En estos momentos de tristezas, esperando el pronto y deseado regreso del cazador, quiero recordar lances de los cuales me he divertido y disfrutado mucho...
Con éste lance en concreto. !Si que es verdad! El joven cazador, estaba un poco verde en esto de los aguardos, y tras varias esperas defectuosas, de las cuales se la jugo en varias ocasiones un astuto y listo jabalí, receloso y desconfiado con el comedero, pero que lo visitaba prácticamente algunas noches más que otras, cuando el listo jabalí se aseguraba al maximo, de los posibles peligro de toda la zona que rodeaba el comedero, entraba confiado a comer del maíz...
Teniéndole cogidas las horas al joven cazador, de las muchas veces que lo esperó, era ya imposible sorprenderlo en el comedero, venteando a largas distancias, las vueltas de salidas y entradas del aguardo y entraba en algunas ocasiones después... !A deshora! "Ya seguro"
Recuerdo la primera vez que acudió al comedero, con que desconfianza y recelo entro en él, he hizo correr dos jabalines jóvenes que se encontraban en éstos momentos comiendo del maíz, asustados los dos jabalines por el acoso sometido durante unas noches, por parte del jabalí indultado, le cogieron miedo, hasta tal punto que abandonaron el comedero y la zona...
-Es un flamenco y bastante guerrillero "el indultado"
Estuvo unos días el joven cazador, estudiando sus posibles movimientos, comprobando los rodeos con recelos y desconfianza, que daba alrededor de la zona del comedero, y según como estuvieran los vientos, entraba al comedero. No visitaba el comedero tan fácil y siempre que entraba con los aires dándole en los morros, recuerdo la primera vez que se la jugo, en una noche del mes de Julio muy calurosa, y soplaban los vientos del Noroeste, con más de media luna, que estaba en todo lo alto de un cielo muy estrellado...
Recuerdo los aguardos que le hizo y éste fue el primero, esperaba ilusionado el joven cazador, pensando en el posible lance y soportando el "el rii" "rii" de un grillo muy cerca del puesto, entorpeciendo-le el escuchar de otros sonidos de la noche, los mosquitos con la noche tan calurosa en-que se encontraban , estaban insoportable, por mucho repelente que se roció el joven cazador, no paraban de acudir, zumbando alrededor de su cabeza.
Ya hacía un rato que se fueron del comedero, una jabalina acompañada de cuatro jabatos, observándola el joven cazador disfrutó con sus presencias, mirándolos como se movían y sintiendo el masticar de los granos, que provocaban bastante ruidos, cuando masticaban todos juntos el maíz, con fortuna y suerte para el joven cazador, púes en uno de los cambio repentino del viento, estuvieron muy cerca de sacarle su temido olor...
El jabalí indultado solía acudir más bien tarde y como se estaban poniendo los aires, seguro que cuando diera el rodeo para asegurarse, se toparía con el temido y resabiado olor del cazador...
Lo mejor es que se fuera, que lo dejara para otra ocasión que le acompañen mejor los vientos, como lo deteste el jabalí, sera ya imposible de sorprenderlo en el comedero... Yo sufrir esta noche, por no poder trasmitirle éstos pensamientos, pero claro, cuando lo vi que se estaba levantando del puesto, pensé en éstos momentos que si se habían trasmitido mis pensamientos.
No habían trascurridos ni una hora, que se levanto el joven cazador del puesto, cuando sentí el jabalí indultado debajo del regatón, subiendo dirección al comedero, haciendo sus paradas, asegurándose al maximo de los posibles peligro de la zona que rodea el comedero, yo viéndole como avanzaba, suplicaba a los dioses de la caza, para que no siguiera por esta dirección, se cruzaría rápidamente con los rastro del joven cazado, dejado cuando abandonó el puesto. !!Seria mal asunto!!
-De pronto un bufido seco y corto, se cruzo con los rastro del cazador, mis suplicas ésta vez no tuvieron efecto, se dio la vuelta y se alejó por donde entró.
Hizo "monta" cuatro noches seguidas, fue lo que le duro el susto al encontrarse con los olores del joven cazador, la quinta noche, cuando lo sentí venir y lo vi cómo actuaba antes de entrar al comedero, sabia de antemano que el joven cazador lo tenía muy," pero que muy crudo" para poder sorprenderlo en el comedero...
-Como un fantasma, daba las vueltas al comedero en largas distancias, asegurándose al máximo, antes de moverse dirección al mismo...
A la semana del frustrado aguardo, me visitó el joven cazador, "se alegra" estaba muy contento cuando vio y reconoció las huellas del jabalí indultado, me recebo con el maíz que traía y se fue rápido enseguida, sin pararse unos momentos a pistear los rastros dejados del jabalí indultado.
Yo le grite fuerte, mientras se alejaba repetidas veces, que se parase a pistear un poco las entradas del jabalí indultado, pero no me hizo ni pizca de caso... !!Nunca lo hace!!
Cuatro días más tarde, lo vi venir y con pasos silenciosos entrar en el puesto, aún le quedaba al sol una hora para ocultarse y ya se disponía el joven cazador a disfrutar de la espera, viendo como caía la tarde, entretenidos con las torcaces, acostumbradas a comes del maíz y que no faltaban ninguna tarde, las miraba como picoteaban los granos. Los vientos estaban estupendamente, daban de cara al joven cazador y eran fijos, como tienen que sé, pero no con éste jabalí.
Las tres noches ultimas, antes de la espera, me había visitado el jabalí indultado en dos ocasiones, comiendo bastante del maíz y la pasada noche de madrugada, me visitó una piara que pasaba de paso, pero no se quedaron en la zona por temor al viejo jabalí, al llegarle su olor, poco a poco se fue apoderando del comedero y de la zona.
- !!Es un autentico guerrillero y egoísta!!
No tardaría demasiado en subir al comedero, estaba bastante picado con el maíz, la noche tranquila y silenciosa, la interrumpió de pronto el vuelo precipitado de una perdiz, sobre la media farda del cerro de los cañizos, mismo frente al comedero. El indultado no suele entrar por esta zona, había tenido que asustarla otro jabalí, o quizás algún zorro.
Era un jabalí, y estaba bajando acercándose por la derecha del puesto, para coger los aires del comedero, pero se paró mucho antes de llegar a la orilla del regatón, y mi sorpresa fue mayúscula, cuando vi aparecer el indultado, se pasó a la otra orilla del regatón y siguió avanzando despacio, ocultándose bien el bulto, por las jaras y retamas.
El joven cazador que ya lo había detestado, al sentir sus pasos silenciosos sobre el pasto seco, estaba sufriendo y bastante preocupado, era consiente de como siguiera con ésta dirección, le llegaría su temido y resabiado olor.
Esto yo, lo veía venir, se paró a unos setenta metros, ocultándose bien entre las jaras y algunas retamas, mirando fijo hacía el punto de donde le venía éste odiado y resabiado olor...
Mosqueado y bastante cabreado por éste olor temido de peligro que le llegaba desde el comedero, empezó el concierto de una sonora bronca dirigida al joven cazador, de gruñidos y otros sonidos, durante unos minutos en tonos altos...
-El joven cazador, más que sorprendido y también un poco asustado, por los sonidos emitidos de golpe en el silencio de la noche, emitido por el jabalí indultado, se levantó del puesto como un rayo,y empezó a buscarlo con ganas con la luz del foco, pero era más que imposible localizarlo donde se encontraba, por la gran cantidad de jaras y retamas que lo ocultaban.
Desconcertado y aturdido, escuchó la bronca del indultado durante unos minutos que duró...
Por la mañana bien temprano, lo vi venir piste-ando, todos los movimientos que supuesta-mente había tenido el jabalí indultado, yo viéndole la cara de enfadado que traía, posiblemente recordando la bronca que se llevó por parte del jabalí indultado, le susurre en voz muy baja.
!Tuviste que haber estudiado, sus movimientos, antes de haberte colocado a esperarlo, joven cazador!.
-"Pero no me oía, aunque le grité, no me escuchó"
Me recebo con el saco de maíz que traía y con un zacho hizo un agujero, no muy grande al lado del comedero, vertiendo sobre él, unos litros de aceite mezclada y se alejó con cara de seria de muy enfadado.
No acudió en dos semanas, en éste tiempo el agujero que hizo, lo trasformaron los jabalines en una baña y se refregaban y barreaban en ella, una jabalina con tres bermejos y un solitario negro como la mora, con muchas cerdas.
Los meses de Mayo, Junio y Julio, las bañas de aceite mezclada, le comento un amigo que la suelen tomar con frecuencia los jabalines, por los muchos parásitos que los atormentas con las picaduras de éstas fechas tan calurosas, son en éstos meses muy efectivas...
-El indultado que se presentó a los ocho días, y dio más rodeo que un perro perdido en una feria, antes de aproximarse al comedero y ya tuvo un enfrentamiento con el solitario serranito ,aquerenciado con la vecina baña que también tiene su poderío...
-El joven cazador alucinaba, viendo el hoyo que hizo trasformado en una baña muy tomada, la sorpresa que se llevo fue muy buena y le llamaron la atención unas huellas, que observándolas le recordó la del jabalí indultado por su gran parecido, y ya las visitas al comedero eran más frecuente, piste-ando las zonas.
Yo sabía como se podría sorprender al jabalí indultado, si pudiera comunicárselo al joven cazador.
!Pero resultaba imposible! Porque nunca me escucha, por mucho que yo le insista...
-Llevaba más de una semana, acudiendo prácticamente todos los días, estudiando los movimientos de los jabalines, en sus recorridos hacía el comedero y mi vecina baña y cada vez estaba más obsesionado y convencido, que una de las huellas que se marcaban en la baña, eran del jabalí indultado.
-!Asín se lo hacía de saber, su instinto de cazador!
En el pisteo prácticamente que tenía diario, comprobó tras varios días observando, que unos de los jabalines subía por el regatón, sin salirse de él, derecho al comedero. !Lo tenía bastante fácil, con los vientos del Norte!
El supuesto jabalí indultado, lo tenía mucho más difícil y complicado, al observa en los pisteo la cantidad de rodeos en los trayectos hacía los alrededores del comedero y ver las huellas en las observaciones detrás del mismo puesto, lo tenía bastante complicado para poder sorprenderlo en el comedero.
El joven cazador, estaba cada vez más obsesionado con el pisteo, y cada vez más convencido que eran las huellas del jabalí indultado, las huellas muy parecidas y los movimientos que observo en los pisteo también.
Con su amor propio de cazador, "muy herido" recordando la bronca que se llevó cuando lo detestó, se obsesiona con cazarlo...
Una mañana bien temprano, de las muchas mañanas que estudió los movimientos del jabalí indultado, se paró en una encina detrás del puesto, distanciada unos ochenta metros del comedero, un poco alejada y fuera de tiro del mismo, arropado su tronco con ramas bajeras, metidos entra las ramas, estaría camuflado con el entorno perfectamente el joven cazador, me quede admirado, incluso llegue a pensar si le había trasmitido mis pensamientos, por la emboscada que le estaba preparando al listo, fino y desconfiado jabalí.
-!Su recelo y desconfianza, seguro que lo conducirán hacía ella!
El joven cazador muy impaciente, tuvo que esperar tres días, para poder esperarlo en el puesto improvisado, por medios de los vientos, en éste tiempo no cambió mucho la situación de los jabalines, en las entradas que tenían hacia el comedero, seguía igual...
-En el puesto improvisado, oculto entre las ramas bajeras, estaba perfectamente camuflado el joven cazador, esperando con mucha fe, el supuesto lance del jabalí indultado, con más de media luna, en una noche clara y calurosa del mes de Julio, con la media luna en todo lo alto de un cielo estrellado, en éstas noches mágicas, iluminaban el entorno, en unos bellos tonos blanquecidos y lechosos, se veía perfectamente.
El solitario serranito, pronto visitaría la vecina baña, bueno si más pronto lo pensé, más pronto se presentó, entró por el regatón, bastante confiado, solo se paro dos veces para asegurarse un poco, estaba bastante picado y aquerenciado con el comedero, pero sobre todo con mi vecina baña, se paró en la orilla del claro, ocultando el bulto por las jaras y retamas, unos momentos antes de entrar al comedero.
-El joven cazador, también lo había detestado y por la manera que tuvo de entrar al comedero, sabía que no era el que estaba esperando, avanzó derecho a la baña, se dejó caer y empezó a revolcarse, rascándose los costillares y jamones con la dureza de la tierra imple-nada de aceite mezclada, apenas hacía ruidos revolcándose, se levantó y se dirigió al tronco del alcornoque donde se rascó contra él, sin más se dirigió al maíz y empezó a comerlo, provocando bastante ruidos, masticando los granos del mismo.
Pasaron unos minutos, sintiendo el masticar del jabalí sin poderlo ver, por la gran distancia que se encontraba de él, observé que paraba muchas veces seguidas, levantando la cabeza, como mirando las estrellas y dejaba de masticar los granos del maíz. se notaba que estaba intranquilo, seguro que habría detestado la aproximación del jabalí indultado.
- !!De pronto sin más, dejó de comer!!
Y se alejó caminando muy despacio regatón arriba, yo estaba muy pendiente ya del jabalí indultado, seguro que no andaría muy lejos, enseguida lo sentí y me sorprendió bastante verlo venir por el regatón, subiendo derecho al comedero, dude por unos momento si era otro jabalí.
Paso alejado del comedero, por la izquierda, el joven cazador a lo lejos desde donde se encontraba, gracias a la claridad de la luna, divisó el bulto negro moverse por el regatón. "Y era el jabalí indultado"
-Estaba dando el rodeo alrededor del puesto, por la izquierda, haciendo bastante parada en su recorrido, asegurándose de los posibles peligros de la zona del comedero, parándose con frecuencia en las sombra que proyectaba la luz de la luna sobre las encinas, "pero se aproximaba cada vez más" poco a poco al puesto improvisado, donde se encontraba el joven cazador esperándolo.
Ya lo tenía a tiro, pero esperó con bastante paciencia, que aún se acercara más, para asegurar mejor el disparo, se paró mismo detrás del puesto del comedero, levanto la cabeza y olió la zona del comedero, yo en éstos momentos estaba desconcertado y al mismo tiempo sufriendo, no me explicaba que estaba esperando el joven cazador para disparar-le... El jabalí tenía la muerte ay...
- Estaba a tan solo diez metros y cruzado.
Estos segundo llenos de tensión, se me hicieron una eternidad, esperando impaciente escuchar el disparo, de un momento a otro, y en éstos precisos momentos, tan tenso y llenos de adrenalina en-que me encontraba, de pronto en el silencio de la noche escuché un grito....
-Muy, pero que muy fuerte del joven cazador, descargando toda la tensión que tenía acumulada...
- Ayyyy... !!Ayyyyy!! Baaaaa.... !El guarroooo!
El jabalí indultado al grito, salió como alma que se lleva el diablo y pasó casi rozando el improvisado puesto, en su alocada y asustada carrera...
Viendo como corría alocadamente el jabalí, escuché unas carcajadas y risas del joven cazador, y que no paraba de reírse, a carcajadas limpias...
- Y yo, sinceramente, "no me explicaba lo sucedido" pero tenía que ser muy divertido, porque el joven cazador no paraba de reírse...
Más tarde, ya más tranquilo, en el silencio de la noche meditando lo sucedido, comprendí su actuación.
-!!Disfrutó más!! Viéndolo correr...
Ganándole la batalla de haberlo podido engañar, que de haberlo matado.
Solamente contemplé, un lance de ésta manera de ejecución del cazador. Mi creador...
Tema: Relatos de un Comedero ( El Indultado ) (Leído 5444 veces)