Esperas al Jabalí


El Aguardo de la Gomilla

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Desconectado Quatermain

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El Aguardo de la Gomilla
« en: Julio 08, 2013, 01:22:27 pm »
El Aguardo de la “Gomilla”.
5 de Julio de 2013
Toda la semana esperando al viernes, y el viernes llegó. Se acaba el trabajo y empieza… bueno realmente empezó, cuando organizamos la excursión de fin de semana a Fuencaliente. Este año por problemas administrativos nos han denegado el permiso de aguardos en nuestro coto. Habitualmente por estas fechas ya habría hecho varios aguardos, pero este año estoy “virgen”. Tengo un “mono” que ¡pa qué!. Llevo pensando toda la semana en los preparativos. Toda la documentación en regla. He tenido que renovar la licencia de Castilla la Mancha, que me había caducado y que no hemos conseguido confirmar hasta el jueves “in extremis”.
Hemos organizado un fin de semana de aguardos en Fuencaliente, con el mismo orgánico de otras veces, pero en una finca distinta. La Cereceda, seis mil hectáreas, propiedad del Ayuntamiento de Fuencaliente, es la finca que tiene arrendada por cinco años nuestro amigo Francisco.  Paco tenía arrendada antes la Garganta, donde hicimos esperas memorables, pero hace dos años que se quedó solo con esta última finca, que es lo bastante extensa como para no necesitar mas terreno. El terreno lo componen bosques de robles y chaparros, con repoblaciones de pino, (hechas en los sesenta, con pinos que alcanzan los veinte metros de altura y bajo los que también crecen robles y enebros formando un tupido bosque. Todo esto rodeado de paredones  impresionantes donde campan a su aire cabras monteses con trofeos respetables. En los verdes regajos y vallejos por los que el agua corre en pleno mes de julio hay corzos esquivos a los que ocasionalmente se puede ver, y a los que cuesta la propia vida hacerles un rececho como Dios manda. El cervuno es abundante, pero lo mejor es que hay una densidad de cerdosos importante.
El grupo lo formamos, los de siempre, Baldomero, Esteban, Gonzalo y yo. Nos vamos en el coche de Baldo, que primero me recoge a mí, y después vamos a por Gonzalo y el último es Esteban. Este es el orden de los domicilios respectivos para salir de Sevilla en dirección a Fuencaliente. Hemos salido tempranito, entre cuatro y cuatro y media, ya comidos. En otras ocasiones hemos comido por el camino como comienzo del fin de semana, pero esta vez los trabajos, no nos han permitido salir antes.
El camino siempre se nos hace corto. Desde el minuto uno, hemos desconectado de nuestros líos profesionales o familiares, y estamos disfrutando como enanos. Al llegar los saludos de rigor en el hostal, ya son varios años alojándonos aquí. Subimos a las habitaciones y al poco, bajamos “vestidos” de aguardistas, con todos los pertrechos listos. Alguna Coca-cola, algún gin-tonic, y algún café mientras esperamos a Paco, que quedó en venir a recogernos a las siete menos cuarto. Aparece puntual y tras un cafelito decidimos ponernos algo mas tarde de lo habitual por el calor y porque parece que los guarros entran tarde. Hay mucha comida en el campo y no tienen necesidad de “madrugar”. Los puestos son de suelo o en torreta pero todos en comederos. No hay forma de fijarlos en bañas porque aquí hay agua por todos lados. De cualquier forma como siempre venimos “entregados”, Paco elige los puestos aparentemente mas prometedores, a pesar de que en seis mil hectáreas esto no es fácil. Ya sabemos lo caprichosos y precavidos que son los guarros viejos.

Echamos a suerte las cuatro posibilidades salvo, el de Baldomero, porque Paco sabe como tira Baldo y el comedero está “un pelín largo”. (A 97 m por telémetro, me mandaría después Baldo un sms para confirmármelo seguido de un epíteto cariñoso sobre Paco). A mi me toca ir con Paco a ponerme y también a Esteban. Los otros dos se van a otra parte de la finca en otro coche.
Primero dejamos a Esteban en su puesto. El puesto de Esteban es de torreta y llegamos por un cortafuegos que va subiendo con una buena pendiente, y bastante sucio. Paramos el todoterreno a la derecha de la monda, alineados con la torreta, que queda a la izquierda del coche. La torreta está metida en el monte entre pinos muy altos y robles de media altura. Casi no se vé, desde el coche. Yo no me he bajado para no dejar mas rastros que los imprescindibles. Veo venir a Paco deprisa para la pick-up. Y coge de la bañera de esta un trozo de goma y unos alicates.
-Uno de los hierros hace ruido y voy a ponerle un tope de goma, me susurra.
Mientras, veo a Esteban haciendo señas desde la torreta, que tiene unos dos metros y medio de altura, indicando que no va a ver nada en cuanto eche la luz. Y es que hoy no hay nada de luna y tenemos que usar foco, porque no somos partidarios de los nocturnos.  Las ramas que tiene por delante se van a “comer” la luz del foco.
Corta unas ramas secas del pino hasta donde le llega el brazo para dejar un hueco por donde alumbrar. Nos despedimos y nos deseamos “mucha mierda”.
Marcha atrás, y nos dirigimos a mi puesto, ya algo retrasados de tiempo.
 A mí me tocó el puesto del “El Burcio”, en “a tomar por culo”, me pongo a las 9,15,
-   ¡Joder Paco, es muy tarde y como estén encamados cerca, la vamos a cagar!.
-   Aquí entra un solo guarro grande. Come solo un poco y hemos visto las babas frescas al recargar los comederos.
-   ¿A ver si no va a entrar de recogida…?
-   Solo los machos grandes dejan babas, porque al masticar se les caen y si hay cochinas cerca, con mas razón…pero aquí no hemos visto mas que “pisás” del grande y mira como pincha el pino del rascadero, (y me señala desde el coche un pino raspado casi sin corteza y con unos navajazos tremendos).
Después de ver el comedero y el rascadero retrocedemos sin bajarnos de la pick-up, y me señala el antiguo puesto de suelo (que está en una especie de isleta de monte, entre la plaza del comedero y un cortafuegos por detrás que hace curva. Andamos un poco para llegar a la torreta que está en el cortafuegos y prácticamente a la misma altura que el de suelo, ya que en ese sitio, el terreno cae en pendiente hacia la izquierda, en el sentido del tiro. Si es verdad que aunque a la misma altura que el de suelo, la torreta queda bastante oculta mirando desde el comedero, como vería después.
La torreta es metálica con un suelo de goma para que no suene, igual que la de Esteban, unos dos metros y medio de alta.
Subo los chismes con la ayuda de Paco, y echo una primera “visual” a lo que me rodea. La postura me resulta familiar. Luego caí, que en esta (pero en el puesto de suelo) había estado Marcos (el cuñado de Esteban, y otro de los habituales del grupo) el año anterior ( y no hizo nada), veremos a ver lo que pasa.
Cargo el rifle, como siempre lo primero. Me he traído el CZ-caja larga en 30-06 con el visor 1,5-6x42 que como no hay luna y tengo que usar la linterna, me da igual la luminosidad. Para eso están los prismáticos (10x50), con los que puedo evaluar las reses casi sin luz ninguna (como esta noche), y cargo Nosler-partition de 180 grains. Mido la distancia, y me da 65 m. al comedero. Sin luna es un tiro largo, y mas que a mi no me gusta tirar con foco, porque no disfruto el lance como con la luna. En fin es lo que hay.
Abro el sillón de esperas, (todos llevamos el mismo sillón y es un follón a la hora de bajarlos del coche. Gonzalo lo identifica porque lleva dentro de la bolsa que lo contiene todos los chismes, visor, balas,  agua,.. todo. En el mío, sobresale por la parte superior de la bolsa el trípode de apoyo, y Esteban identifica el suyo… ¡por el olor!, dice que huele a humedad, ¡Es un personaje!).
Bueno, pues el susodicho sillón,… ¡me queda bajo!. O el borde de la torreta me queda alto, como ustedes quieran. Gracias a Dios,  uno ya curado de espanto en estas lides, siempre lleva un cojín inflable, de estos de playa y al llenarlo la altura es… ¡perfecta!.  Mas sabe el diablo por viejo…
El botellín de agua en la redecilla del brazo derecho del sillón, y la linterna a mano para cuando la tenga que instalar en el rifle. “Dos kilos” de Autan, porque aquí no hay mosquitos, hay vampiros, y a esperar. Estamos tan separados que posiblemente no escuchemos los tiros de los compañeros, si acaso puedo escuchar el de Esteban, pero no mas. Enseguida cae la noche y lo único que ha entrado es un venadete aún borroso, con la cuerna sin terminar, que come los granos sueltos de alrededor del comedero. Me alegra ver que con los prismáticos lo veo perfectamente. Pero son más de las diez y media y queda algo de claridad. Justo a mi izquierda, donde empieza el monte y cae el talud oigo correr el agua como si fuera invierno. Y es que los del sur no estamos acostumbrados a oir el agua correr en esta época del año. Da gloria el soniquete, pero con lo duro de oídos que soy yo, no voy a escuchar una patata hasta que no le den un revolcón a las piedras. El comedero es el típico montón de piedras tamaño ”King-size” con el maíz debajo. Imprescindible para cazar sin luna. Porque el ruido de las piedras, hasta te despierta si te has quedado dormido.
Por el regajo húmedo oigo el trasiego de reses de pelo, pero ninguna sube hasta mi altura, no doy aire a pesar de la ventolera que hace. El viento fuerte lo tengo franco de cara.  Es noche cerrada y distingo aunque a duras penas las piedras del comedero con los prismáticos.  Hemos quedado en recogernos a las dos y media. La primera noche transcurre sin incidentes y por el comedero no aparece “ni dios”. Está claro que este, entra de recogida.  Lo bueno habría sido ponerse para la vuelta a los encames, pero habría roto la organización de los demás. Recogemos a Esteban, que ha tenido un guarro grande merodeando  que  no ha podido tirar y una piara de hembras y primalones.
Cuando llegamos a la casilla del guarda, encontramos bajo la parra, a Baldomero y a Gonzalo con Felipe (El guarda, que es yerno de Paco),”Tomando café”, o sea tinto (muy bueno por cierto) en tazas de café (porque no hay otros vasos) y queso, chicharrones, chorizo, aceitunas, etc. Ninguno había tirado nada. Baldo había tenido uno grande cerca que no entró, y Gonzalo no tuvo suerte. No he mencionado que Baldo había echado una nevera con vituallas, que a las tres y media de la mañana sientan de miedo. Me pongo de chicharrones hasta el “orejo” mientras mantenemos una conversación entretenidísima, en la que a la mitad, salta Esteban con que a aquel coto, él le llama “El coto de la gomilla”. Tras las carcajadas fáciles por el “café”, el orgánico se queda un poco pillao, y pregunta porque ese nombre. Esteban le contesta, con ese punto picante de Peñaflor (su pueblo de origen):
-Pues porque vengo de Sevilla, con los billetes liados con una gomilla, para pagar las tasas de abate, ¡pero como no mato ná!, la gomilla pa´rriba, la gomilla pa´bajo, y venga a darle paseos a la gomilla. ¡Pues eso!, ¡Er coto la gomilla!.
A Paco se le quedó la cara traspuesta, porque eso significaba que cada vez que la “gomilla” volvía para Sevilla, era dinero que él no se embolsaba.
Entre pitos, flautas y risas hasta las cinco de la mañana. Mañana será otro día.
Fin de la primera parte.

Desconectado Argoflauta

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Re:El Aguardo de la Gomilla
« Respuesta #1 en: Julio 08, 2013, 02:31:40 pm »
Ya me has dejado intrigado! >:( lleva buena pinta. Ya nos contaras :)

Desconectado Manuel

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Re:El Aguardo de la Gomilla
« Respuesta #2 en: Julio 08, 2013, 04:31:52 pm »
!, la gomilla pa´rriba, la gomilla pa´bajo, y venga a darle paseos a la gomilla.
;D ;D ;D

Sin tirar ninguno teneis ese buen ambiente, cuando suene la flauta la líais seguro.
A ver si se rompe la gomilla...
saludos

Desconectado Buhogris

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  • Lo que cada uno aporta aqui queda.
Re:El Aguardo de la Gomilla
« Respuesta #3 en: Julio 08, 2013, 04:51:18 pm »
Curioso nombre el de la gomilla  ;D.Seguro que no tardaras en sacarnos de dudas con el resultado del aguardo en la siguiente entrega.Permaneceremos a la espera  ;).Saludos.
"No subestimes a tu presa y prepara su caza,como el mayor de los retos"

Desconectado tarteso39

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Re:El Aguardo de la Gomilla
« Respuesta #4 en: Julio 08, 2013, 06:16:41 pm »
Ojala termines usando la gomilla para medirle los colmillos, seguro que así será... ;)
"Cuando se comparte una cosa, normalmente su valor se divide, sin embargo cuando se comparte conocimiento su valor siempre se multiplica"

Desconectado colmilloblanco

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Re:El Aguardo de la Gomilla
« Respuesta #5 en: Julio 09, 2013, 09:25:47 am »
Esperamos impacientes esa segunda parte que seguro tiene premio.

Un saludo.
"Para tener enemigos no hace falta declarar una guerra; solo basta decir lo que se piensa".

Martin Luther King

Desconectado JUANFRAN

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Re:El Aguardo de la Gomilla
« Respuesta #6 en: Julio 09, 2013, 01:07:49 pm »
QUATER te lo he respondido en el foro tio luna y además dos veces, pues la primera, hecha ayer, por lo visto se perdió en las ondas y he tenido que repetirlo hoy.  Aquí sólo decir que MACANUDO, como siempre por otra parte.

Desconectado Jmako

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Re:El Aguardo de la Gomilla
« Respuesta #7 en: Julio 09, 2013, 01:43:24 pm »
Quatermain, me alegro un mogollon lo que disfrutais en esas esperas y espero impaciente la continuación  :) :) :)

La envidia sana me conrroe y onjalá pudiera yo ir a esas esperas con amigos  :(, y...que conste que... " las gomillas " las pondria yo  :). Un saludo

Desconectado 7milimetros

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Re:El Aguardo de la Gomilla
« Respuesta #8 en: Julio 09, 2013, 04:36:44 pm »
Muy entretenido el relato, a ver la segunda parte que tenemos ganas de mas ;)
No es mejor cazador el que mas caza; sino el que sabe cazar mejor.

Desconectado Quatermain

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Re:El Aguardo de la Gomilla
« Respuesta #9 en: Julio 10, 2013, 01:54:09 pm »
El Aguardo de la Gomilla. Segunda parte



El sábado “amanecimos” tarde, pero no tanto como seria lo normal  después de la hora de recogida. A las diez y media estábamos casi todos desayunándonos en la terraza del “Hostal de Marcos”. Tostadas de aceite y tomate natural triturado, con cafelito (un manchado en mi caso) ¡Gloria bendita!. … Y toda la mañana por delante…
Hemos hecho… (en otras ocasiones)… turismo por el pueblo de Fuencaliente, por las Pinturas Rupestres  que están a unos kilómetros del pueblo, a las que no fuimos capaces de llegar, por el calor y la alternativa de una cervecita fresquita. Hemos ido a comer en otras ocasiones a Brazatortas, (¡Memorable cochinillo asado!), así que tenemos el repertorio “lúdico-festivo” casi agotado.
Como yo soy un incondicional de eso que se llama “Google Earth”, (fantástica vista de pájaro con la que los americanos nos tienen mas pillados que una manga en la puerta de un ropero), por lo practica que puede ser al margen de las otras consideraciones. He visto “volando” por encima del hostal, que hay otro junto al nuestro, que tiene hasta piscina. (Que pena no haber traído bañador). Allí nos encaminamos, cuando Paco llega y nos ofrece ir a comer a Cardeña. Oferta que amablemente declinamos, para tener mas libertad a la hora de irnos a la piltra a dormir tras la comida. Encontramos en el hostal un remanso de césped con piscina, una arboleda que da una sombra apetecible, y todo ello entre dos arroyos de agua corriendo. No nos dejan pasar a la piscina sin bañador, pero tomamos nota para la próxima vez. Hay unos veladores en el césped donde nuestra nevera puede hacer estragos.  Nos “resignamos” y “solo” nos tomamos unas cervezas bajo la parra con unos pinchos de pimientos a fritos sobre pan de la tierra (“Chapeau”), y una ración de cochifrito, ¡pa chuparse los dedos!. Así organizando nuevas excursiones, (llamamos por teléfono a otro orgánico del que tenemos ofertas por la misma zona), nos dan las de comer. Pasamos al “resta” y nos comemos un gazpacho aceptable, una caldereta bastante buena, y un tinto impresentable al que acabamos echando casera. Como echamos de menos el “café” de anoche.  Tras el postre nos vamos al hostal, a dormir la siesta (el único que se acuesta soy yo) y a tomarse algún gin-tonic.
El segundo aguardo comienza con todos vestidos de verde como corresponde. Tomando Coca-colas, helados, cafés con hielo…. ¡La que está cayendo señor!. No hace viento como ayer (lo cual es bueno para el aguardo) pero el calor es de justicia. Compramos pan y agua fría en cantidad y nos rellenan amablemente de hielo la nevera en el Hostal.
Paco está empeñado, en que nos pongamos en una de las siembras que tienen para los venados y que tienen cerradas aún. Hay mucha comida en el campo, y no es necesario abrirlas pero los cochinos se cuelan por las gateras. La siembra está muy baja y se deben distinguir bien los cochinos. Me la ofrece a mí, pero sin luna no me gustan las siembras porque el cereal se come la luz del foco. Dice que es muy buena que entran muchos cochinos y que el único problema es saber seleccionar. Acaba convenciendo a Baldomero que no va a necesitar ni sillón. Paco le trae un cojín y le dice que se va a sentar en una colmena vieja en medio de la siembra. Echamos a suerte las restantes posturas, y a Esteban le toca una muy cercana a la casilla donde estamos. A Gonzalo, una infalible, donde “todos “ los  días entra un solo guarro “enorme” sin fallar uno solo. ¡Vamos que tira seguro!. Que no se venga sin el guarro. (A Gonzalo los ojos no le caben en las órbitas). Y a mi me toca el puesto de las “Colmenas”, que no sé porqué se llama así, porque no hay ninguna colmena cerca. Por este puesto pasamos ayer a la recogida y se habían comido el maíz. Pero cuando me enseñó el sitio donde estaba la torreta me pareció una “jartá” de lejos. Se lo comento y me dice:
-No te preocupes Pepe, que hay en el cortafuegos, otro puesto de suelo que está mas cerca, pero yo me pondría en la torreta. Tú verás.
En estas aparece el Land-rover de Felipe, que se había llevado a Esteban el primero  a su puesto,  ….con Esteban dentro.
-¿Qué pasa? Pregunta Paco.
Se bajan del coche y dice Felipe.
-¡Que se han comido ya el maíz!. Los  “joios”  han entrado de día.
Y Esteban que así no se queda en ese puesto.
Paco le asigna otro que tenia en reserva por si nadie quería ir a la siembra.
Salimos para los puestos. Yo voy con Felipe y me quedo el primero. Cuando llegamos al sitio. El que vimos anoche. Es una especie de “T” a la que llegamos por el palo de abajo y a la que cruza un cortafuegos. Doblamos por el cortafuegos a la derecha y veo la torreta de día… ¡Igual de lejos que de noche!. Marcha atrás. Y Felipe que me dice.
-No te preocupes que vamos a ver el de suelo.
Retrocedemos y me enseña donde está el de suelo. Está en el lado izquierdo del corta fuegos y en un lateral, pero… ¡igual de lejos!. Me dice Felipe:
-Si me permites un consejo, “pa como está el aire, yo me pondría en la torreta”.
-¡Y yo también! Le contesto. ¡Si están los dos puestos igual de lejos!.
Vuelta a la torreta, me dice que si se baja y le digo que no. Cuantos menos rastros mejor.
Me subo a la torreta, y vuelta al ritual. Cargo el CZ. Mido la distancia…
-¡Cagoendiez!,  ¡71 metros!, sin luna para mí un handicap. Y encima tengo que apuntar entre dos pinos que veremos si no se comen la luz del foco. Estoy en un bosque de pinos altísimos y con un sotobosque de robles que ha crecido por debajo de estos. El apretaero de bosque empieza a partir de la torreta y en paralelo  al palo horizontal de la “T”. Estoy a unos cincuenta metros de la bifurcación , con la torreta orientada al comedero (esto es un poco en diagonal a la línea de robles, que me queda hacia atrás), y el comedero está en la misma bifurcación en el borde del cortafuegos. En medio del cortafuegos a 88 metros de mí hay una piedra de sal y a cincuenta metros para arriba el puesto de suelo.
Por detrás de mí como a veinte metros el monte cae hasta un regajo por donde corre el agua, como ayer. Aquí hay agua por todos lados. Oigo las ranas. Sentado sobre mi cojín nivelador, observo con los prismáticos la llegada de un zorro al comedero, olisquea y se va a la piedra de sal, le dá unos cuantos lametones y se marcha cortafuegos arriba.  Un primalón, negro zaino, llega por el mismo cortafuego desde arriba, pasando a dos metros del puesto de suelo, y se dirige no al comedero, sino a la piedra de sal. Se entretiene en esta y se va sin hacer amago siquiera de acercarse al comedero. Un nuevo venadote aparece andando por detrás de la torreta, sin coscarse, de nada, pero a pesar de lo despacio que va hace bastante ruido. El suelo está tapizado de agujas secas de pino y hojas secas de roble. Un avisador perfecto. Va comisqueando lentamente y volviéndome con cuidado le hago una foto con el móvil (que luego comprobé que no se veía bien). Justo cuando corta la línea del aire, se encampana y me mira. Rebotazo sin ladrar y a correr. Esto está de lo mas entretenido, pero el comedero como si coexistiera. Ciervas y venadotes por mi izquierda, fuera de la línea de aire. Cruzan el cortafuegos y siguen su camino.
Oigo ruido de pasos en la penumbra y es otro zorro, que tampoco puede desplazarse sin hacerse notar. Otro animalejo pequeño que ya no consigo identificar por la oscuridad. Lo mismo puede ser un melón , que otro zorro, una garduña, que sé yo..
 Ya es de noche cerrada, ¡y tan cerrada!. Con la bóveda de pinos la oscuridad es absoluta. No consigo ver ni mi mano. Tengo montada la luz y todo listo. Me he cascado el botellín de agua entero.
La noche va pasando y sigo oyendo las reses cervuna andurrear por detrás del puesto. Es el paso pausado y elegante de las ciervas y los venados cuando no tienen prisas ni miedo. Este plan de concurrencia hasta las doce de la noche, cuando de pronto… se callan las ranas, dejo de oir a los cervunos, y mi duro oído a cien. Me coloco las manos a modo de orejeras orientadas al posible sonido de hojas secas. .Esteban dice que este sistema es el “Peltor de los pobres”, pero es verdad que se oye mucho mejor. Y escucho los pasos cortos pero pesados de un al parecer, buen cochino. Se acerca despacio, como parando a cada paso ruidoso que da. Lo oigo tomar aire en una parada.  Dos pasos y toma aire. Está llagando a la línea de robles. No muevo un músculo. Estoy con los prismáticos pendiente de la zona pero no veo nada. Los dejo dispuesto a coger el rifle poco a poco en cuanto ande y haga ruido. Está parado, oliendo como un poseso. Lo oigo retirarse poco a poco. ¡Joder!. Pero no dejo de oírle. Lo tengo a unos cuarenta metros en el bosque de robles, y sigue intentando oler algo que no debe parecerle normal. Pero tengo el viento de cara, algo oblicuo, no me puede sacar.
Vuelve a avanzar hacia el comedero por los mismos pasos que antes. Hace las mismas paradas, toma aire igual, pero no termina de salir del monte, a pesar que fuera de los robles por encima están los pinos que mantienen todo a oscuras como un segundo bosque, que es lo que es.
Está parado en la línea de robles. Lo oigo, pero no se arriesga. Estoy tentado un par de veces de echarle la luz pero me reprimo. Iba a ser para nada. Vuelve hacia atrás lentamente, y esta vez empieza a acercarse por mi derecha a unos quince metros en paralelo a mí, me temo lo peor. Y lo peor sucede. Me rebasa y sigue hasta cortar la línea de aire. Me gruñe y me castañetea. ¡La cagé! Este ha llegado a viejo por algo. Pero no sale corriendo, se retira por los mismos pasos despacio, parándose a gruñir de vez en cuando.
-¿Será posible que no me haya sacado? Pienso.
Cuando llega al punto donde se paraba, empieza a retroceder lentamente hasta que dejo de oirlo. Las orejeras no captan nada y el silencio es absoluto. Las ranas no cantan, ni se oyen reses ni nada. Este está esperando a ver quien se equivoca antes. 
Pasa una hora y nada, progresivamente van volviendo los sonidos del campo. Los grillos, las ranas, los bichillos pequeños moviéndose en la hojarasca, etc. Del “amigo” ni rastro. Se ha escabullido como un fantasma. Sigo quieto como  un muerto, por sí… Pero todo “suena” ya a normalidad.  Son ya las dos menos cuarto y a las dos y media vienen a por mi. ¡De pronto!, sin saber como ni por donde, oigo las piedras del comedero. Han pasado dos horas, ¿será el de antes?. Si lo es, ha tenido que entrar desde el cortafuegos para no hacer ruido. Espero a que se oigan de nuevo las piedras y aprovecho para coger el rifle que tenia mas que olvidado. Están sonando las piedras grandes. Yo tengo el corazón en la boca, me laten las sienes, me tiemblan las manos y me sudan. Y me digo como dice Baldomero repitiendo lo de la película “Los santos inocentes”  -“¡Templa, maricón, templa!”.
Apoyo el rifle en la baranda de la torreta, quito el seguro, pongo el pelo, porque el tiro es largo y ya he fallado aquí otras veces…(el fantasma del fallo planea en mi cabeza)… y ¡doy la luz!. Tengo el visor en tres aumentos y veo el guarro comiendo tan tranquilo. No me parece un macareno digno de tirar…. Apago la luz… ¿Será macho seguro? … ¿A ver si es una hembra y no he visto los lechones?. Pongo el visor en seis aumentos, mantengo el seguro y desmonto el pelo. Le vuelvo a echar la luz, y ahora lo veo claramente, es un macho, le veo el pincel a pesar de la distancia, se pone de culo y tiene unas buenas pelotas, intento verle la boca pero no lo consigo, aunque en una ocasión me parece que le veo algo. Se vuelve y me mira de frente. Apago la luz. Lo estoy oyendo comer, y me asaltan las dudas. A ver si va a ser un buen macho, ¡que macho es!, que aquí no son muy grandes de cuerpo, y si es el de la maniobra de antes seguro que merece la pena. Fiel a la máxima de, “si es macho le arreas y luego le preguntas la edad”, decido tirarlo. Al fin y al cabo son las dos y cuarto y vienen a por mí a las dos y media. De nuevo la maniobra mil veces ensayada. Apoyo en la barandilla, quito el seguro, monto el pelo, he bajado los aumentos a tres, porque estoy mas cómodo, ¡Luz!, está perfectamente atravesado, coloco la cruz un poco por detrás de la paleta y ¡¡¡Blaaamm!!!. Enfoco con la luz, debía haber reses de pelo cerca porque se oyen carreras para todos lados mientras intento fijar la del guarro que no ha quedado en el sitio. Me parece que corre a la derecha, pero deja de hacer ruido enseguida. Este ha cogido por el cortafuegos. Si he oido una piedras y ya está.
Me pongo a recoger, tranquilamente, si está herido mejor que se enfríe, y si he fallado el cachondeo va a ser mayúsculo. Sobre todo si lo pincho y no lo cobro. Voy a tener que escucha a los compas  ” Eso por traerte el 30.06…” “si lo hubieras tirado con el 9,3…” En fin la que me espera.
Cuando lo tengo todo recogido aparecen los reflejos de las largas del coche de Paco, que viene a por mí. Metemos las cosas en el coche y bajamos al comedero. Paco me dice:
-Como es que no me has llamado para decirme que habías tirado. Habría traído los perros.
- Si es que acabo de tirar.
-¿y le has pegado? ¿Lo veías bien?
-Pues no lo se , yo creo que corrió a la derecha del comedero.
Nos acercamos y enseguida veo el espurreo de sangre de la salida.
-¡Está atravesado! Le digo, -y va por aquí (señalando en el suelo el viaje del guarro). A los tres metros pierdo la sangre. ¡La leche ha dejao de sangrar!.  Marco con un palo vertical la última sangre a tres metros del comedero, que parece claramente pulmonar, pero no me fío un pelo y decidimos ir por los perros.
En el camino a la casa me dice Paco.
-Esteban tiró a las once. Pero ha matado un guarrín muy pequeño, y me hizo recogerlo a esa hora, le dije que podía haber aguantado mas tiempo.
Conociendo a Esteban eso quiere decir que no estaba cómodo en el puesto. Lo encuentro bajo la parra “repachingao” en un sillón de playa blanco, con su cafelito/tinto en la mano, del que ya llevaba unos cuantos, junto con el resto de las vituallas. Habían echado tres horas de charla que le supieron a gloria, pero a mi me habían sabido a mas. No quiso venir a pistear, cosa rara en él. Metimos los perros en el coche y nos fuimos al puesto. Paramos el coche con los faros iluminando el comedero. Pusimos a los teckel en el rastro del comedero y salieron corriendo en dirección a la torreta. Paco intentó enmendarles el viaje llamándolos a la última sangre hasta que dijo:
-“¡Cucha!”, si ya están mordiendo.
Fuimos para donde estaban los perros con el marrano. Había corrido seis metros pero haciendo un ángulo recto. Tres  en una dirección (que era la que nosotros llevábamos) y otros tres hacia la torreta haciendo un quiebro de 90º., porque iba muerto. Era macho, pero resultó ser un poco mas de piñonero, bien gordo y con un futuro prometedor, de no haberse cruzado conmigo esa noche. Unos sesenta kilos. El tiro en el codillo alto por detrás de la paleta, justo donde apunté.
Y Paco:
-¡Que pedazo tiro las pegao!
-¡Y eso que estaba lejos!.¡Ves como no estaba lejos..!
-Lo has visto bien, ¿no?
En fin, no era el guarro que yo esperaba pero el lance había merecido la pena. Y había sido un aguardo intenso en emociones.
En la casa esperaban ya todos. Baldo en la siembra no había hecho nada, aunque había visto algunas piaras. Daba aire y no le fue bien. Gonzalo también oyó algunas reses pero tampoco tiró.
Estuvimos fáciles esa noche, cervezas y “cafés” interminables, bueno hasta que se acabó la botella. Liquidamos cuentas y la “Gomilla”… de vuelta a Sevilla, hasta la próxima.


Fin de la segunda parte y última

Desconectado Manuel

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Re:El Aguardo de la Gomilla
« Respuesta #10 en: Julio 10, 2013, 05:11:08 pm »
Emocionante aguardo el tuyo de la segunda noche Quatermain, culminado con un certero balazo del 30-06 (para que luego te digan tus amigos que si el  9.3... ;D), aunque no fuese un gran macareno, tuviste una gran jornada. Enhorabuena y gracias por el relato.
saludos.

Desconectado colmilloblanco

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Re:El Aguardo de la Gomilla
« Respuesta #11 en: Julio 10, 2013, 06:43:21 pm »
Buen tiro Quatermain enhorabuena por ese estupendo jabali que te dio mucho juego y el relato muy ameno, que fácil lo haces.

Un saludo.   
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Desconectado campero

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Re:El Aguardo de la Gomilla
« Respuesta #12 en: Julio 10, 2013, 09:02:45 pm »
Entretenido relato, me has hecho vivir el lance y los "preparativos" en persona!

Enhorabuena.

Desconectado adol

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Re:El Aguardo de la Gomilla
« Respuesta #13 en: Julio 11, 2013, 08:25:40 am »
Despacio y con todo detalle asi se esta contigo en el puesto. El tiro bien ensayado y tambien tranquilo y ha salido como debe de ser.
Si abates la mitad de lo que tiras, eres muy bueno, pero si tiras, solo, a lo que puedes abatir, eres de lo mejor.
La caza, la pesca y cuidar nuestro entorno, son nuestras herencias, respetemoslas.

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Re:El Aguardo de la Gomilla
« Respuesta #14 en: Julio 11, 2013, 08:42:27 am »
El relato sigue tu habitual linea,es decir,entretenido de principio a fin  :).Una espera trabajada,que con menos oficio del que tu tienes,a buen seguro que no habria acabado tan bien,pues parece que el guarro se olia algo que no acabava de cuadrarle.Pero ahi estabas tu,aguantanto el tipo hasta el momento oportuno para finiquitar el lance.Enhorabuena y gracias por el relato  ;).
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