Esperas al Jabalí
GENERAL => Relatos => Mensaje iniciado por: eduardo en Octubre 09, 2014, 01:25:37 am
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Fue hace años, finales de un mes de Junio. Sentado en el puesto aguardaba la venida de la noche y la entrada de algún cochino que viniera a beber y bañarse a la Charca del Zarzal, donde me encontraba apostado. Tarde serena, con el aire en la frente, espiaba a los últimos pájaros que saciaban su sed a buchitos y esponjaban su pluma con gotas de agua esparcidas en su aleteo frenético en la orilla del charco. Anochecía mientras las chivatas mirlas señalaban con estrépito su apostadero en los chaparrales marcando como cada tarde su apostadero para echar la noche. Entre dos luces lo sentí venir y no se hizo esperar la aparición de su mota negra que se dirigía firme a calmar las sequedades de un día entero encamado. El cochino no era grande ni tampoco chico y cuando lo tuve cuadrado, bebiendo, encarando despacio, le mandé el recado que le hizo revolcarse entre nubes de polvo y salpicaduras de barro. Murió pronto y respiré profundo. Qué fácil es a veces, pensé... Dejé pasar el tiempo, no quería irme, mientras de vez en cuando miraba su bulto inerte con sentimiento de satisfacción. A medianoche, sin más visitas, me fui a verle. Era macho, como ya sabía, y sobre su morro ligeramente sumergido, descansaba una rana que con sus grandes ojos iluminados por la linterna parecía que me daba la enhorabuena. ''Buena atalaya te has buscado, amiga'', le dije... Al poco moví la luz al codillo para ver el tiro y la vi... Una pequeña culebra de agua reposaba sobre el cuerpo peludo sorbiendo la sangre que manaba del orificio de entrada de la bala. No lo podía creer... Jamás había presenciado cosa semejante y sin medios para fotografiarla. Quedé un rato ensimismado observando la vampírica escena hasta que la cogí de la cola, lanzándola al agua... Mientras me dirigía al cortijo para buscar ayuda para cargarlo bauticé esta espera como ''El Aguardo de Drácula'', para así tenerlo por siempre en el recuerdo...
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Cuántas curiosidades y anécdotas podríamos conocer si prosiguieramos en esta línea. Me parece perfecto el título "De mi anecdotario. 1", como dando a entender que nos seguirás contando tus aconteceres digamos "especiales". Es curioso lo de la culebrilla de agua. Debería estar pasando hambre para actuar de esa manera. En cualquier caso, me ha encantado la narración, algo cortita pero buena, y animo a la concurrencia a explotar esta vía.
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Que bonito Eduardo, y vaya anécdota, algo seguramente irrepetible.
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Hermoso relato con detalles para el recuerdo. ;)
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Una anécdota muy bonita Eduardo gracias por compartirla un saludo
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Las cosas que nos pasan a los esperistas y que confundidos estan,quienes piensan que la noche es solo oscuridad y quietud ::).Gracias amigo Eduardo,por hacernos participe de tu aguardo y de esta curiosa anecdota ;).
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Qué bonito, Eduardo, y qué bien contado.
En una finca de un amigo, en Sevilla, alguien dejó caer un canastillo de cangrejos en una pantaneta. Al cabo de los años aquello estaba atestado. Iba el cochino a comer cangrejos en verano. Tenía las orillas llenas de caparazones y pinzas vacías. Eso lo vi yo. Al final este amigo mató al cochino en una orilla, y al ir a la mañana siguiente a recogerlo, eran los cangrejos los que se lo estaban comiendo a él.
- "Ajustando cuentas", decía.
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Me alegro que os guste. Seguiré contando. Son cosas ciertas pero nos ocurre cada historia, a mi me ha pasado, que a veces tengo pudor en contarlas por si me tratan de loco o mentiroso fantástico. JUANFRAN, me podría enrollar mas pero prefiero ser escueto, como si estuviéramos arrimados a la candela de encina después de la jornada de caza. Como echo de menos la chimenea... ???
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Recuerdos sin duda para algunos inolvidables.,
Ni loco, ni mentiroso ni nada que se le parezca, simplemente vivencias reales que nos hacen soñar de vez en cuando. Gracias por compartirlo.
Un saludo.
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Precioso Eduardo ese aguardo es de los que nunca se olvidan, se vislumbra claramente lo que siente un CAZADOR y lo que un simple PEGATIROS jamás conocerá.
GRANDE.
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Muy bueno el drácula, y también el ajuste de cuentas. No os cortéis, seguid.
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precioso eduardo,
cosas como esas son las que nos hacen seguir orgullosos de nuestra afición
las anécdotas mas tontas son las que mas recuerda uno y las mas bonitas y graciosas resultan al final
gracias y un saludo compañero.
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Curiosidades no dejan de ofrecernos las noches y sus habitantes, si encima hay un guarro abatido para recordarlas con más tesón, mejor que mejor.
Rana y culebra sobre el gorrino... bien podría estar una acechando a la otra, igual que tu acechaste al jabalí.
saludos.
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Cada noche es distinta, y cada noche hay anecdotas que contar, sé que Eduardo tiene muchas, ánimo compañero y cuentanos algunas más.
Un saludo
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De aquélla andaba la orilla entre blanduras. Por cuando los santos difuntos era. LLevaba ya dos años sin el padre. A poco de oscurecer, se metió la niebla. En nada, densa y meona como boca de lobo. Encendía yo hacia la baña y sólo conseguía acrecentar la manta blanca impenetrable. Recogí velas al poco y tomé la veréa para abajo. Ya se me hacía largo el regreso hasta el casucho, entre tinieblas redobladas, cuando me topé un pechenfrente inexplorado... la cagaste, paisano...-me regañé por los adentros-. A las dos horejas de derivas, entre estepas y chaparros, empapao hasta los tuétanos, empezó el declive linternero y aumentó el deshazón del extravío. Rendido, a la par que amedrentao, me remetí entre los pinchos de un majuelo, al socaire de la aguada. Me temblaban las entrañas y los dientes, de frío y de canguelo... Ya saldrá el sol por donde quiera -me auguré poco convencido-. Y claro, salió; como siempre ha venido aconteciendo desde los albores de los mundos. Me eché fuera del improvisado encame como liebre entumecida. Y allí, a escasos veinte metros, se mostraban los barros del revolcadero. En tres horas de trasiegos y revueltas incontables no había avanzao ni media legua por derecho. La valleja del perdido , la llamamos desde entonces.
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Me ha gustado la anécdota, Eduardo. Las culebras tienen muy, pero que muy buenos vientos...
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Bueno, bueno, bueno, lo que esta siendo este post. Una alegria tras otra.
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Camposolillo,que poco te prodigas por estos lares y que alegria nos das cuando lo haces :D.Tu relato.aunque muy corto,sublime,como siempre ;).Un abrazo.
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ya decía yo que esa forma de escribrir esa forma .... camposolillo ;D ;D
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Un verdadero placer esto se anima ;D
Un saludo.
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Muchas gracias a todos y a ti, Camposolillo, agradecer tú aporte literario al post. :)