Muchas gracias, ogilla.
Preciosa navaja. No solo preciosa y elegante, como tú dices, si no que se ve también compacta y robusta. Guerrera, o mejor un poco bandolera, de las que aguantan caña.
En las fotos que pones parece sujeta por las manos de un capitán de la benemérita de finales del XVIII. De las que se sacaban del refajo y se sujetaban ocultas, cerradas y con la mano vuelta, ante cualquier encuentro inesperado por uno de esos caminos serranos. Esa navaja, en aquellos tiempos, habría sido para su portador, signo de distinción por su elegancia y de orgullo como herencia del padre y del abuelo.
Enhorabuena de nuevo. Excelente trabajo.