En primer lugar mi más sentido pésame a la familia y amigos de Mel. Descansa en paz.
La verdad patillas es que tienes toda la razón. En la sociedad en la que vivimos solo hay una forma de hacer frente a la actual situación de acoso que sufre nuestro colectivo y es jugando con reglas políticas. Si fuesemos capaces de crear un partido político con representación parlamentaria que defendiese la caza y el medio ambiente desde un sentido práctico y lógico y no en sentido utópico como defienden PACMA y los ecologístas, solo desde el senado o el congreso podríamos hacernos oir y respetar, además de intentar cambiar muchas cosas que aquí protestamos como el penalizar los acosos, amenzas e insultos que sufrimos en las redes sociales. Tras muchos años como cazador me he dado cuenta que por muchas manifestaciones de centenares de miles o un millón de cazadores que asistan, nunca se nos escuchará de la misma forma que a dos diputados en el congreso aunque representen a un colectivo mucho menos numeroso que el nuestro.
Por mucho que digan desde el círculo próximo de Mel que se ha suicidado por problemas personales y no por el acoso, decir que he conocido de cerca este tipo de episodios y para suicidarse hay que tener una depresión muy grande que se puede presentar con síntomas evidentes o no tanto y metería la mano en el fuego al afirmar que para llegar al suicidio, los insultos, vejaciones, presiones, pintadas y amenazas tanto a ella como a su familia tuvieron mucho que ver en su fatal desenlace.
Por último decir como padre que poniéndome en el lugar de la familia de Mel y leyendo las atrocidades que escribieron sobre ella en las redes sociales y sobre todo las que una vez muerta y en el dolor del duelo por el ser querido perdido, seguir leyendo barbaridades que se alegran de lo sucedido, si a mi me pasara esto no quisiera cruzarme con ningún animalista, porque no respondería de lo que podría hacer. Lo peor de todo esto es que quienes tienen que parar este sin sentido (políticos y jueces), no lo hacen y algún día y no tardando mucho (espero equivocarme), vamos a tener que lamentar alguna desgracia, porque todo tiene un límite y la paciencia también.
A lo mejor no son palabras muy acertadas, pero es que me hierve la sangre leyendo los foros y redes sociales.
Un saludo.