Esperas al Jabalí


20-N

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Desconectado Jondalar

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20-N
« en: Julio 12, 2013, 01:05:27 pm »
20-N.


Era costumbre que los meses de julio, medio agosto y bien entrado septiembre, nuestro padres nos mandaran al campo mientras ellos se quedaban trabajando en la capital, mi madre tenía más vacaciones que mi padre por aquel entonces y con ella estábamos casi todo el verano pero había momentos en los que nos quedábamos al cuidado de nuestros abuelos, tíos y ya un poco más mayorcitos solos.   

En cuanto cumplimos 15 años no se como lo conseguí pero nos dejaban dormir en casa pero pasando a fichar cual reo por casa de tíos o abuelos a diario y varias veces.

En fin, en esos días éramos felices, digo éramos por que siempre estaba con mi primo Jaime, de mi mismo año pero él mucho más viejo, el de marzo y yo de agosto, pero con la misa afición el campo, aunque el se especializó en aves y yo decía que en mamíferos (pero yo nunca me especialicé en nada).

Sin saberlo nos pasábamos todos los veranos de caza, y cuando digo todo es todo, absolutamente todos los días teníamos que por necesidad salir de caza, era costumbre criar cada uno de nosotros un pollo de cernícalo común (pollo que o bien criábamos nosotros o no tenía ningún futuro pues anidaban en los pajares y con la recogida de la nueva hierva y recolocación de la antigua quedaban aplastados). La caza que practicábamos no era de caza mayor, ni menor, si no lo siguiente, básicamente se trataba de ranas, lagartos (los que cayeran en los pilones de las vacas), roedores, y cualquier tipo de insecto que fuera grande. Nuestras armas una Gamo del 4,5 cada uno con la que éramos capaces de dar a una moneda de canto a 10 pasos (después de mil intentos pero capaces éramos).

En estas “jornadas cinegéticas” de varias horas cada día, estudiábamos e intentábamos leer el campo, nos pateábamos todo y cuando veíamos algún rastro de jabalí , zorro o lo que fuera las películas que nos montábamos de si era macho hembra, tamaño, gustos, eran de campeonato.

Estábamos muy acostumbrados a ver jabalíes, o por lo menos los trofeos de estos, pero de sus costumbres no sabíamos nada.

Los jabalíes ya empezaban a quitarnos el sueño y esto lo digo literal, cuando llegaba el momento de dormir nos pasábamos horas hablando de cómo podríamos arreglárnoslas  para poder darle caza a un jabalí, nos inventábamos mil maneras en nuestra imaginación pero muy pocas llevamos a la práctica y las que hicimos no sirvieron de nada…

Decidimos finalmente que si queríamos hacernos con alguno debería ser por la noche y con arma.

Estaba decidido, íbamos hacer una espera nocturna de jabalí, buscamos un lugar que tuviese agua y donde hubiéramos observado buenas hozaduras, y era imprescindible que estuviera mas o menos cerca de casa pues había que ir a cebar todas las veces que pudiéramos y andando la mayoría de ellas.

Nos convertimos en un tiempo en auténticos rebuscadores de tesoros en basuras, no dejábamos que casi ningún material orgánico de la cocina fuese a parar a la bolsa de la basura y si llegaba lo sacábamos, y tampoco en casa de mis abuelos… alguien nos dijo que el maíz era estupendo, pero el poco dinero que teníamos era ya para comprar pollo para los cernícalos, en fin así andábamos. Hicimos un par de cebaderos y se lo comían a veces y otras no, no conseguimos sacar ninguna conclusión clara de aquello.

Al año siguiente le dimos más importancia al puesto que al cebadero, fuimos tan brutos que aprovechando una reforma en casa de un familiar nos hicimos con cemento y arena que trasportábamos andando hasta el puesto, llegamos a hacer casi charolo en forma de U al que le pusimos hasta techo, sobra decir que dejaron de comerse el cebo durante la obra y no sabíamos el por qué…. lo abandonamos… cuando hoy todavía veo las ruinas de aquello me entra la risa.

El puesto debería ser el segundo, el del arroyo, allí seguían entrando. No nos quedamos ninguna noche de espera y se acababa el verano, a partir de este momento solo podríamos ir a revisar los cebaderos los fines de semana, y lo de llevar los desperdicios desde Madrid era ya complicado...

Dándole vueltas la asunto, pensamos que podríamos poner un bidón con agujeros y llenarlo de algo que les pudiera gustar y barato, el bidón que encontramos era pistonudo era de un aporte alimenticio de las vacas que se llamaba Uramel (o algo así), lo taladramos y era perfecto, lo importante era ahora saber que meter dentro….

Conseguimos hacernos mediante pequeños hurtos y muy controlados pero muy repetidos con varios kilos de pienso para las vacas, de pienso para corderos, de pienso de los perros, de la comida de los caballos, en fin un expolio pero que a poquito a poquito de cada lado conseguimos llenar un bidón de los de obra de una mezcla importante, algo de todo aquellos les debería gustar y acertaríamos.
El puesto, una zarza enorme. Con paciencia conseguimos abrirnos un pequeño pasillo en ella y con las tijeritas de podar los rosales de la abuela (que desparecieron para siempre) conseguimos hacernos un huequecito en el interior, bueno huequecito que ahora me parecería un salón, cabían dos sillas de jardín que también se las tragó la tierra y tenía por delante un hueco con forma de tiradero copiado de alguna película de guerra, nos llevó mucho tiempo hacerlo y había que repasarlo constantemente pero era una pasada, era también nuestra intención que nadie supiera de aquello pues no queríamos que se convirtiera en un lugar de peregrinaje de primos y amigos, por lo que debería estas oculto o que al menso no fuese muy llamativo.

El por donde entraría el jabalí, los vientos predominantes, que el cebadero le permitiera al jabalí estar mas o menos tapado y tranquilo, en fin todo lo “natural” que haríamos ahora, no lo tuvimos en cuenta. No sabíamos que teníamos que hacer, ni como, el bidón en medio de todo lo segado, donde se viera bien por la noche, y la zarza que habíamos escogido justo la última de lo sucio a 10 m del bidón.

El bidón las primeras veces que fui no lo habían tomado, se habían comido la “otra comida” pero el bidón ni tocar.

No volví en varis días y cual fue mi sorpresa que cuando fui el bidón había desaparecido!!!!, nos han robado o se lo han llevado pensando que eran furtivos o yo que se….en fin dando un paseo intentando que se me pasase el cabreo, coño el bidón!!!. Me acerque a el, estaba completamente vacío metido en un bancal, se lo habían comido todo y entendí que se lo habían llevado a golpes.

Lo lleve de nuevo a su sitio, clave una estaca en el suelo y lo fijé con unas cuerdas, lo dejé relleno y repetí esta  operación durante varias semanas.

Llegó el día, 19 de noviembre de hace más de veinte años, nos vamos a poner mañana le dije a Jaime esa noche, no pudimos dormir haciendo todos los preparativos en nuestras cabezas, repaso de las armas, elementos de puntería (gotitas de acuarela blanca en el punto de mira, papel abal,) echamos a suertes las armas, Jaime llevaría una escopeta del 12, cargado con postas (se podía y si no se pudiera tampoco lo sabíamos) y yo un Tigre 44/40.

Había un pequeño problema, el 20 de noviembre en lo nuestro, hace frío, pero que mucho frío, deberíamos ir bien abrigados, a la mañana siguiente excursión de nuevo a buscar mantas y todo aquello que nos ayudase a no pasar tanto frío, hicimos un buen acopio de ellas y a la vaca del coche, nos iban a dejar bajar hasta muy cerca del puesto con un Seat 600 como 4*4 por que reconocimos nos daba un poco de canguele la vuelta andando por la noche desde allí y por que iríamos cargados.

Llegó la tarde y nos plantamos allí 3 horas antes de que anocheciese, abrimos las mantas una sería para el suelo para evitar hacer ruido, y dos más una para cada uno de nosotros y poder envolvernos bien en ellas, al abrirlas dentro del puesto nos percatamos que olían mucho a bar, a bar no, joder a las bolitas que echaban en el bar justo en el meódromo, son iguales, Jaime tío esto es alcanfor o como se llame, estaba en el desván envueltas con esto para que no se las coman las polillas…creo que la hemos cagado…que no hombre que no pasa nada las enterramos y listo. Aquello no se por qué pero intuía empezaba mal. Cenamos tranquilamente en nuestro fortín, pero eso sí no hacíamos ni ruido para masticar y los movimientos si es que había eran casi inapreciables, que capacidad de aguante era alucinante. Estuvimos tres horas sin mover ni un apestaña casi, cada ruidito de ratones o de cualquier bichito que hubiera en la zarza medio seca sonaba como con eco en nuestro cerebro, perecía que eran mamuts lo que había allí dentro, eran mas grandes que el mayor jabalí del mudo. Se hizo completamente de noche.

En eso estábamos cuando por nuestra izquierda y por donde no debería entrar nada oímos o quisimos oír algo distinto que los ratones, era mayor pues se oían las pisadas, se había parado, hacía ruido como de oler, Dios mío eso era un jabalí, no lo veíamos pues estaba a 2 o 3 metros en tapado por nuestra misma zarza. La silla de plástico vibraba con nuestros nervios, estábamos mirándonos casi sin vernos pues aunque estábamos con luna ya era de noche cerrada y muy bien no se veía. En esto el jabalí sale a escena, se acerca hacia el bidón, conseguimos ver la silueta nada más, pero está muy cerca no hay ni 10 metros entre el y nosotros, a la de una dos y tres tal y como habíamos ensayado mil y una veces, disparamos al unísono, el jabalí salió corriendo y repetimos el tiro hasta que me quedé sin balas (y cabían unas cuantas en aquel rifle).

Nos recompusimos como pudimos de aquello, encendimos la linterna de petaca que llevábamos recogimos todo y nos fuimos temblando a casa, no podía ser cierto aquello.

Llegamos y estaba mi padre esperándonos, le contamos lo ocurrido y no se lo podía creer, estaba más sorprendido que nosotros, decía que era imposible, que la suerte del novato era una cosa y que lo que habíamos hecho nosotros no era suerte si no lo siguiente, que no sabíamos lo que costaba que entrase un jabalí en el cebadero y mucho menos con la retahíla de meteduras de pata que le íbamos contando una tras otra.

No cabe decir que no dormimos esa noche, no podíamos esperar a que se hiciera de día para poder ir a buscarlo. En cuanto salió el primer rayo de sol ya estábamos vestidos y desayunados llamado a la puerta de mi padre para que viniera con nosotros a buscarlo, sí hizo. Fuimos al tiro mi padre alucinaba con la localización del puesto, el sitio, el puesto en si mismo, el bidón, ya que lo habíamos hecho había que contarlo, ni una mala palabra, por todo que habíamos estado “mangando” para tal fin, al revés estaba orgulloso creo pero no decía ni mu.  Señalamos por donde creímos se había ido el jabalí, el tiro, estuvimos mucho tiempo buscándolo los tres sin ningún éxito, cada vez hacíamos el circulo más grande, no podía ser,  mi padre después de mucho empezaba a invitarnos a irnos pues pensaba que no lo habíamos dado. No había sangre…los elementos de puntería dejaban mucho que desear….en esto, decido subirme en un pequeña roca que hay a 500m y si no lo veo pues volver hacia le coche y a casa con una gran decepción, me voy acercando a la roca y cada vez que me acerco más parece menos una roca, EL JABALÏ!!!!! EL JABALÏ!!!!! ESTÄ QUÏ!!!!!!! vienen corriendo Jaime y mi padre abrazo y risas. No podemos verle bien la boca por que está congelado y no podemos abrirla pero si tiene colmillos, no son enormes pero a mi si me lo parecieron.

Dese aquel día yo intenté hacerme esperista y Jaime se hizo de la SEO y dejó la caza pero de vez en cuando me pide acomparme de miranda.

PD: El jabalí solo tenía un orificio de entrada y ninguno de salida, daba exactamente igual si fue Jaime o fui yo, mi padre nos encargó una tablilla con la amoladera izquierda y colmillo derecho original para Jaime y la mía al contrario, le debió costar al taxidermista encontrar una boca tan parecida pero lo hizo y cada uno tenemos nuestra primera tablilla de jabalí, luego vino alguna espera más conjunta, pero son otras historias.
« Última modificación: Julio 12, 2013, 01:12:29 pm por Jondalar »

Desconectado Manuel

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Re:20-N
« Respuesta #1 en: Julio 12, 2013, 01:25:09 pm »
Entrañable historia la de tu primera espera con tu primo Jondalar, me ha encantado leerla. Como creciste como cazador de cualquier bichejo con la carabina, hasta dar el "gran paso". Parece que la suerte le guiña un ojo a uno cuando es la ilusión lo que manda.  ;)
Gracias por recordar tus inicios como esperista en este bonito relato.
saludos.

Desconectado JUANFRAN

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Re:20-N
« Respuesta #2 en: Julio 12, 2013, 02:00:57 pm »
Me he partido de risa JONDALAR con el relato.  Y es que lo que no hagan dos crios que se inician con "la de plomillos" hasta que se las ingenian para buscarle las vueltas a un cochino no está en los escritos.  Si te digo que me has quitado 40 años de encima te digo poco JONDALAR, recordando aquellos calurosos veranos en los que, con mi hermano, y armados con "lo que caía", recorríamos los alrrededores de Huesca en busca de gorriones, lagartos y ¡hasta buitres! en el muladar donde tiraban los militares los caballos muertos.  ¡Qué tiempos aquellos!.  Me ha encantado también.  Gracias.   

Desconectado INDIO

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Re:20-N
« Respuesta #3 en: Julio 12, 2013, 02:19:27 pm »
Así es como se aprende Jondalar ¡y qué ilusión se tiene en esas primeras esperas ! ¿verdad?

Desconectado Mochuelo

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Re:20-N
« Respuesta #4 en: Julio 12, 2013, 02:55:56 pm »
Que pena me dan los críos de hoy en día , que no pueden criarse con esa libertad con la que nos criamos algunos
Que tiempos aquellos
To el día con la de plomillos

Desconectado colmilloblanco

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Re:20-N
« Respuesta #5 en: Julio 12, 2013, 07:04:51 pm »
Estupendo relato de tus comienzos como cazador y esperista que sin serlo entonces ya pintabas maneras, y encima vais y lo abatis  :) Enhorabuena.

Un saludo.     
"Para tener enemigos no hace falta declarar una guerra; solo basta decir lo que se piensa".

Martin Luther King

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Re:20-N
« Respuesta #6 en: Julio 12, 2013, 11:53:20 pm »
Buen relato de tus comienzos y encima con premio, :) Gracias por compartirlo.
Un saludo.
No es mejor cazador el que mas caza; sino el que sabe cazar mejor.

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Re:20-N
« Respuesta #7 en: Julio 13, 2013, 12:23:44 pm »
Hermosa historia y en cuanto a tus comienzos me recuerdan mucho a los míos hace también la friolera de 20 o 30 años. Esos momentos no se olvidan jamás y nos reportan conocimiento. Increible el lance y bien merecido por la esperanza que pusísteis en conseguir vuestro objetivo. Enhorabuena por el relato... :D
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Re:20-N
« Respuesta #8 en: Julio 15, 2013, 01:00:35 am »
Buena historia me trae buenos recuerdos porque mi comienzo de aguardista fue similar.  ;)

Desconectado adol

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Re:20-N
« Respuesta #9 en: Julio 15, 2013, 09:31:47 am »
Menudas liabais, disfrutando todo el dia y sin plays.
Si abates la mitad de lo que tiras, eres muy bueno, pero si tiras, solo, a lo que puedes abatir, eres de lo mejor.
La caza, la pesca y cuidar nuestro entorno, son nuestras herencias, respetemoslas.

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Re:20-N
« Respuesta #10 en: Julio 15, 2013, 09:45:41 am »
Bonito relato y bonitos recuerdos de un tiempo que ya nunca volverá pero que queda en la mente de cada uno. ¡Los comienzos!. Cada cual tiene el suyo. No son ni mejores ni peores pero son únicos.
Gracias Jondalar.

Desconectado PACO JONES

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Re:20-N
« Respuesta #11 en: Julio 15, 2013, 01:00:09 pm »
Bonito relato que he vuelto a escuchar después de unos cuantos años. Cómo han cambiado las cosas, o quizás no tanto. Hoy en día todavía seguimos durmiendo mal por las noches soñando con la próxima espera, como si fuera la primera.
Un abrazo.

Desconectado Buhogris

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Re:20-N
« Respuesta #12 en: Julio 15, 2013, 01:23:27 pm »
Que gran relato  :).Ilusion y emocion a raudales,sobresalen de esos recuerdos de tus comienzos esperiles.Mas de uno nos hemos visto identificados,pues tuvimos la suerte de vivir experiencias parecidas.Enhorabuena  :).
"No subestimes a tu presa y prepara su caza,como el mayor de los retos"

 

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