Golpes de calor y aspeaduras: ¡mucho cuidado!
Las aspeaduras y golpes de calor son problemas muy circunscritos a los perros en media veda, sin embargo, la prolongación generalizada del verano en los últimos años hace que tengamos que estar muy pendientes de ellos en el desvede general de caza menor.
La aspeadura representa un gran sufrimiento para el perro de caza, además de imposibilitarle durante un tiempo para la caza
Un problema de gran importancia fundamentalmente por su frecuencia, ya que no suele revestir mucha gravedad, son las lesiones de las almohadillas plantares o pulpejos, conocidas en el argot cinegético como “aspeaduras”. Esta patología, aunque no suele ser grave, sí representa un gran sufrimiento para el perro de caza, además de imposibilitarle durante un tiempo para la caza. Las almohadillas plantares recubren la cara inferior de los dedos y son una modificación del tegumento (piel) de los perros para protegerse en el contacto con el suelo y cumplir otras funciones. Los pulpejos se forman a partir de la piel en la que se engruesa enormemente la epidermis, que es la capa más superficial, queratinizándose para darle una gran resistencia. La principal causa de estas lesiones es el ejercicio exagerado realizado sobre superficies abrasivas, unido a una falta de entrenamiento gradual. Esto produce un ahuecamiento de la epidermis queratinizada con desprendimiento de la misma, de forma similar a las rozaduras o ampollas que se nos producen a las personas por un calzado inadecuado. El tratamiento de estas lesiones consistirá en una profunda desinfección con algún buen antiséptico y la realización de curas con pomadas o productos cicatrizantes que se cubrirán con un vendaje que amortigüe la lesión. Los tradicionales baños de agua con sal son también eficaces para ablandar la suciedad y realizar una correcta limpieza de la zona. Es importante recordar que estas lesiones resultan bastante dolorosas. Si aparece infección será necesario prescribir el correspondiente antibiótico. El apartado más importante de estas patologías es la prevención. Resulta muy frecuente que, debido a la falta de tiempo del propietario, los animales realicen poco ejercicio y cuando llega la temporada de caza los perros efectúan un ejercicio para el que no están preparados. Existen dos formas de prevenir estos problemas: uno el acostumbramiento gradual al ejercicio que endurezca las almohadillas, y otro el uso de determinados productos tópicos que utilizados durante varias semanas hacen más resistentes los pulpejos a las abrasiones.
El golpe de calor es una alteración de enorme gravedad en la que el aumento de la temperatura corporal provoca múltiples daños en el organismo, precisándose una atención de máxima urgencia en el caso de producirse. Su prevención será el factor más importante que debemos tener siempre in mente. Se puede definir como el fallo de los sistemas de termorregulación en determinadas situaciones límite que conduce a una elevación de la temperatura corporal de varios grados (> 41º C), con desenlace fatal en muchos casos. La eliminación de calor en el perro se realiza por evaporación mediante el jadeo y por convección mediante la vasodilatación cutánea, que representa un sistema poco eficaz en comparación a la sudoración y a la pérdida de calor a través de la piel en el caso de las personas. Un ejercicio intenso como es la caza produce una gran cantidad de calor que puede desembocar en épocas calurosas en esta afección. Otro aspecto también muy importante es la elevada temperatura que se produce en el interior de un coche o remolque (>60º) al sol en poco tiempo. Hemos de tener especial cuidado para evitarlo, no confiando en ventanillas abiertas, en medias sombras o en periodos de tiempo que suponemos serán cortos (siempre nos entretenemos más de lo que pensábamos). Si tenemos falta de precaución o la mala suerte de que, aun a pesar de nuestros cuidados, el perro manifiesta una gran debilidad, estado de shock, con jadeo y excitación, taquicardia, conjuntiva del ojo y mucosa de la boca rojo muy fuerte o incluso pérdida del conocimiento, además de tener una temperatura muy elevada (síntomas de un golpe de calor), deberemos rápidamente intentar bajar su temperatura con agua no muy fría, darle de beber si está consciente y en condiciones de hacerlo, colocarlo a la sombra y asegurarnos de que pueda respirar aire fresco y llevarlo urgentemente a un veterinario si es preciso, en donde le pondrán medicación para evitar el estado de shock, le colocarán un catéter con suero intravenoso e incluso, si es preciso, le administrarán oxígeno. Como medidas preventivas tendríamos que cazar exclusivamente a horas muy tempranas en las que el calor no apriete, llevar agua además de para nosotros, para el perro, dándole de beber con frecuencia y fundamentalmente ir pendientes para, ante signos de excesiva fatiga, detenernos a descansar o dar por concluida la jornada de caza.
http://www.elcotodecaza.com/reportaje/perros/golpes-calor-aspeaduras-cuidado-151001
Tema: Golpes de calor y aspeaduras: ¡mucho cuidado! (Leído 2029 veces)