Ay, ay, ay los aires... ayer soplaba un viento increible tenía que cerrar hasta los ojos de lo fuerte que era. De los cuatro compañeros que salimos
de aguardo, todos bolos y sin tirar, (bueno, uno vio un guarrete de 30kg que no tiró, pero eso no cuenta)
Tenéis experiencia con los días de viento fuerte?... ayer parece que el campo se había quedado sin vida, ni liebres, ni zorros y por supuesto ni jabalíes a la comida, a las 3 de la madrugada nos recogimos y nada de nada. Me hace reflexionar sobre que los días de fuerte viento, los animales están muchísimo más desconfiados y recelosos, ya que anula uno de sus grandes sentidos que es el oido.