Hace un par de meses estuve cazando en Extremadura y al pastor del redil de los cabritos le faltaban dos, uno cada noche. Un zorro trepaba por la malla de cuadro estrecho hasta llegar a la altura donde ya era sencilla de cuadro conejero, entraba, mataba al cabrito y lo sacaba subiendolo por la malla y metiendolo por el cuadro conejero, del tamaño de su cabeza, lo sacaba del redil.