En lugar de lamentarnos después de pasar los hechos, debemos todos y quiero recarcar todos, tener una constante vigilancia de lo que tenemos entre las manos cuando cazamos, y de lo que tienen los desaprensivos que no lo saben, porque los accidentes son impredecibles, fortuitos y todo lo que queramos decir, cuando no se pueden evitar o predecir, pero en la caza a veces no solo son accidentes, sino imprudencias que mas de una vez podían haber sido evitadas. Perdonad a los que os perezca que he sido algo duro, pero casualidades de la vida, conocía a los dos fallecidos y sobre todo al primero, se que la imprudencia no era del que iba con sus perros, pues llevaba su chaleco puesto como está ordenado. Que DEP ambos y que nos acordemos los que nos gusta la caza de lo ocurrido por siempre para pensar que toda precaución con las armas es poca.