Esperas al Jabalí


Comportamiento de jabalí en respuesta a la presión de la caza 1 de 2

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Desconectado adol

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Es un estudio muy interesante en cuanto aqui creo que estan completamente equivocados al prohibir la caza en las reservas y cerrarse en banda en ese sentido. Da ejemplos de gestiones diferentes del jabali entorno a una zona de reservas, en todas se producen extracciones y ademas si se coordinan las batidas en las reservas, con o sin tiros con los dias de caza delos cotos de su entorno se convierten en mucho mas eficaces ya que por si mismas a largo plazo no lo son. Otro punto muy interesante es el estudio del desplazamientom de los encames de los jabalis al ser molestados en los suyos, nos abre mucho los ojos, tambien en Ginebra que solo se efectuan esperas por parte de la guarderia precisamente para no desplazarlos del monte a las zonas de daños.
El estudio.
https://ase-research.org/tolon/Tolon_reims.pdf
Traduccion (parte primera la conclusion en el siguiente post)creo que algo intelegible.

Comportamiento de jabalí en respuesta a la presión de la caza
Influencia  de las "reservas" sobre su ocupación de espacio.

Resumen

zonas de sosiego (parques naturales, reservas naturales, campamentos militares o áreas
poco cazadas ... etc), modifican sin duda, la percepción que tiene el jabalí de su entorno.
Es muy probable que tales superficies permiten que los animales se escapen del
efecto de la caza y, por tanto, aumenten su esperanza de vida si viven en estas áreas
de forma permanente o unirse a ellas periódicamente. A menudo, este "efecto reserva" se traduce
localmente por un aumento significativo de daños a la agricultura en la "proximidad" de
zonas tranquilas. El jabalí es capaz de cambiar la ubicación y el uso de su
área de acción cuando sufren frecuentes pertubaciones. La consideración eficaz de estas
 zonas de sosiego es lo que está en juego principalmente para los gestores. Conviene poder evitar
 las preocupaciones vinculadas a la concentración estacional de los jabalíes en las reservas. Los patrones de empleo del espacio de los jabalíes que viven cerca de las zonas de reservas comienzan
 pues a ser descritos pero los mecanismos y las implicaciones a largo plazo de tal
 funcionamiento permanecen aún mal conocidos. En efecto, sigue siendo dificil de saber cuál exactamente es el radio de acción que ejerce la zona de sosiego sobre los jabalíes que viven en
 periferia de esta zona. Conviene también saber si todos los animales de un mismo lugar van
 a ir a refugiarse en la zona de sosiego o si una determinada variabilidad entre los individuos o
 las piaras puede existir.
Para completar y clarificar el papel de las zonas de sosiego en la utilización del medio por
 el jabalí, se inició un estudio destinado a responder a esta problemática en 2002 en
 la Cuenca Ginebrina (dos departamentos franceses: Ain y AltoSaboya así como dos cantones
 suizos: Ginebra y Vaud). Los primeros resultados, confirman nuestras suposiciones y el papel
 motriz de la perturbación en cuanto a la reacción de los jabalíes en su utilización del espacio.
La contribución de la tecnología del GPS debería también permitir describir y caracterizar muy
 sutilmente la reacción de los animales en cuanto a su método de desplazamiento y eso especialmente en batidas de décantonnement destinadas a reducir o minimizar “el efecto reserva”.


Las reservas de caza, las reservas naturales o también todas las zonas donde la presión
 de caza sigue siendo baja, crean en el medio ambiente del jabalí (Sus scrofa) de las zonas
 de sosiego donde los animales pueden refugiarse y minimizar así el riesgo de ser cazados. Es
 probable que tales zonas permiten a algunos individuos aumentar considerable su
 supervivencia, sobre todo si éstos residen habitualmente o se realojan en tales espacios de sosiego.
Fuertes densidades pueden resultar de este fenómeno de concentración con resultado de
 un aumento de los daños en y alrededor de estas zonas de reservas. Este impacto ya será
 más fuerte si son rodeadas de zonas cultivadas y/o constituvas de zonas a fuerte valor
 silvícola. Además, el efecto de concentración puede tener consecuencias en términos ecológicos sobre la zona de reserva misma. La descripción y la comprensión del funcionamiento de las poblaciones de jabalíes que viven cerca de las zonas de sosiego y la evaluación de herramientas de gestión que permiten reducir su efecto, son pues lo que está en juego principalmente en el contexto actual de fuerte aumento demográfico.

Introducción

 Todas las zonas de sosiego donde no se molesta a los jabalíes, como las reservas de A.C.C.A.,
 las reservas o parques naturales, las zonas cazadas débilmente, los terrenos militares, los bordes
 de vías de comunicaciones u otros, pueden asimilarse biológicamente a zonas
 de “reservas”. El empleo del espacio de las poblaciones de jabalíes que vivían cerca de este tipo
 de zona ya se describió en anteriores estudios pero los mecanismos y las implicaciones a largo
 término de su funcionamiento quedan aún por explorar. Si ya se conoce que los jabalíes son
 capaces de desplazarse para habitar las reservas en período de caza, se puede preguntarse
 hasta qué distancia de esta zona la atracción será efectiva. Se puede también preguntarse
 cuáles pueden ser las consecuencias a largo plazo de estos comportamientos sobre la población
 circundante. ¿Existe medios de reducir “el efecto reserva” es decir, el fenómeno
 de concentración sin por tanto tener que cazar regularmente en estos espacios? La reducción
 del efecto reserva en efecto se volvió una de las prioridades de las federaciones departamentales de cazadores con el fin de reconciliar localmente los intereses de la agricultura, de la gestión del medio ambiente y la caza. En este contexto comenzó en 2002 en la Cuenca Ginebrina un estudio, destinándose a cuantificar y describir las modalidades de utilización del espacio por los jabalíes a partir de seguimientos radiotélémétricos VHF (Brandt y AL, 2004) y más recientemente de cuellos GPS.

Alguna información resultante de la bibliografia.
 El papel de las zonas de sosiego en el empleo del espacio en el jabalí ya se mencionó
 anteriormente. Así pues, el efecto de las zonas de reserva de A.C.C.A. se ha destacado en un estudio realizado en el medio de montaña (Baubet, 1998). Este autor, pone de manifiesto que un 75% de los animales seleccionan de manera más intensiva las zonas de reserva para la instalación sus de encames en período de caza. Esta elección puede o no inducir un desplazamiento del conjunto del ámbito de camas hacia las zonas de sosiego. Este fenómeno se describe también de manera similar en un medio ambiente muy diferente por Maillard (1998) en medio de garriga mediterránea. Allí aún se observa un desplazamiento del ámbito de camas hacia la reserva entre los períodos fuera de la caza y las durante la caza. Además, este estudio destaca que la reducción del jabali en la zona de reserva permite disminuir los daños agrícolas en la periferia inmediata. Indica también que las batidas administrativas con tiros parecen ser el medio más óptimo para reducir el efecto reserva a largo término. En fin, el efecto reserva puede también ser visible a escala de los microhábitats. En effet, Brandt et al., (2005) muestran que la caza modifica la utilizacion de las parcelas forestales por los jabalis.
Las zonas de soto, más desparramadas y menos utilizadas por el jabalí fuera del período de caza que
 las zonas que poseen una densa cubierta vegetal, parecen más atractivo durante la caza. Eso
 resulta a la vez de una presión más fuerte ejercida durante la actividad cinegética sobre estas parcelas de malezas pero también de la menor presión de caza que recibe el corazón del bosque en
 comparación de su periferia. Así pues, aunque ninguna reserva como tal existe, el grado
 de sosiego, o contrariamente de perturbación, no será homogénea en el espacio y va a modificar
 la utilización del hábitat y el empleo del espacio por los jabalíes.

La Cuenca Ginebrina: un mosaico de métodos de gestión
 las Cuencas Ginebrinas constan de un medio de llano semienselvado a vocación agrícola y bastante
 urbanizada. Il est délimité par une ceinture montagneuse plus boisée sur trois des ses cotés, et parcouru
dans son axe Nord-Est Sud-Ouest par l'extrémité du Lac Léman et le Rhône (figure 1).

De una y otra parte de las fronteras las modalidades de gestión de la especie jabalí varían mucho.
El cantón de Vaud practica la caza en batida de a principios de septiembre a finales de enero. El Cantón de Ginebra propone una gestión enteramente garantizada por el estado mediante el Ámbito Natural y Paisaje. Los guardias de fauna se encargan de controlar al jabali, solamente en medios abiertos, por tiros nocturnos de mediados de julio a finales de febrero. La óptica de esta gestión es disponer de medios de regulacion sin tener precisamente que molestar a los animales en los bosques con el fin de confinarlos lo más posible en este medio. En el departamento de Ain la caza en batida se practica de mediados de septiembre a finales de enero, el fondo de caza basándose en cazas privadas. Recientemente en este departamento, aperturas anticipadas permitieron comenzar la caza del jabalí a partir de mediados de agosto. En Alta Saboya, si la caza se practica también de mitad de septiembre a finales de enero, el sistema de caza se basa en el principio de los A.C.C.A. Una reserva natural (réserve de l'Étournel) de 318 ha, esta presente en el limite interdepartamental
Ain-Haute Savoie. Está constituida en lo esencial por terrenos pantanosos y consta de pequeñas islas en el Ródano. Después de los observadores locales y los conocimientos de la especie (Baubet et al., 2007), esta reserva ofrece condiciones ideales para la Instalación del ámbito de encames de jabalíes.

Diferentes respuestas asociadas a las modalidades de gestión
La modificación de la ocupación del espacio, en este estudio, se define y mide por el desplazamiento del ámbito de encames diurnos del jabalí. Este fenómeno se ha cuantificado en no retener como máximo las localizaciones diurnas 40 días antes y 40 días después de la apertura de la caza o de los tiros. Esto permite restringir al maximo el periodo de estudio en torno a la aparición de trastornos relacionados con las actividades cinegéticas. Sin embargo esto no refleja el conjunto de los posibles cambios de ocupación del espacio del jabalí frente a todos estos tipos de falla, ya que para ello sería necesario explorar muchos otros parámetros como su comportamiento nocturno, especialmente en el caso de los disparos de regulación. Pero las muestras se hacen casi exclusivamente de día en Francia, nos focalizaremos sobre la ocupación del espacio diurno y por lo tanto el desplazamiento del ámbito de encames. Para 67 animales (observados a veces durante varios años cada uno, de un total de 82 observaciones año-individuo), una medida de la distancia entre el Centro de las esferas de encames fuera de la caza y durante la caza o fuera de disparos y durante los disparos fue determinada. La importancia del desplazamiento de las esferas de encames parece variar en función de la situación inicial de cada animal correspondiente a las alteraciones encontradas. (figura2)
Es evidente que los animales que viven en las zonas de batida, trasladan sus esferas de encames de manera más importante que los animales situados en las zonas donde se practica el fuego de regulación nocturna, con un promedio de 1000 m de 500 m respectivamente. Estos dos comportamientos diferentes también de aquellos expresados por los animales que viven en la zona de reserva que ellos no demuestran que pequeños desplazamientos del centro de su ámbito de encame (200 m de media). La ausencia de desplazamiento de los animales que residen en la reserva parece bastante trivial pero debe ser destacada. El fuerte trastorno creado por la caza en batida, es decir, por el trastorno diurno de los animales directamente en el sitio de encame genera movimientos más importantes que los observados en las zonas de disparos nocturnos. Esto refleja en buena lógica la política de gestión ginebrina destinada a regular las poblaciones evitando desplazar a los animales y mantenerlos en el bosque.  Anotemos bien sin embargo que, si únicamente estudiamos aquí la respuesta visible sobre los dominios de encames diurnos, ambos tipos de perturbación no son generados en el mismo momento del día. En el caso de las batidas, intervienen por el día, mientras que el interés de los animales es estar fuera de peligro en su encame. En el caso de los tiros de regulación, interviene por las noches mientras que los jabalíes están en actividad para sus necesidades alimentarias. El cantón de Ginebra podría estar considerado pues de modo intermediario como una zona vasta de paz mental para el encame del jabalí, en el cual a termino se practica sin embargo una regulación eficaz.

El efecto de atracción de la reserva
Sobre la zona de estudio, el efecto de la reserva fue conocido o por lo menos bien presentido sin que su acción sea precisamente cuantificada. Así, estimaciones del orden de 10km, 15km incluso a veces mucho más circulan sobre las distancias que efectúan los jabalíes para refugiarse en una zona de reserva. Para 27 animales que viven alrededor de la reserva de Etournel (observados a veces sobre varios años cada uno de donde un efectivo total de 38 observaciones el año-individuo), el desplazamiento con destino a la zona de refugio ha sido cuantificada. Medimos las distancias de los centros de los dominios de encame en última instancia más próximo de la reserva y comparado éstas para los períodos " fuera de caza " y "caza". Una disminución de esta distancia durante la caza Es esperado si los animales periféricos se acercan a la reserva. Observamos en nuestro caso de los desplazamientos importantes de los dominios de encame a jabalíes situados en periferia de la zona de sosiego (figura 3).

Estos animales dejan en realidad las zonas de batidas para reunirse en la reserva. Esto revela y confirma bien el mecanismo de concentración temporal de los jabalíes en esta zona protegida. No obstante, aparece también una variación cierta entre los individuos con distancias más o menos importantes de desplazamiento (esta última es materializada por la longitud de las flechas, figurar 3) con arreglo a la distribución inicial de los animales con relación a los límites de la reserva. Un estudio detallado de estas variaciones permite poner en evidencia un " efecto umbral " de atractividad de la zona de reserva (figura 4).

Resulta claramente que los animales situados inicialmente en una distancia de menos de 2 km de la reserva se acercan a ésta. Para la inmensa mayoría, hasta establecen su dominio de encame en su centro. Sin embargo, es sorprendente de observar que los animales cuyo centro del dominio de encame es inicialmente establecido más allá de 2 km no se reúnen en la reserva y parecen optar por una otra estrategia. Es probable que estos animales encuentren otras pequeñas zonas de sosiego y que pues no tuvieran un interés fuerte en desplazar su dominio de encame hasta la reserva. El fenómeno evocado de concentración parece pues concernir sólo a los animales de la periferia próxima de la reserva.

Organizacion de las medidas de gestión
Para limitar la concentración de los animales en la zona de sosiego ha estado decidido efectuar batidas de susto, es decir sin perro y con deducciones de individuos muy moderadas. El fin buscado es forzar a los jabalíes que hay que sacar de la zona de reserva para que puedan luego ser tomados por las acciones de caza. Desde el año 2000, entre 1 y 6 batidas son efectuados en la reserva entre mediados de octubre y principios de enero. Generalmente son organizadas los viernes, para ser cazados los fines de semana. La superficie de las zonas de batidas varían entre 20 y 100 hectáreas que siguen la disponibilidad de los ojeadores (entre 6 y 60 ojeadores). Para aumentar la perturbación, los ojeadores disponen de petardos de susto,  para ser lo posible más ruidoso. Para ciertas batidas, algunos tiradores participan en el dispositivo pero el número de jabalíes cazados es muy escaso (cerca de 1 jabalí para 2 batidas).
Datos recolectados sobre una hembra equipada de un collar GPS ilustran bien el efecto de una batida de desalojo sobre la ocupación del espacio del jabalí (figura 5).

Huye rápidamente de la zona acosada pero vuelve sobre su punto de partida al cabo de algunas horas solamente. En cambio, la noche siguiente deja esta zona sin reintegrarse por la mañana. Fluye dos días antes de que se haga tomar a la caza. Es bueno precisar también que el desalojo de esta hembra no ha sido obtenido al final totalmente de la primera acción llevada en el año. Para confirmar este ejemplo determinamos la cantidad, a partir de las localizaciones diarias de los sitios de encames de jabalíes equipados de collar VHF, el efectivo de jabalíes que abandonaba la zona acosada con arreglo a los días después de la batida (20 animales observados en el momento de 7 batidas es decir 40 observaciones en resumen). Estos resultados revelan que el mismo día, después de la acción de desalojo,  el 70 % de los animales se encaman por fuera de la zona de batida (figura 6.a).

No obstante, esto no excluye que una proporción más grande de animales huyen instantáneamente del perímetro pero algunos pueden volverse a encamar el mismo día sobre su sitio de descanso inicial (figura 5). Observamos luego sobre los 3 días siguientes, que la proporción de animales encamados por fuera varía entre el 35 y 70 % (el artefacto de día 1 se explica por el número débil de datos debido a la falta de patrullas de esquí disponibles el fin de semana, Figurar 6.a). Entre el 4o y 8o días después de la batida no queda más que el 40 % de los animales encamados fuera de la zona de reserva y más allá de el 8o día la proporción se estabiliza en los alrededores del 20-30 %. El efecto de las batidas de desalojo puede pues persistir sobre varios días (figura 6.a) pero se atenúa relativamente rápidamente a la escala de una temporada de caza. Este resultado muestra que los sustos simples pueden modificar temporalmente el emplazamiento del sitio de encame de los jabalíes. Éstos se quedarán mayoritariamente por fuera de la zona acosada para varios días y los que se establecerán en una de las zonas adyacentes de caza serán entonces susceptibles de hacerse cazar. No obstante, bastante rápidamente corren peligro de recobrar la zona de sosiego.

En el momento de ciertas batidas de los observadores enviados alrededor de la reserva cuentan a los jabalíes que se escapan de la zona trastornada. A partir de estas cifras, es posible calcular, con arreglo a la superficie tomada en consideración por la acción de susto una estimación de la densidad de animales presentes. Esto permite entonces apreciar la eficacia de estas batidas de susto en el curso de sus ensayos. ¿ Es decir, esta estrategia es capaz de reducir la densidad de animales en el seno de la reserva? A esta cuestión, resulta que se puede responder en caso afirmativo ya que la densidad observada desminuye a medida que ensayo de las batidas. Pasa globalmente de 2 jabalíes por hectárea observados en el momento de la primera batida a cerca de 1 jabalí por hectárea En el momento de la cuarta o la quinta batida (figurar 6.b). El fenómeno está muy marcado por el año 2000 con una densidad que pasa inicialmente de 2.9 animales a la hectárea a 0.7 animales a la hectárea al cabo de cuatro batidas. También anotemos que de un año sobre el otro, las densidades estimadas en esta zona de estudio son muy variables de 0.5 o 3 individuos a la hectárea.

Si abates la mitad de lo que tiras, eres muy bueno, pero si tiras, solo, a lo que puedes abatir, eres de lo mejor.
La caza, la pesca y cuidar nuestro entorno, son nuestras herencias, respetemoslas.

 

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