas las noches en busca de alimento. Harto estoy de ver la cantidad de comida que hay en su entorno y los kilos de grasa que almacenan para intuir que tal cosa es una simple falacia. Gracias de nuevo.
En cuanto a los daños y males que provocan, coincido con el maestro los menos culpables ellos. Y son los que terminan pagando el pato por culpa de nuestra inconsciencia. Y eso que los amamos, que no les cortamos la cabeza con asco por considerarlos impuros como dicen que hacen por ahí.
Para comprender que todo esto podría venirse abajo si alguno o varios de los factores que lo propician fallaran no hace falta ser catedrático. Bastaría con echar la vista atrás y recordar  La hecatombe que supuso para la caza menor la concentración parcelaria  de los años cincuenta y la mecanización del campo. Se eliminaron lindes y refugios, se abrieron nuevos caminos y despejaron montes en aras de la modernidad, los venenos y fitosanitarios hicieron su  cruel aparición. Se transformo en pocos años el medio que durante cientos había permanecido casi inalterable. Un medio donde convivían los animales y el hombre sin molestarse más de lo necesario.
Varias son las soluciones que aporta pero a mi juicio totalmente inviables en un País donde la corrupción juega en primera siempre a favor de los que más tienen que suelen ser los que menos respetan. Un País donde la picaresca campa por sus reales y suele estar en manos de los que teniendo o sin tener saben usarla a su antojo y la aprovechan para que trabaje para ellos.
Una política agrícola en condiciones y una red de pasos subterráneos eficaces en todas las carreteras, un plan de gestión entre autonomías y una caza RESPONSABLE. Donde no se maten las hembras guía de las piaras, ni se achichare solo a los machos por su trofeo y se eliminen cuantos jóvenes hagan falta para evitar daños.
Matar rayones y bermejos al menos a mí me sabe a cuerno quemado y supongo que a la mayoría también. Pero aún así hemos de ser conscientes de la situación, del peligro que representa tal superpoblación para la especie y del mal que están haciendo a la gente que vive del campo y a los que mueren en accidente de tráfico.