El año pasado, justo para Navidad, murió mi teckel. Era una perra muy inteligente, de pelo corto y cruzada. Me dió unos resultados increibles. Una rastreadora insaciable. No veais como la hecho de menos. Estuvo en mi vida 18 años, increible pero cierto. De últimas no podía andar, estaba sorda y ciega, un suplicio para ella. Se lo hacía en casa, no quería salir. Era una más de la familia, mis hijos pillaron una barraquera y yo lógicamente se me cayeron las lágrimas y perdí un trocito de mi corazón. Desde entonces no he tenido otra.
Gracias a ella he recuperado muchos animales. Era impresionante. Para que veais. Uno de tantos ejemplos. Iba en carretera, sin enseñarla ni nada, salía de ella, se estaban meando y lloraba, paraba en el arcén, le habría la puerta. Se bajaba en el arcén, justo en la puerta, meaba y al coche. Increible.
La echamos de menos.
A ver si me acuerdo como se ponían fotos y os las enseño.